Estrenada en 2004, Las novias de Travolta fue la obra que inauguró la nueva sala de teatro Movie Center bajo la dirección de Álvaro Ahunchain y con un elenco integrado por las actrices Ana Pañela, Carmen Morán, María de la Paz Sapriza y Roxana Blanco. Así como en ese momento sorprendió por el gran éxito de público, en 2010 vuelve a llenar la Sala Campodónico del Teatro El Galpón con la puesta en escena del mismo espectáculo, esta vez con otro elenco y con la dirección de Jorge Denevi. la diaria conversó con el autor, Andrés Tulipano, y con las actrices Roxana Blanco, Alejandra Wolf, Jenny Galván y María Elena Pérez, quienes no dudaron en afirmar que este proyecto se consolida como “la frutilla de la torta” de un ciclo que, además, contó con la versión para televisión en la serie de ficción que se transmitió los domingos por Canal 12, con un alto rating de público.

Como hacía mucho no se veía en el teatro local, la función del estreno de Las novias de Travolta fue una fiesta donde el público disfrutó desde el principio al final. Andrés Tulipano -quien comenzó escribiendo para televisión y ha escrito, además de Las novias…, varios éxitos teatrales y televisivos, explica de este modo la reacción de un público que se manifestó con la misma efusividad y alegría con que lo hiciera hace seis años: “Es que es un tema recurrente que siempre está vigente. Se trata de una generación de mujeres que ha tenido que adaptarse a las nuevas épocas, siempre digo que fueron educadas como hijas de madres tradicionales y actualmente son madres de hijas liberadas, ellas están en el medio de esta transición. Como lo dice el texto: entre la máquina de escribir Olivetti y la computadora, entre los canales en blanco y negro y el cable. Ellas fueron educadas en forma rígida pero sabían que había algo más, y ahora saben que están a tiempo de recuperarlo”.

La obra tiene como referencia una generación de mujeres que ronda los 40 años, y la excusa para mostrar sus penas y fracasos es el momento del reencuentro con motivo del cumpleaños de una de ellas. Nacida al mismo tiempo que la tragedia, la comedia es el antídoto del mecanismo trágico y el paso de lo trágico a lo cómico mueve mecanismos de defensa y transforma la angustia en ironía, en la ridiculización de las situaciones. Y este mecanismo de defensa es el que provoca en esta obra la risa espontánea. Al respecto dice Tulipano: “la comedia es el drama en camiseta, hay un trasfondo dramático en todo pero con mucho humor, todo el mundo se siente identificado: la forma de encarar las relaciones, la cantidad de gente sola que hay, las nuevas formas de relacionamiento, la identificación con esa generación de mujeres que ha tenido esos cambios radicales en su vida y en su concepción del mundo”.

Andrés Tulipano -también autor junto con Daniela Di Segni de Busco al hombre de mi vida, marido ya tuve, que se presentará en febrero con las actuaciones de Silvia Novarese, Jenny Galván y María Elena Pérez- tiene una vasta experiencia en la escritura de obras en que la sensibilidad femenina y sus percepciones son el tema central y el motor de la comedia o el drama y, como en el caso de Las novias…, afirma que “la obra está puesta al servicio de las mujeres; las mujeres son tan abiertas, tan francas, que si sos un poco observador te das cuenta de que a los hombres nos cuesta mucho más hablar de nuestra intimidad. Es mucho más fácil trabajar con mujeres porque todo lo que pasa es creíble, sin embargo no es creíble que los hombres se cuenten intimidades al nivel de apertura y entrega como lo hacen las mujeres. A los hombres nos cuesta muchísimo más. Es una cuestión de género, me parece. Las mujeres se conocen y hablan de la intimidad de su vida en el momento. Este grado de franqueza que se recrea en Las novias …, entre hombres no se da”.

El arte de hacer reír

Roxana Blanco, quien con este estreno completa cuatro temporadas como novia de Travolta (en el estreno de 2004 como actriz; en Chile, como directora de una versión para televisión de la obra; en la serie de televisión local y ahora en su última presentación), y Jenny Galván -ambas actrices han recorrido una amplia gama de roles dramáticos- explican cuál es el lugar que debe asumir un actor de comedia en relación con el público y cómo debe estar integrada la actuación con respecto al manejo de los tiempos en escena: “Hay que saber escuchar. Por ejemplo en el monólogo que hago, que es una especie de stand up, yo voy con el público: cuando hay risas paro y ‘canchereo’ con la gente; si no se ríen sigo, y si se ríen me detengo y juego. Es lo más lindo que tiene el teatro.

Lo importante es la tensión con el público, saber escuchar y ver, el secreto está en esa pulseada con la platea y con las compañeras porque el actor es como un boxeador que está en el ring pero midiéndose con el público”. Alejandra Wolf y María Elena Pérez, dos actrices con menor experiencia en el género, también están de acuerdo en que “la comedia es un mecanismo de relojería en el que hay que manejar los tiempos, las pausas, no podés hacer pausas de más o de menos porque se muere el chiste y la diversión. Entonces es todo un aprendizaje y es muy difícil. Siempre hay que estar con la frescura del momento y atendiendo a la reacción del público que cambia con cada función”.

Además de un texto que cumple con todos los requisitos para mantener la risa, la obra cuenta con la dirección de Jorge Denevi, que vuelve a destacarse en el arte de dirigir comedias y sus directivas son seguidas al pie de la letra por las actrices: “Nos decía Jorge Denevi (que es nuestro súper director) que debíamos llegar a darle humanidad a los personajes.

Él nos hablaba de la capacidad que tenían que tener estas mujeres, estos personajes, de hablar de temas duros o fuertes de cosas que les habían pasado, con mucho humor. En la vida real uno hace esas cosas, se ríe de los fracasos. Y nos decía Denevi: ‘no dramaticen el divorcio, ríanse, porque en esa situación en que estás tomando y festejando con amigas estás exorcizando cosas y te reís de vos’. El nos decía: ‘no actúen de personajes, actúen de personas’. Eso es lo que a la gente le llega y es lo que nos hace disfrutar en el escenario a las cuatro muchísimo, y eso es lo que hace que la gente pueda disfrutar”.

Se trata de darle mayor verosimilitud a los personajes y quizá en este punto se pueda encontrar el secreto de la vigencia de la obra. Al respecto, dice Roxana Blanco: “Creo que en esta época el actor está puesto en otro lugar, yo no sé si es éste el concepto de personaje, por lo menos a mí me interesa investigar otra cosa: más lo que somos nosotras.

Yo te diré que lo que soy en el escenario es muy parecido a lo que soy yo, en esa especie de monólogo o stand up yo me río, pero porque me encanta reírme de los hombres, me parecen ridículos y me río. Lo digo con tanto placer que creo que eso le da un plus y creo que eso es importante; esto es lo que tiene el stand up y es que se habla de uno mismo. Y la gente quiere ver eso mismo: qué dice el actor y quién es; que hable de sí mismo, y eso funciona. El teatro creo que se está reestructurando desde una faceta mucho más humana, más natural, no tan distante. Creo que no podría hacer ahora una obra de Lope de Vega, no podría ponerme un traje de época, no podría, me sentiría ridícula, lo haría con jeans y championes, si no, creo que no lo haría”.

Otras comediantes, otros estilos

Además del excelente nivel de las cuatro actrices que protagonizan esta comedia es de rigor mencionar la actividad de otras actrices que han marcado una tradición de humor femenino. Por ejemplo, la actriz Laura Sánchez, quien además de su actividad en nuestro país protagonizó junto con Antonio Gasalla Sólo clásicos en gira por el interior de Argentina, o las actrices Imilce Viñas y Silvia Novarese, quienes fueron invitadas al show El club de la comedia, dirigido por Jorge Guinzburg en Canal 13, en el año 2000, donde realizaron espectáculos de comedia stand up.

Además hay que mencionar que en este enero a pura comedia se presentan en el teatro Under Movie cuatro comediantes que eligieron el formato de monólogos de pie para su espectáculo. Bajo la coordinación de Rafael Cotelo (también participante en el espectáculo de stand up masculino, De pie), las actrices Verónica Perrotta, Emilia Díaz, Angie Oña y Manuela da Silveira construyen sus monólogos humorísticos desde sus propias características personales y experiencias, en un formato que se caracteriza por el diálogo con el público, dando paso a la vez a una nueva generación de mujeres comediantes.