Por lo bajo
El índice de precios al consumidor para los hogares de bajos ingresos que elabora el Instituto de Estadística de la Facultad de Economía subió 0,55% en setiembre. El presupuesto que permitiría mantener el consumo de una canasta de bienes y servicios se ubicó en 26.050 pesos, según el informe. El reporte ubica la inflación de los hogares de menores ingresos en los últimos 12 meses en 5,96%, una décima de punto porcentual por encima del año móvil cerrado en agosto (5,86%). En el acumulado de los primeros nueve meses del año el indicador mostró una suba de 4,92%.
La inflación ascendió a 0,3% en setiembre, con lo que el aumento general de precios de bienes y servicios acumulado desde enero llegó a 5,77% desde enero y a 6,32% en los últimos 12 meses, según el informe mensual del Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgado ayer.
El equipo económico aspira a ubicar la inflación anualizada en 5% y fijó un rango de tolerancia de dos puntos porcentuales -es decir, entre 3% y 7%-, que se reducirá a uno -entre 4% y 6%- a partir de junio de 2011. El economista Pablo Moya, de la firma Oikos, reconoció en diálogo con la diaria que el dato de setiembre estuvo “levemente por debajo” de lo estimado antes por su consultora, aunque “dentro del margen de error estadístico”.
De todos modos, Moya opinó que en lo que va de 2010 el Índice de Precios al Consumo (IPC) del INE se situó “largamente por encima de lo que estimaba el gobierno” (1,32 puntos porcentuales por encima del 5% fijado como meta). Si bien la suba de precios “dejó de ser un problema y ya no se tienen inflaciones de dos dígitos”, requiere de “cierta vigilancia” de las autoridades, advirtió el experto.
Moya atribuyó la presión inflacionaria, básicamente, a la demanda interna. El contexto externo, en particular la estabilidad en la cotización del petróleo, “ha contribuido a no incrementar” los precios, agregó.
El experto espera que la inflación cierre 2010 encima del límite superior del rango de tolerancia, cerca de 7%, aunque “no sería algo muy relevante en términos económicos”. En un futuro cercano, “la inflación decrecería en función de una normalización de la demanda interna”, aunque la baja no sería pronunciada porque no lo permitiría el dinámico crecimiento de la economía.
De esa forma, la inflación en 2011 cerraría también encima del techo de la meta, en el entorno de 6,3%, y en 2012 se reencauzaría dentro del rango objetivo, en 5,7%.
A pesar de las persistentes presiones, Moya opinó que el gobierno no debe intervenir con políticas directas para evitar aumentos de precios.
Menos presiones
El economista Ramón Pampín, de la firma PricewaterhouseCooopers, evaluó que el IPC de setiembre mostró una baja en la presión tanto de los bienes transables como de los no transables. En ese sentido, explicó, el precio de las verduras descendió y dejó de empujar el IPC como en meses anteriores, y además se mitigó “el incremento del precio de la carne”. Sin embargo, aseguró, tanto los bienes transables como los no transables impulsaron encarecimientos a lo largo de este año, como consecuencia de la demanda externa y de la oferta local.
Por otra parte, Pampín consideró que el BCU está atento a las presiones de la demanda interna y a las originadas en la demanda de bienes básicos. El Comité de Política Monetaria del Banco (Copom) mencionaba esos dos factores al anunciar el mes pasado un aumento de la tasa de interés de referencia, recordó. En esa ocasión, quedó fuera del comunicado del Copom la presión de los salarios, que “sí se mencionó” en los divulgados a principios y mediados de este año.
En cuanto a la inflación subyacente (sin incluir los elementos más volátiles y los precios administrados por el gobierno), en el último año móvil se ubicó en 6,8%, lo que “hace que las holguras sean reducidas” y deja “poco margen desde los precios de la inflación residual”.
Pampín estimó que el gobierno recurrió “a medidas heterodoxas” (políticas fiscales y acuerdos de precios, entre otras) y “ortodoxas” (por ejemplo, el manejo de la tasa de política monetaria) contra la inflación, pero estimó que no es momento para plantearse acciones de ese estilo. No obstante, recalcó que “las holguras son menores que un tiempo atrás”. “Pensamos que la inflación puede estar en torno al límite superior del rango meta” y que lo más probable es que cierre por encima, aunque “no deja de ubicar el crecimiento del IPC dentro de la zona de ‘confort’ para las autoridades”.
Alas de pollo
De acuerdo con los datos del INE, el rubro con mayor incidencia en los precios fue el de alimentos y bebidas, que en conjunto aumentaron 0,31%, con una incidencia de 0,1 punto porcentual en el IPC. Le siguen los rubros de vestimenta y calzado (1,71%) y vivienda (0,49%). Dentro de alimentos y bebidas se observó una suba de 1,34% en “carnes y derivados”. Se destacaron los aumentos del pollo (9,23%) y las frutas (4,49%), entre las que resaltaron las naranjas (9,64%). Por el contrario, los precios del rubro de “verduras, legumbres y tubérculos” cayeron 5,57%. En ese renglón se destaca el abaratamiento de los zapallitos (-21,52%) y el de los tomates (-15,96%), y el alza de los morrones (10,29%).
El aumento de vestimenta y calzado se explica fundamentalmente por el rubro vestimenta exterior (2,44%) debido al inicio de temporada y el correspondiente a la vivienda, por el incremento de los impuestos municipales (2,15%) y de los alquileres (1,13%).