A comienzos de año, la recuperación de la economía mundial parecía consolidarse. Sin embargo, en mayo se conocieron los serios problemas presupuestarios que enfrentaba Grecia, y todo el optimismo se fue por el caño. Los temores sobre una recaída de la actividad azotaban particularmente a la Unión Europea, pero también causaban estragos en otros rincones del globo. La situación griega no era aislada, y otros países europeos afrontaban situaciones similares: Portugal, Italia, Irlanda y España, que desde entonces fueron denominados de forma peyorativa por sus siglas, como PIIGS (pig significa cerdo). El cóctel de factores negativos era el mismo: elevadas deudas públicas y excesivos déficits fiscales.

Lo cierto es que luego de fuertes intervenciones, fundamentalmente del bloque europeo en conjunto con el FMI, los temores sobre un nuevo colapso económico quedaron a un costado y, aunque muy lentamente, la economía volvió a mostrar síntomas de mejoría. Sin embargo, la incertidumbre aún se cierne sobre el futuro de la economía global, y el lugar de donde emergen los mayores interrogantes es nuevamente Europa. En particular, las nuevas incógnitas surgen desde Irlanda y Portugal, aunque Grecia reconoció que su déficit fiscal fue mayor al previsto tras una revisión de las cifras.

La Comisión Europea admitió que la situación de las cuentas públicas de Irlanda es “grave” y que existe “preocupación” entre los estados miembros sobre la estabilidad de la eurozona en su conjunto, pero ha reiterado que aún no solicitaron asistencia financiera. El fondo se creó después de que Grecia necesitara ser rescatada de la insolvencia en medio de los temores de que otros países también requirieran asistencia.

El gobierno irlandés anunció que pretende analizar con sus pares del bloque la manera en que enfrentará sus apuros financieros, aunque rechazó las especulaciones de que podría estar buscando apoyo monetario de la Unión Europea para reforzar su economía y al sector bancario. En ese sentido, aseguró que dispone de recursos en caja suficientes hasta mediados de 2011.

Los ministros de Finanzas de la Unión Europea desean que su reunión de hoy en Bruselas contribuya a sosegar los temores de los mercados ante la eventualidad de que Irlanda suspenda el pago de su deuda. Los inversionistas necesitan que surja una estrategia clara para reducir su déficit y soportar los costos de su enorme rescate bancario, porque de lo contrario los mercados continuarán deshaciéndose de los bonos de los países del viejo continente.

Portumal

Por otra parte, el riesgo de que Portugal tenga que recurrir a la comunidad internacional es “elevado” debido a los crecientes peligros de contagio entre los mercados financieros, que temen que la crisis de deuda de la zona euro se expanda, según afirmó el ministro de Finanzas de Portugal, Fernando Teixeira dos Santos, al Financial Times. Remarcó que el problema no afecta sólo a un país, sino que involucra a toda la región.

“Esto tiene que ver con la eurozona y la estabilidad de la eurozona, y éste es el motivo por el que el contagio en este entorno es más probable. No es por el hecho de que los mercados consideren que estamos ante situaciones similares. Sólo son iguales en las preocupaciones de los mercados, pero las economías son muy diferentes”, insistió.

No obstante, el jerarca destacó los esfuerzos de Portugal para poner sus cuentas públicas en orden en los presupuestos generales para el próximo año, con los que espera reducir su déficit hasta 4,6% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2011, gracias a las duras medidas de ajuste fiscal. Además, para este año el gobierno revisó a la baja su previsión de déficit, desde 8,3% a 7,3%.

Pese a ello, Teixeira dos Santos admitió que retrasaron hasta mayo las medidas de austeridad porque el objetivo principal ahora es restaurar el crecimiento en su estancada economía. Asimismo, recordó que sus propuestas presupuestarias fueron recibidas de forma positiva por los mercados, pero luego “la situación se dio la vuelta por la incertidumbre en torno al mecanismo permanente para hacer frente a los rescates”. “Estamos como futbolistas corriendo hacia la meta y listos para tirar a puerta, pero alguien nos hace una falta... y esta vez no hay penal”, graficó.