El presidente del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la UE (Ecofin), Didier Reynders, informó que los ministros acordaron ayer activar el mecanismo de asistencia financiera para Irlanda. En el comunicado emitido luego de la reunión celebrada mediante teleconferencia, los 27 ministros y delegados de la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) anunciaron la puesta en marcha de un programa conjunto entre la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para canalizar la ayuda.

Según detalló Reynders, el rescate sumará menos de 100.000 millones de euros y se canalizará a través del mecanismo de asistencia del presupuesto comunitario y del Fondo para la Facilidad de la Estabilidad Financiera, creado en julio para hacerle frente a la crisis griega de mayo. Además, Dublín recibirá créditos bilaterales que negociará con otros gobiernos de la UE y para los que ya mostraron disposición a aportar Gran Bretaña y Suecia, dos países que conservan sus monedas nacionales, la libra y la corona respectivamente, y que están, por lo tanto, fuera de la eurozona.

Aunque la parte del león se destinará a los bancos, los préstamos tendrán como beneficiario al Estado irlandés, el cual, como consecuencia, deberá responsabilizarse de su devolución.

Fuentes privadas consultadas por la agencia de noticias Reuters explicaron que Irlanda podría necesitar entre 45.000 y 90.000 millones de euros, cifra que depende de si únicamente se pretende apuntalar al sector bancario, o si la ayuda también apuntalará la capacidad de repago de la deuda pública irlandesa. De esa forma, como lo detalló Reynders, el monto final del paquete está más cerca del techo que del piso previsto.

Con la aprobación del plan, Irlanda se convertirá en el segundo estado de la eurozona que requiere la ayuda de sus socios en la UE para evitar el default (cese de pagos de deuda pública). El primero había sido Grecia, con un paquete de 110.000 millones de euros para un período de tres años, dada la imposibilidad de ese país de financiarse a precios razonables en el mercado.

Al borde del abismo

El sector bancario de Irlanda se encuentra al borde del colapso por su exposición al sector de la construcción y los bienes raíces tras la explosión de la burbuja inmobiliaria durante la crisis financiera mundial desatada en 2008 en Estados Unidos. Desde entonces se ha vuelto dependiente de los fondos del BCE. En los últimos seis meses ha sufrido una intensa fuga de depósitos.

A pesar del paquete de ayuda en ciernes, los problemas aún están lejos de terminarse. Todavía se debe evaluar las acciones que tomará el país para reducir el elevado déficit que afronta y que llegaría a 32% del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre de este año, según estimaciones oficiales. El objetivo es reducirlo a 3% del PIB para 2014. El problema es cómo lograr esa reducción sin alterar la capacidad de recuperación de la economía.

Las condiciones a las que quedará sujeto el paquete de ayuda serán definidas en los próximos días, de común acuerdo entre las autoridades irlandesas y las instituciones internacionales participantes en la operación: la CE, el BCE y el FMI.

Este plan incluiría una reducción significativa del “tamaño” del sistema bancario, según lo anunció el propio primer ministro irlandés, Brian Cowen.