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El Káiser de la Atlántida se presenta en sólo tres funciones (ayer, mañana y pasado) en el edificio de Mercedes y Andes. Las entradas cuestan desde 50 a 400 pesos. El 90% del elenco está integrado por cantantes uruguayos seleccionados especialmente para esta puesta. Se representa en su idioma original, el alemán, con sobretitulados en español.

El Káiser de la Atlántida fue escrita por Viktor Ullman (1898-1944) durante su cautiverio en el campo de reclusión de Terezín (Teresiendstat) y fue estrenada 30 años después en Amsterdam. “Es una ópera de cámara porque justamente Ullman utilizaba los elementos que tenía a su alcance, en este caso un grupo reducido de cantantes y una orquesta armada con lo que había en el lugar: un quinteto de cuerdas, una bandita de jazz y un armonio (los armonios siempre son necesarios para los oficios religiosos). Ésa es la instrumentación, que es muy rica y muy interesante: más allá de su entorno histórico y anecdótico, la obra tiene valores intrínsecos. Esta pieza fue escrita en el gueto de Terezín; ubicado a unos 70 kilómetros de Praga, fue utilizado en el Tercer Reich como una especie de gueto de muestra, para la Cruz Roja. Era donde los nazis se limpiaban un poco la cara”, cuenta Lombardero.

Terezín, a diferencia de otros centros de reclusión y de acopio de personas, tenía sus particularidades, en tanto los prisioneros tenían ciertas libertades, como la de poder ejercer su arte. En ese ambiente Ullman era el director musical del gueto y componía piezas. “En medio de esa barbarie se les ocurrió escribir esta obra que es claramente una alegoría de la situación histórica que se vivía en ese momento y donde aparecen un dictador, la guerra total y la muerte, que se declara en huelga. Al estar generada en este contexto resuena de una manera impresionante. Por supuesto, la obra no se llegó a estrenar ni siquiera en el gueto, que fue desmantelado y cuyos prisioneros fueron enviados a Auschwitz y murieron”.

Lombardero sostiene que El Káiser de la Atlántida es una obra muy accesible, ya que está musicalizada con piezas populares: “Ullman era un compositor muy preparado y con una gran maestría al componer, pero en esta obra hay un cruce entre lo popular y lo erudito-académico. Hay mucho foxtrot, hay mucho jimmy, hay mucho tango, todo eso mezclado con música centroeuropea. Entre los instrumentos que se utiliza hay un cuarteto de cuerdas y una bandita de jazz de piano, contrabajo, saxo, banjo y clarinete. Se conjugan esos dos mundos y también se integra un armonio que le da un sonido especial, produciendo una mezcla rara que tiene momentos melódicos bellísimos. Es una obra de números cerrados, con canciones, con arias con conjuntos”.

Aunque la obra tiene como tema el nazismo y el asesinato en masa del pueblo judío, Lombardero aclara que “al momento de tratarlo no nos pudimos abstraer de las circunstancias en que la obra fue escrita, pero el tema está tratado con ironía y con sarcasmo”.

Como muchas otras obras que se descubrieron luego del desmantelamiento de Terezín, es parte del material artístico que se encuentra expuesto en el museo de la ciudad, donde se reúne literatura, pinturas y muchas obras musicales y teatrales producidas por los prisioneros. Su argumento presenta al emperador, que personifica a Hitler y que declara la guerra de todos contra todos, y la Muerte, cansada de tanta muerte, se declara en huelga, por lo cual se sigue matando pero la gente no muere. Finalmente, la Muerte le comunica al Emperador que la única forma de que levante esa medida y la gente pueda volver a morir es que él sea el primero en hacerlo, y él acepta.

Joven regional

Con este estreno se celebran dos acontecimientos de importancia: es la primera ópera que se estrena, luego de 40 años, en el Auditorio Nacional Adela Reta y el acontecimiento implica el lanzamiento del Ópera Studio del SODRE, que apuesta a la convocatoria de jóvenes artistas uruguayos.

Este proyecto, que se viene realizando en el Teatro Argentino de La Plata bajo la coordinación de Marcelo Lombardero, su director artístico, es parte de un proyecto que tiene como objetivo “brindar la oportunidad de que jóvenes artistas uruguayos hagan sus primeras armas y la idea es vincular los teatros de la región. Queremos trabajar en conjunto con el SODRE y otras instituciones de Sudamérica. Ya estamos pensando, y ayudándonos mutuamente en la idea de empezar a recorrer un camino distinto del transitado hasta ahora, en el que, a pesar de tanta proximidad, hemos trabajado siempre aisladamente”. Esta propuesta se realiza por intermedio de Ópera Latinoamericana (Ola), la institución que reúne a los artistas de la ópera y a todos los teatros de Latinoamérica. Según Ariel Cazes: “La idea es empezar a crecer juntos, mancomunar, compartir experiencias, programación, tecnología, ideas, creatividad. Es hora de que empecemos a circular entre nosotros y dejemos un poco la mira puesta en Europa y Estados Unidos. Porque acá hay suficiente talento para nutrirnos y crecer, pero tenemos que dar aire y apertura. El puntapié inicial acá en Uruguay, en Montevideo, es este Ópera Studio, en donde se les da la oportunidad a jóvenes cantantes uruguayos, la mayoría debutantes”.

Cazes también opinó sobre la puesta de El Káiser de la Atlántida: “La ópera en el mundo dejó de ser el espectáculo en el que uno se sentaba y no entendía nada. Hoy la ópera es como el cine porque tenés siempre sobretitulados. Eso aliviana muchísimo la comprensión del espectáculo. Además, en la puesta escénica hay multimedia, hay proyecciones que aparecen sobre los sonidos. Es una obra especial para gente joven y que piensa en la gente joven. El SODRE en este sentido cumple con un cometido que deben tener todas las instituciones que son sostenidas por el Estado: su deber, además de  brindar espectáculos, es formar artistas y público. Ésta es la idea del Ópera Studio y del teatro del SODRE”.