Señal de ajuste

Luego de su disertación, en diálogo con la prensa, Lorenzo se refirió a los dichos de la presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, respecto a que podría devaluar el real al asumir: “Hay que “acostumbrarse a las reacciones de política de países con los que tenemos relación”, afirmó. No obstante, sostuvo que fueron “consideraciones genéricas”, que no implican que “se esté impulsando ningún tipo de medida de ajuste” y valoró como “más relevante analizar, considerar y actuar” respecto a los cambios en la política de Estados Unidos porque tiene “bastante más relevancia que otros acontecimientos regionales sobre nuestra realidad cambiaria”. “Se analizan las posibilidades de que los hechos ocurran, pero sólo se reacciona cuando los hechos ocurren. Siempre analizando y preparando”, comentó. Apuntó que Uruguay no está “exento” de la creación de burbujas por la afluencia masiva de capitales, como ya las hubo en el pasado. Sin embargo, reiteró que se “analizan los fundamentos” del mercado y “da la impresión de que buena parte de las trayectorias que estamos observando -fundamentalmente en el precio de los commodities- parece tener buenos fundamentos”. Por último, explicó que el acuerdo para que el Banco República tenga “una presencia más activa” en el mercado de cambio se aprobará en estos días, lo cual significa que la entidad comprará “de aquí a fin de año 400 millones de dólares”, medida que contribuirá “en materia de sostenimiento y, creo, al alza del tipo de cambio”.

“El impulso a la inversión productiva” fue el nombre de la conferencia organizada ayer por la Liga de Defensa Comercial (Lideco) que contó con las palabras del titular de Economía, que resaltó el rol que cumple el organismo para favorecer la productividad en el largo plazo. Recordó que nuestra historia en la materia “es bastante insatisfactoria”, habiendo tenido “los más mediocres y lamentables” niveles de inversión de América Latina. “Uruguay tuvo magrísimos registros de inversión productiva”, sostuvo el jerarca, lo cual explicaba “la visión que había sobre las perspectivas a futuro”.

Respecto a la Ley de Promoción de Inversiones aprobada sobre fines de los años 90, sostuvo que fue pensada “como algo sumamente ambicioso y general”, y terminó “circunscripta al sector manufacturero”. Era usada sólo por “un pequeño número de empresas”, excluyendo a amplios sectores de sus beneficios. Además, si bien la norma mencionaba la necesidad de que la política de promoción estuviese vinculada a los objetivos de desarrollo del país, “en la práctica [...] jamás se había aplicado”.

Lorenzo fundamentó que los cambios del período pasado, con la nueva reglamentación, apuntaron a simplificar el proceso y los requisitos para obtener las ventajas, reducir los costos y abarcar a la mayor cantidad de actores y de proyectos posible. Aclaró que la norma “sólo es exitosa” si se consigue que invierta aquel que no lo haría sin incentivos, pero también aquel que lo haría igualmente.

Sin estática

Como resultado, actualmente el sector manufacturero representa sólo la mitad de los incentivos aprobados, porque se le “abrió la puerta” a otro tipo de negocios que estaban excluidos. Además, “más del 90% de los proyectos y montos que han sido objeto de inversión” son de empresas “que no eran asiduas demandantes de beneficios”.

Con las modificaciones introducidas “retomamos la confianza en el país” y se alcanzaron niveles de inversión productiva “decorosos”, en el entorno del 20% del PIB. Cuando se estableció el nuevo esquema se fijaron cinco criterios alineados con los objetivos del gobierno: generar empleo, aumentar las exportaciones, descentralización, cuidado medioambiental e innovación.

Sin embargo, Lorenzo remarcó que la política de promoción “no es estática”, porque “muchas cosas han cambiado” en el país, como una reducción importante del desempleo o un aumento sustancial de las exportaciones. Por ese motivo, “ahora importa más la calidad del empleo o la inclusión de sectores vulnerables” a la hora de otorgar exoneraciones, mientras que en exportaciones se debe apuntar a la diversificación -de productos y destinos-.

En lo que refiere a la localización de los emprendimientos, a partir de ahora no sólo se diferenciará entre Montevideo e interior, sino que se buscará beneficiar a las zonas más carenciadas. “Permitir la descentralización tiene un claro rol para el crecimiento de todos y no sólo del promedio”, remarcó.

El titular de Economía lamentó que “cada vez que hay un cambio, se acusa de cambiar las reglas de juego”. “Si las reglas pueden ser perfectibles ¿Por qué no modificarlas? ¿Quién dijo que los ordenamientos jurídicos y las normativas preexistentes son lo mejor que puede haber porque preexisten?”, se cuestionó. “Si en las empresas, los negocios, las mejoras continuas son el desafío permanente, ¿cómo no van a serlo en las políticas públicas?”, añadió.

De a dos

Otro punto al que se refirió fue la necesidad de incrementar y mejorar la infraestructura, particularmente en logística y energía. Sobre la primera, sostuvo que las obras deben mejorar la cobertura, asegurar el mantenimiento, y “a costos racionales”. Graficó que el concepto “el que rompe paga, el que usa paga, es algo que [...] si lo siguiésemos al pie de la letra, pondría condiciones de costos que podrían inviabilizar a algunos sectores”. Por eso subrayó que los sectores deben “entender que la disponibilidad de infraestructura es un subsidio, porque la inmensa mayoría de la población no va a utilizarlo directamente”.

Respecto a la infraestructura energética, dijo que es “parteaguas para la posibilidad de seguir prosperando”, ya que la demanda energética es fundamental para un país que se encuentra en un ciclo expansivo de su actividad. Al mismo tiempo, destacó que la inversión pública se va a mantener “en niveles muy importantes” durante el próximo quinquenio, en particular en las empresas públicas, que a “lo largo de los próximos cinco años invertirán el doble”, en comparación con “los últimos períodos de gobierno”.

Además, remarcó que para financiar las obras de infraestructura, el Estado podrá asociarse con privados, aunque éstos “deberán aportar algo y compartir riesgos”. En este sentido, dijo que se estimulará la construcción de viviendas mediante exoneraciones tributarias.