Plata quemada

China podría desplegar una serie de políticas para evitar el “dinero caliente”, según aseguró Ma Delun, vicegobernador del Banco del Pueblo de China (PBOC, por sus siglas en inglés), en medio del temor a que las medidas tomadas por Estados Unidos contra la crisis originen flujos de capital poco gratos hacia China. Según detalló, este tipo de políticas podrían incluir ajustes en el requerimiento de reservas, administrar posiciones de cambios de divisas y operaciones de mercado abierto. A comienzos de noviembre había sido el gobernador de la entidad, Zhou Xiaochuan, quien sostuvo que los controles de cambio de divisas en China podrían evitar flujos irregulares de capitales y propuso establecer un “pozo” que ayude a encerrar y liberar capital cuando sea necesario. El anuncio de Estados Unidense de destinar 600.000 millones de dólares para comprar bonos del Tesoro hace suponer que gran parte de ese dinero se dirigirá a los países emergentes. La semana pasada, el PBOC dispuso restricciones contra la excesiva liquidez y el flujo de dinero a la economía real, incluido un aumento en la proporción del capital mantenida en las reservas (encaje) exigida a los bancos.

“Debemos resolver este asunto”, dijo Greenspan sobre el creciente endeudamiento de la principal economía mundial. De lo contrario, Estados Unidos corre riesgo de sufrir una nueva crisis en el mercado de bonos y, en consecuencia, una nueva recesión, advirtió.

El conductor de la Fed entre 1987 y 2006 efectuó estas declaraciones poco después de que se filtrara a la prensa la propuesta de achicar cuatro billones de dólares la deuda mediante la creación de impuestos y recorte de gastos, por parte de una comisión nombrada por el presidente Barack Obama.

El borrador del informe, cuya versión definitiva se conocerá el 1º de diciembre, dirigido por el ex jefe de gabinete de la Casa Blanca Erskine Bowles (demócrata) y el ex senador Alan Simpson (republicano), despertó poco entusiasmo en círculos políticos. Algunas figuras directamente lo condenaron, entre ellas la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien calificó la iniciativa de “simplemente inaceptable”.

Greenspan considera seguro que “algo equivalente a lo que Bowles y Simpson presentaron será aprobado por el Congreso” legislativo estadounidense, y que “la única duda es si será antes o después de una crisis en el mercado de bonos”. Opinó que el elevado déficit, que llegó a 1,3 billones de dólares, podría “asustar” al mercado de bonos, lo que podría llevar a una segunda recesión al unir sus efectos con los de un aumento acelerado de las tasas de interés a largo plazo.

Al tuntún

En medio de una coyuntura internacional en la cual la incertidumbre es la única certeza, el viernes pasado concluyó la cumbre del G20 en Seúl con algunas declaraciones de principios sobre los desequilibrios comerciales y la “guerra de divisas”, pero sin acuerdos concretos.

Luego de dos días de deliberaciones, la cumbre anunció un plan de acción para garantizar un crecimiento mundial “fuerte, sostenido y equilibrado”, mediante “políticas coordinadas” y con la creación de puestos de trabajo como objetivo principal. La falta de empleo es uno de los principales escollos que enfrenta la recuperación económica, particularmente en Estados Unidos y la Unión Europea.

Los gobernantes del G20 definieron áreas de intervención, entre ellas políticas monetarias, área que es escenario de la controvertida “guerra de divisas” con la que algunas naciones pretenden ganar competitividad para sus exportaciones.

También definieron líneas de políticas comerciales y de desarrollo, de equilibrio de las cuentas fiscales, así como para la reforma financiera y otras de carácter estructural. Se aprobaron nuevas reglas para los bancos e instituciones financieras con el fin de evitar movimientos especulativos que hagan tambalear a los países. Pero esas reglas deberían ahora transformarse en leyes nacionales.

El G20 también anunció en su declaración su propósito de controlar el exceso de volatilidad de las monedas y su rechazo al proteccionismo y a las devaluaciones dispuestas para favorecer las exportaciones. Además, expresó su preocupación porque la recuperación está “estancada” en algunos países y por los “altos niveles de desocupación”.