La empresa argentina Oil Fox planea presentar a la compañía de producción de pasta de celulosa UPM (ex Botnia) un proyecto para el aprovechamiento de los efluentes que son vertidos al río Uruguay, la captación del dióxido de carbono (CO2) ambiente y la utilización de estos residuos para la producción de pasta de algas para alimentación animal, así como para la producción de biodiesel.

Un comunicado difundido por Oil Fox y consignado por el servicio de información económica y corporativa PR Newswire Latinoamérica asegura que la firma mantuvo durante 2009 contactos con el Instituto Uruguay XXI, la intendencia de Río Negro y funcionarios técnicos de UPM. En ese marco, añade la información, fueron analizadas diferentes alternativas, entre ellas la captación de emisiones de CO2 para utilizarlas como alimento de algas, así como el tratamiento y utilización de los efluentes que la pastera vuelca al río.

Actualmente, la citada firma argentina desarrolla en su planta de biodiesel localizada en el Parque Industrial Comirsa (ubicado en Ramallo, cerca del puerto de San Nicolás, al norte de Buenos Aires) la construcción de algares que permitirán aprovechar las emisiones de CO2 de una central térmica cercana, para un “engorde de algas”. Además de reducir las emisiones, esta técnica permite "capitalizar la producción mediante el canje de bonos de carbono, los que en la actualidad se cotizan a 15 dólares la tonelada".

Para el caso de UPM, Oil Fox asegura que sería "altamente posible desarrollar un proceso virtuoso, en el que se captaría el CO2 de sus emisiones y se eliminaría el vertido de efluentes al río Uruguay mediante esta técnica". Otro factor relevante del proyecto que presentaría la empresa es la producción de compost para alimentación de algas y producción de energía a través de biogeneradores, aprovechándose para ello el tratamiento de efluentes cloacales. De esta forma, la tecnología utilizada hace que la planta de producción de algas tenga un ciclo de "costo de energía cero", ya que todos los procesos de producción se realizan mediante la utilización de gas metano producido por los efluentes cloacales, y la posterior utilización de la materia seca para alimentación y/o abono.

La firma argentina "se encuentra desarrollando este mismo proyecto para la instalación de plantas de similares características en Estados Unidos, Corea y Chile, pero existe mucho interés en poder desarrollar este tipo de plantas en Uruguay, las cuales aportarían no sólo a soluciones ambientales y de sostenibilidad económica y social, sino que asimismo permitirían un positivo aporte a la política de biocombustibles del país", añade el comunicado.

Sólo un vicio más

El presidente de Oil Fox, Jorge Kaloustian, y su director Ejecutivo, Marcelo Decoud, valoraron que las floraciones de algas que se registran en el río Uruguay no son solamente responsabilidad de los vertidos que realiza UPM, que se encuentran dentro de los límites de los estándares internacionales permitidos, sino que el problema también radica en que “cualquier tipo de efluente que se vuelca en ambas orillas [...] produce altas concentraciones de algas 'microsistis'”. Según se detalla, éstas tienen una “alta toxicidad ecosistémica para la salud humana por contacto o ingestión”, ya que “este tipo de algas produce hepatotoxinas acumulables en el ser humano”.

Tal situación genera un “un círculo vicioso, ya que en cualquier tipo de efluentes existen componentes químicos (fósforo, potasio, etcétera) que son altamente atractivos para las algas en cuanto a su base alimenticia”.

Según los directivos, ese proceso podría “ser revertido y pasar del círculo vicioso al virtuoso, en el que los efluentes y las emisiones de CO2 se conviertan en energía a través de la producción de biocombustibles y alimento a través de la producción de algas para consumo animal”. Todo ello “independientemente de la utilización de efluentes cloacales como energía para el proceso (biogás) y la utilización de la materia sólida residual como abono y base alimenticia de las propias algas”.

En Uruguay, desde la empresa UPM reconocieron haber recibido hace “unos cinco meses” a representantes de Oil Fox, interiorizándose entonces de los detalles del planteo de la firma. Según explicaron fuentes de la pastera a la diaria, en esa reunión “se realizó un primer planteo” y los empresarios argentinos “quedaron en formalizar la propuesta”, algo que todavía no ha sucedido.