“No se puede estar negando la asistencia a gente que la necesita”, manifestó el presidente José Mujica ayer en su audición de M24, desde la que anunció la voluntad del gobierno de declarar la emergencia sanitaria. Interpretó que existe “una decisión gremial” de los anestesistas de no trabajar en el sector público y a modo de ejemplo señaló que si se aceptaran las exigencias de los profesionales, una guardia de 24 horas en el Pereira Rossell costaría 24 mil pesos. Mujica aseguró que ya se están derivando pacientes a centros privados “con un alto costo” para el Estado.

Ayer por la noche el gobierno discutía el proyecto de ley que ingresará hoy al Senado. Éste prevé adelantar los recursos presupuestales para la contratación de anestesistas y médicos previstos para el 1º de enero de 2011. Además se evaluaba una serie de posibilidades, que mencionó el propio Mujica en su audición radial: derivar cirugías a hospitales del interior, trasladarlas al sector privado, “apelar a la solidaridad de otros países que aporten profesionales”, crear una cátedra de emergencia para formar anestesistas y “autorizar a intensivistas a asistir procedimientos sencillos fuera del block quirúrgico”. “Se recurrirá a todo lo que sea posible para resolver la emergencia. No hay nada que se descarte, iremos viendo qué usamos en cada momento”, aseguró Olesker.

Ni me toco

Gustavo Malfatto, dirigente de las Sociedades Anestésico-Quirúrgicas (SAQ), dijo a la diaria que “esta situación es desagradable” y que no les gusta “tener este tipo de intercambios con el señor presidente”. Señaló además que les “molesta muchísimo cuando aparecen por allí pintadas o comentarios de autoridades o formadores de opinión denostándonos”. “Quieren encubrir su ineficacia endilgando a los anestesiólogos un montón de males”, interpretó.

Explicó que a los anestesistas “no les sirven” las condiciones de trabajo que plantea el Ejecutivo. Respecto a la posibilidad de ampliar los cupos en la cátedra de Anestesiología, Malfatto sugirió que “entonces el resto de las cátedras podrían decir que se vuelva a la situación en que no había cargo de residentes y todo el mundo hacía lo que se le cantaba”.

Interrogado respecto a si no le planteaba cuestionamientos éticos el hecho de dejar 4.000 personas sin operar, sobre todo de los sectores más vulnerables, respondió que la Sociedad de Anestesiología “aplaudió” la decisión de la Facultad de Medicina de “entrar en el hospital Pereira Rossell para atender la rémora de pacientes oncológicos”, y que en ese sentido el gremio “se comportó de forma impecable”.

Respecto a la eventualidad de que el gobierno traiga especialistas del exterior, Malfatto dijo que le “llamaría la atención” que pudiera hacerlo, ya que “la anestesiología tiene problemas a nivel mundial” y “casi todos los egresados de anestesiología han emigrado porque hay mejores condiciones económicas en otros mercados”. No obstante, si vienen y tienen “una retribución especial, ahí sí se complica la cosa y se arma un lío bárbaro”, prometió.