El primer estudio conjunto de cartografía y análisis de las condiciones oceanográficas del fondo marino uruguayo se realizó en el marco de la Declaración de Intenciones firmada entre el gobierno uruguayo y el español en 2005. Daniel Montiel, titular de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara), dijo a este medio que cuando José Mujica era ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca se firmó un convenio de cooperación pesquera con España. En ese marco se desarrolló una serie de cursos de formación de técnicos uruguayos, tanto en Montevideo como en España. “Pero lo más emblemático fue la presencia del buque oceanográfico Miguel Oliver, uno de los más modernos del mundo, con equipamiento tecnológico de última generación que permite trabajar a grandes profundidades y utilizar equipos electrónicos y de ultrasonido de una capacidad importantísima, que realmente permiten tener los ojos debajo del agua, más aun: en el subsuelo marino”, dijo.

Tal como se puede leer en la página web de la Dinara, el buque posee una central informática, un centro de sísmica, laboratorios integrados (húmedo, seco, químico y biológico), y cuenta con equipos de última generación como ecosonda multihaz, con un alcance de siete kilómetros y ecosonda de sísmica paramétrica. Posee también dos robots subacuáticos: Rov Swordfish, equipado con dos cámaras, brazo extensible y sistema acústico de posicionamiento marino, que permite examinar el impacto de las artes de pesca en los fondos marinos, y Videoray, que es una herramienta para la evaluación y filmación del estado de las reservas marinas, arrecifes y recursos pesqueros.

La llegada del buque se programó en tres etapas. Durante la primera campaña, seis técnicos uruguayos y siete españoles estuvieron durante un mes en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) uruguaya realizando actividades de carácter científico y técnico. “Se identificaron especies marinas y suelos submarinos, y se realizaron análisis del fondo, de sedimentos marinos, y de la cadena trófica (o alimenticia)”, agregó Montiel.

El viernes, poco antes de la partida del buque, se proporcionó un pequeño adelanto de los resultados de ese mes de trabajo. “Se trabajó a una profundidad de más de 1.000 metros, a la que Uruguay no puede acceder porque no tiene tecnología para hacerlo”.

Según Montiel, se conocieron especies de tiburones de cuya existencia en aguas uruguayas no había noticia, se constató la presencia de cangrejo rojo, una especie de alto valor comercial, y se encontraron pulpos en el fondo marino. Pero lo más destacado fue que se encontró un ecosistema formado por corales en aguas profundas y de características muy frías, cuya existencia sólo se ha conocido en el mar del Norte en Noruega y en el norte de Escocia.

El biólogo Alvar Carranza, que formó parte del equipo de investigadores a bordo, dijo a este medio que, si bien la existencia de coral ya estaba mencionada en las aguas uruguayas, no existía una descripción tan detallada de las colinas o montañas de arrecifes. “Ahora hay un mapeo tridimensional de la estructura que se va a completar con videos y fotografías submarinas en próximas campañas”, mencionó el biólogo que trabajó en el área de fauna bentónica (invertebrados, asociados al fondo marino).

Para sacar muestras de los sedimentos blandos se utilizó una draga Mega Box Corer que extrae una porción del fondo marino, más exactamente un cubo de 50 centímetros de lado. También se recolectaron muestras biológicas y se realizó una identificación de especies y separación preliminar del material que se mantiene en formol, alcohol, o congelado. “Todo el sedimento se tamizaba y se guardaban los organismos, pero todavía falta el procesamiento fino”, agregó. También se utilizó una draga de roca para estructuras más sólidas.

En cuanto a la presencia de corales, Carranza mencionó que se encuentran en la zona de talud o de transición entre la plataforma continental y los fondos marinos profundos, a unos 300 metros de profundidad en dominio oceánico. “Se trata de ecosistemas muy vulnerables que generan una estructura muy compleja que incrementa la heterogeneidad ambiental, y están siendo objeto de atención de la comunidad científica”, agregó.

En la expedición participaron científicos del Instituto Español de Oceanografía, de la Secretaría General del Mar de España, de la Dinara y del Servicio de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología de la Armada uruguaya (SOHMA).

Para Montiel, la información que este buque aportó tardará un año en ser analizada. Entre los descubrimientos más destacables el director de la Dinara mencionó la presencia de un cráter y de montes submarinos, de gran importancia a nivel medioambiental. “Considero que fue un trabajo de carácter estratégico para Uruguay, porque creo que el destino de la humanidad se resolverá en el mar. Además, a la información pesquera sobre recursos vivos se suma la de carácter geológico, que permitirá analizar la potencialidad en materia de hidrocarburos. Vamos a continuar las campañas en 2011 y 2012 consolidando vínculos con España para que ambos países podamos tener información consistente y determinante de esta área fundamental”, dijo Montiel.