Comenzó una campaña de divulgación y sensibilización sobre el peligro que el caracol Rapana venosa (una especie exótica) ejerce sobre la fauna de moluscos nativos, específicamente sobre la población de mejillones uruguayos. La iniciativa corre por cuenta de la Sección Oceanología de la Facultad de Ciencias y cuenta con el apoyo de EcoPlata. Como incentivo para dar captura a este animalejo invasor proponen canjearlo por un peso en locales ubicados en Piriápolis, Punta del Este y La Floresta.

La campaña consiste en la distribución de material gráfico de divulgación -con fotos del caracol en cuestión- que, además de informar sobre los riesgos producidos por el Rapana venosa, invita a recolectarlo como estrategia de control de este organismo. Es una especie bentónica que vive bajo el mar en el submareal. Es predador de moluscos y usualmente se alimenta de ostras, mejillones y almejas. Es originario del Mar de Japón, del Mar Amarillo, del Mar de Bohai y del este del Mar de China, y actualmente se encuentra distribuido en diversos ecosistemas costeros del mundo.

Ernesto Brugnoli, integrante del Grupo de Estudio de Especies Exóticas Invasoras (EEI) y docente de Oceanología de la Facultad de Ciencias (Universidad de la República), dijo a la diaria que este pequeño organismo ha causado en otras partes del mundo la disminución de varias especies, entre ellas el mejillón. “Queremos prevenir que eso ocurra acá. Hay algunos estudios realizados en la isla Gorriti, frente a Punta del Este, que reportan que estos organismos están consumiendo los mejillones. Antes de perder el recurso optamos por realizar una campaña de sensibilización ofreciendo algo simbólico: un peso por cada caracol recolectado”, explicó.

Según Brugnoli, cuando la campaña haya alcanzado un nivel superior y se haya conseguido determinada cantidad de caracoles se trabajará a otra escala y con otras instituciones para controlar al organismo. A su entender, su erradicación es prácticamente imposible pero se podrá disminuir el número de caracoles.

El caracol, de origen asiático, arribó a nuestras costas debido al incremento del comercio y de las rutas de navegación entre Oriente y Sudamérica, especialmente con Argentina y Uruguay. “La llegada de esta especie exótica se debe al flujo continuo de barcos que transportan aguas de lastre que permiten equilibrar el barco mientras no está cargado. Esa agua, que contiene el organismo, es tomada del puerto de origen y se descarga en otro puerto para cargar el buque. Las aguas de lastre también han transportado a nuestras costas otras especies exóticas invasoras, como el mejillón dorado y la almeja asiática, que afectan la biodiversidad autóctona y la economía pesquera”, explicó.

Según se difunde desde la Sección Oceanología de la Facultad de Ciencias, “una de las causas más importantes de pérdida de biodiversidad en el planeta, junto con la destrucción del hábitat, es la invasión de especies exóticas. Éstas se propagan sin control en hábitats naturales o artificiales y ocasionan disturbios ambientales, algunos de los cuales pueden ser irreversibles. De la misma manera que ocurre en muchas regiones, en Uruguay la introducción, voluntaria o involuntaria, de estas especies está causando diferentes impactos sobre los sistemas naturales. Algunas de ellas han logrado atravesar los diferentes filtros ambientales, constituyéndose en especies exóticas invasoras y ocasionando problemas en diversos recursos naturales de nuestro país”.

El Rapana venosa es de color naranja, tiene espinas puntiagudas y puede llegar a medir 20 centímetros. Es posible encontrarlo en las costas de Maldonado y Canelones.Los centros de canje estarán ubicados en el club El Tiburón de La Floresta, en la colonia de vacaciones de la ANEP en Piriápolis y en el Museo del Mar en Punta del Este. Los caracoles recolectados quedarán en la Facultad de Ciencias para ser estudiados y conocer más sobre la distribución de este organismo en nuestras costas.