Aishemberg explicó que cuando la UE supo del aumento previsto para las tarifas de los puestos de atraque en la terminal marítima de la capital, que podría alcanzar hasta un 400%, surgió la preocupación por la incidencia que ello podría tener para la competitividad de las empresas uruguayas orientadas al comercio exterior. Así, fue solicitada una reunión con las autoridades portuarias “para buscar posibles soluciones”, concretada el jueves pasado y en la que participaron el presidente y la gerente de la ANP, Gastón Silberman y Ana Rey, además de representantes de los vendedores arroceros y agroquímicos, “que son dos de los sectores que podrían verse mayormente afectados”. El motivo del incremento, solicitado por la ANP al Poder Ejecutivo en 2008 y que “aún no está autorizado”, es que las tarifas de atraque en el puerto de Montevideo no fueron modificadas desde 1993.

Sobre los resultados del encuentro, Aishemberg mostró total conformidad del sector exportador, ya que “la intención de la ANP no es aumentar al máximo sino de forma paulatina y según la incidencia sobre cada sector”. Este análisis será desarrollado conjuntamente entre la UE y la ANP mediante una “comisión técnica para definir cómo se instrumentará el ajuste de las tarifas, de forma que no afecte la competitividad del puerto de Montevideo ni de las empresas exportadoras locales”.

Enchúlame la grúa

La Ejecutiva destacó que el incremento de lo recaudado por el ajuste se volcará a la mejora de la infraestructura portuaria. En el proyecto se incluyen las “obras en el muelle C, en la entrada norte, dragado, entre otras”. “Evidentemente estos trabajos tienen que ser financiados por los servicios que brinda el puerto”, opinó Aishemberg.

En esta línea, desde la administración también se comprometieron a poner en funcionamiento, en los próximos cuatro meses, las cuatro grúas averiadas que hay actualmente. La secretaria de la gremial aseguró que la ANP “ya tiene licitado quiénes las van a arreglar y poner a full”, noticia que dejó “conformes a los exportadores porque van a tener un servicio eficiente”. “De seis grúas que tiene el puerto, dos están funcionando y cuatro no”, precisó, señalando la relevancia de su reparación para “lograr agilidad en la carga de los buques y para que el aumento de las tarifas de muellaje no impacte tanto”. “Si aumentan la tarifas [el costo total] se encarece, pero el buque se va rápido porque las grúas funcionan eficientemente, lo que implica un menor costo”, razonó. “El puerto de Montevideo tiene que mejorar la infraestructura para elevar la cantidad de barcos que vienen al país, ya que evidentemente compite con Porto Alegre y Buenos Aires, y lo que está pasando es que muchos barcos van a Porto Alegre, a Buenos Aires y si pueden vienen a Montevideo”, argumentó Aishemberg, evaluando que se debe “recuperar la competitividad en todo sentido para hacer que los barcos se vayan rápido”.

Sobre este punto, valoró que el puerto de Montevideo tiene “dos áreas: la privada y la pública”, siendo en esta última donde se presentan “algunos inconvenientes”. “La parte privada hace el esfuerzo de seguir invirtiendo porque es la forma en que vengan los barcos; la pública tiene que acompasarse”, reclamó. “Lo que nosotros queremos es que haya un buen balance entre la productividad y los costos, y que justamente haya una contraprestación de servicios eficiente”, concluyó.