Días atrás la prensa informó sobre la voluntad del ministro de Salud Pública, Daniel Olesker, de disminuir el multiempleo médico. La nota trajo a la agenda mediática un tema pendiente: el cambio de un modelo asistencial que proporcione mejores condiciones laborales y que redunde en una mayor calidad asistencial.
En diálogo con la diaria, Olesker explicó que “en el primer período de gobierno [del Frente Amplio] el objetivo respecto al mercado de trabajo se concentró en recuperar los salarios perdidos, ahora las condiciones de trabajo pasan a ser prioritarias desde la perspectiva del Ministerio [de Salud Pública, MSP]”.
Esto se puede lograr mediante dos tipos de estímulos. Uno de tipo monetario: “Hacer que el valor hora crezca a medida que uno aumenta la dedicación”, explicó el ministro. Y agregó que buena parte del costo sería fiscal, del Fondo Nacional de Salud (Fonasa), tanto para las instituciones de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) como para las privadas, dado que el 75% de los afiliados de estas últimas son a través del Fonasa. “Hay que hacer estos cálculos, lo vamos a incorporar como prioridad en el presupuesto”, dijo.
El segundo estímulo sería que “parte de ese horario de trabajo extendido no sea 100% para atención directa”, de modo que los médicos puedan destinar tiempo para actividades de “educación, participar en ateneos, en formar equipos, ámbitos de intercambio, incluso en capacitación”. En este marco, otro incentivo puede ser que las instituciones asuman el pago de los seguros médicos (por eventuales demandas de mala praxis) de aquellos profesionales con alta dedicación.
El ministro aclaró que este tema viene discutiéndose con el Sindicato Médico del Uruguay [SMU] desde el año 2007, y que ahora se retomará. “La idea es ver cómo podemos transitar a lo largo de los cinco años hasta este nuevo modelo de organización del trabajo”, explicó Olesker.
Cambios bienvenidos
Julio Trostchansky, presidente del SMU, dijo a la diaria: “Estamos dispuestos y propulsamos este tipo de cambio de modelo de ejercicio profesional”, pero aclaró que el cambio debe respetar “los derechos adquiridos, es decir, que quienes se encuentran desempeñando su profesión bajo un modelo laboral [actual] puedan seguir haciéndolo si ésa es su opción; que esta concentración de cargos se haga manteniendo el nivel de remuneración actual de los profesionales; y en tercer lugar, es necesaria cierta estabilidad del sistema, que es la que obligaba hasta hace un tiempo a ejercer la profesión en distintos ámbitos”.
Este último punto parece haber sido alcanzado y es fundamental, porque los médicos no querían concentrarse en una mutualista por temor a que cerrara. Olesker indicó que ya no existe el “riesgo de inestabilidad y de colapso que había en 1988-89 y en 2002. Entre el primer gobierno de Sanguinetti y el gobierno de Lacalle, cerraron más de veinte mutualistas, y en el gobierno de Batlle cerraron otras nueve”, y agregó que el MSP “dio un buen mensaje en el período pasado cuando intervino dos instituciones para recuperarlas y no sólo las recuperó, sino que ambas tienen estabilidad laboral”.
Trostchansky explicó que desde el SMU se aspira a “la concentración horaria dentro de las instituciones, hoy los cargos médicos están multifragmentados, impulsamos que un médico se fidelice dentro de la institución”. En este sentido, el galeno ejemplificó: “Un cirujano tiene una actividad de policlínica, de visita de sala, de block quirúrgico y de urgencia. Todas esas áreas pueden ser desempeñadas por diferentes profesionales, uno en el área de emergencia, otro en policlínicas y otro en el área de block quirúrgico. Buscamos tratar de concentrar todas esas actividades en un mismo médico, para que pueda desempeñarse plenamente dentro de una institución”.
El presidente del SMU aclaró que para esto es necesario un cambio de laudo, porque hoy “hay un cargo de policlínica, otro de urgencia, otro de actividad de sala, pero no hay un cargo que diga, por ejemplo, ‘cargo completo’. No existe esa posibilidad”. Consultado sobre por qué se llegó a esa situación, a simple vista nociva, explicó que “quizá en su momento fue una salida para el desempleo, fue un medio que permitió la generación de un mayor número de cargos aunque éstos fueran de menor calidad; hace 40 años permitió aumentar la oferta laboral disminuyendo la calidad, hoy estamos tratando de generar el proceso inverso, mejorar la calidad laboral y la calidad asistencial: un médico que se fideliza con la institución también se fideliza con los usuarios”.