El pasado lunes, tras la sesión del Gabinete Productivo, el ministro de Industria, Roberto Kreimerman, anunció la firma de un convenio entre UTE y su par brasileña, Electrobras, para la construcción de la red que facilite la interconexión eléctrica entre ambos países (ver la diaria de ayer). Para ser financiado mediante el Focem, el proyecto, anunciado desde la pasada administración, precisaba la aprobación de los cuatro estados del Mercosur.

Si bien había obtenido el visto bueno a nivel técnico a mediados de 2009, en el plano político el grupo de embajadores de los países miembro demoró en reunirse; cuando lo hizo, la delegación argentina manifestó “no tener instrucciones” sobre el asunto, lo cual retrasó la decisión.

Pero el cambio de administración en Uruguay parece haber mejorado las relaciones oficiales entre ambas márgenes del Río de la Plata, y a poco más de 15 días de la asunción presidencial de José Mujica, el gobierno de Cristina Fernández finalmente dio el visto bueno requerido para financiar la interconexión. Ahora, explicó el jerarca, el proyecto deberá ser estudiado por el Grupo Mercado Común, para luego ser elevado a los cuatro presidentes del bloque. Sobre los tiempos que demandará esta instancia, Cancela detalló que se manejan dos alternativas: culminarla en los plazos ordinarios, es decir entre junio y julio, o adelantarla a abril; esto sucedería de aplicarse el artículo 6º del Focem que habilita a los coordinadores del Mercosur a dar la aprobación oficial directamente. Así fue propuesto por los representantes de Uruguay, Brasil y Paraguay, faltando sólo Argentina. “En el peor de los casos se estaría aprobando a fines de julio, pero en el mejor se podría aprobar en abril”, apuntó.Cancela negó que la dilatada aprobación implique un cambio en el relacionamiento bilateral con Buenos Aires, asegurando que el gobierno de Fernández “nunca se manifestó en contra del proyecto sino que demoró su respuesta”. Sobre el punto, evaluó: “Más allá de los conflictos de intereses que tenemos, la relación con Argentina es muy buena, al igual que en la pasada administración”.

Tuya y mía

En cuanto a la interconexión con Brasil, Kreimerman destacó que es una iniciativa “fundamental hacia el futuro del desarrollo energético del país”, valorando, además, que fue uno de los temas acordados recientemente entre gobierno y oposición en la comisión multipartidaria que integran los partidos con presencia en el Parlamento.

Se trata de un proyecto que llevaba bastante tiempo de trabajo y que permitirá asegurar el intercambio de electricidad cuando Uruguay o Brasil la necesiten. Las obras necesarias del lado uruguayo ascienden a 120.000.000 de dólares, de los que 80.000.000 serán financiados mediante un préstamo no reembolsable del Focem. Del lado brasileño harán faltas unos 75.000.000 de dólares en obras, más el costo de la estación conversora, que ya se licitó y cuyo precio ronda los 135.000.000 de dólares. “La proyección que acompaña el cronograma es que las obras de interconexión estén terminadas a finales de 2012”, precisó el ministro.

El proyecto había sido calificado de suma importancia por el gobierno de Tabaré Vázquez, lo que en determinado momento llevó a pensar en la opción de financiarlo con recursos propios debido a los retrasos impuestos por Argentina. En julio de 2009, el entonces titular de Relaciones Exteriores, Gonzalo Fernández, expresó a la diaria sus críticas a Argentina por la ausencia de argumentos para adoptar una decisión, añadiendo que los gobiernos de Brasil y Uruguay analizaban el financiamiento bilateral “por fuera del Focem” (ver la diaria del 30/07/09, página 13).

El Focem se integra con contribuciones financieras no reembolsables de los miembros plenos del Mercosur y se utiliza para financiar proyectos que beneficien, al menos, a dos países del bloque. Su objetivo de fondo es contribuir a la reducción de las asimetrías y los aportes son de 100.000.000 de dólares anuales, de los que Brasil aporta 70%, Argentina 27%, Uruguay 2% y Paraguay 1%.