Luz de estrella (y primeras sombras)
Para Paulo Aguiar, solista del cuerpo de baile del SODRE, contar con un director de la talla de Bocca es muy importante. “Va a traer mucha más gente, cosa que habíamos perdido, aparte de todo lo que nos puede enseñar a nosotros. Estamos contentos, a la expectativa y ansiosos. No sólo nos va a beneficiar en lo artístico sino en el área de marketing y publicidad que nos faltaba: a él le van a dar más corte que a cualquier otra persona que venga, ya que en su momento fue el mejor bailarín del mundo”. Lucía Martínez, bailarina del cuerpo de baile y ex integrante del gremio, también dijo que es para todos una gran alegría. “Pensamos que se va a dar una transformación positiva porque hacía mucho que estábamos medio estancados y ahora habrá posibilidad de trabajar con gente de más nivel”. Martínez coincidió en que es necesario ampliar el horario laboral, lo que debería ir acompañado de una remuneración acorde. “Por otro lado, habrá un alimento espiritual que es muy importante”, dijo la bailarina. Por su parte, la número dos del MEC, María Simon, recordó la gran responsabilidad del Estado hacia la población que representan la construcción de este SODRE y su puesta en funcionamiento, y dijo que la incorporación de Bocca debe leerse como “una señal de la importancia que le damos a la danza y a su cultivo, y como un espaldarazo a los cuerpos estables”. “Queremos seguir la obra material pero fundamentalmente la humana”, dijo y recordó que “más importante que el edificio es la gente”.
“Como niño con juguete nuevo”, “con las mismas emociones que tenía cuando empezaba a estudiar danza y tener las primeras funciones”, “con mucho amor y muchas ganas”: así dijo sentirse y encarar su nueva labor el flamante director del BNS. “Estoy sacando muchas cosas de mí que me gustan, que me dan placer. No me gusta ver un teatro parado, no me gusta ver un ballet que no sabe si va a tener funciones. No me gusta ver que los jóvenes no tengan posibilidades. Por eso hace más de un mes que estoy trabajando a full”, dijo ayer Bocca.
El director eligió realizar la conferencia de prensa en una de las salas de ensayo en el cuarto piso del Auditorio Adela Reta, una especie de búnker de cemento que espera impaciente el revestimiento de espejos, las barras y el piso. La elección no fue casual, ya que Bocca quiso dejar claro que “no está todo terminado” y, por el contrario, queda mucho por hacer para “trabajar con más calidad”.
Antes que nada, presentó al equipo que lo acompaña, integrado por Gerardo Bugarín (gerente), las ex bailarinas María Inés Camou y Marlene Lagos (maestras asistentes) y Analía Fontán (asistente personal). Luego repasó al detalle lo que será la programación para este año y el siguiente.
El número uno de la danza argentina, que también fue uno de los mejores y más populares bailarines del mundo, se mostró dispuesto a hacer lo que haya que hacer para reflotar el BNS, ya sea cambiar bombitas o establecer relaciones con diferentes empresas para que conozcan su proyecto y lo apoyen. De hecho, durante la conferencia confirmó el apoyo de Buquebus como “sponsor platino” del BNS, y de la empresa administradora de créditos Pronto. Además, contó que la Fundación del Teatro Solís y la marca Capezio donaron 400 pares de zapatillas de punta. A su entender, el patrocinio es vital a la hora de realizar las producciones, por eso no es de extrañar que en primera fila, codo a codo con figuras de la cultura nacional, estuvieran Laetitia D’Arenberg y López Mena.
Equipamiento lumínico y de sonido son algunas de las cosas que todavía se necesitan en el Complejo de Salas de Espectáculos del SODRE Dra. Adela Reta. “Hay un montón de cosas en las que me estoy metiendo, aunque no tendría [que hacerlo], porque me gustan, quiero ayudar, salir adelante y que este nuevo emprendimiento artístico tenga su fruto y su futuro”, dijo Bocca antes de dar paso a la ronda de preguntas de los periodistas.
Corazón, arte y disciplina
Consultado sobre los cambios que piensa introducir, Bocca mencionó que habrá una audición el 24 de mayo a las 10.00 para la cual ya están abiertas las inscripciones; hay aspirantes de Chile, Paraguay, Argentina, Francia y nuestro país. Dijo además que su idea es tener un plantel de entre 35 y 50 bailarines sin categorías para luego evaluar si puede haber solistas y primeros bailarines. “Mi idea es darles la posibilidad a todos de que realmente pongan corazón, pongan su arte y disciplina al trabajo”. El horario de trabajo será de 10.00 a 17.00, dos horas más de lo habitual, “porque de lo contrario es imposible trabajar seriamente y llevar una producción seria al escenario”, dijo el ex bailarín.
Programa
El programa comprende la reposición de dos obras: Nuestros valses y Doble corchea, a cargo del coreógrafo venezolano Vicente Nebrada. Se completa con el grand pas del tercer acto de Raymonda. La primera bailarina uruguaya Sara Nieto se ocupará del montaje de Giselle, que se estrenará el 20 de agosto, con elenco nacional. Al día siguiente se realizará con una invitada especial, la bailarina uruguaya María Riccetto, que actualmente baila en el American Ballet Theatre (ABT) de Nueva York, junto a Marcelo Gómez, también primera figura del ABT. Habrá una gira nacional con un programa mixto que incluye Nuestros valses, Doble Corchea y Raymonda. El 23 de noviembre tendrá lugar la gala por los 75 años del BNS y el cierre de temporada está previsto para diciembre con El lago de los cisnes, con coreografía de Raúl Cardal, productor del Teatro Colón. En marzo de 2011 se comenzará a montar Un tranvía llamado deseo, de Mauricio Wainrot, en junio el ballet participará en el montaje de la ópera Eugene Oneguin y en setiembre se montará Corsario completo, en tres actos, con la misma producción del ABT. El cierre será con una producción propia de Cascanueces, realizada en conjunto con el grupo de teatro negro Bosquimanos Koriak. Para comienzo de 2012 está confirmada la producción de La bayadera completa, con la misma producción del Royal Ballet y la Scala de Milán. Sobre los criterios que tuvo en cuenta a la hora de orquestar el programa, Bocca dijo a la diaria que buscó obras fáciles de preparar que forman parte del repertorio, como Giselle o El lago de los cisnes. Además quiso incluir creaciones de Vicente Nebrada, que es un coreógrafo muy interesante y que se está perdiendo. También pensó en traer el repertorio clásico como Corsario y seguir con la tradición mundial de estrenar Cascanueces en diciembre. “Como hay respeto a mi trabajo y a mi seriedad, podemos tener una programación hasta 2012”, concluyó.
A modo de “diagnóstico” de la compañía mencionó que “tiene elementos y ganas” pero necesita ingresar al siglo XXI. “Hay que traerla a la forma en que se trabaja ahora, a la técnica en que se trabaja, al ritmo de trabajo actual. Pero se puede hacer porque hay ganas y calor”. De todos modos, dijo como para aclarar los tantos: “Va a bailar la gente que esté en forma para subirse al escenario. Sé que hay solistas y primeros [bailarines] y los voy a respetar, pero al mismo tiempo pretendo que se respete al arte y al público que viene a ver un espectáculo. Cada uno tiene que ser consciente de lo que puede dar y de lo que no, que es la parte más difícil siempre: tener autocrítica”.
“Éste es un trabajo de disciplina, amor y respeto”, subrayó, retomando las palabras que usó en el comunicado de UNESCO por el Día Internacional de la Danza, que se celebró el 29 de abril. “Voy a respetar pero también voy a querer que se me respete y se respete a la danza”, enfatizó. Para que después no le vengan al humo, mencionó que cuando estén de gira por el interior habrá que acostumbrarse a usar baños químicos si no hay otros: “Las exigencias conmigo no van”.
Entre los invitados que realizarán sus aportes al BNS, destacó la llegada de su maestro Wilhelm Burmann, que también fue maestro de Mijaíl Baryshnikov, para que los profesores uruguayos vean hacia dónde quiere ir y llevar a la compañía. En ese sentido contó que ya se reunió con la directora de la Escuela Nacional de Danza (END), Mabel Silveira, para ofrecerle su ayuda y plantearle su deseo de unificar criterios para que todos egresen con una enseñanza similar. “Nosotros no somos de dos metros pero tenemos que bailar como si lo fuéramos; no tenemos una estructura como los alemanes, los norteamericanos o los rusos, entonces tenemos que enseñar una forma para lograr eso. Yo lo aprendí, tenía una estructura más redonda, era más pesado y, sin embargo, pude llegar a hacer un príncipe y verme alto en el escenario... y cuando salía me decían: ‘¡Ah, no eras tan alto!’. Se llega a hacer eso con la enseñanza”.
Bocca piensa realizar audiciones todos los años, no de un día sino al estilo de las grandes compañías del mundo, en donde los aspirantes son alojados durante dos semanas para tomar clases y ser observados en su desempeño. “Es un cambio al que todos nos tenemos que acostumbrar, sobre todo la gente que hace años que está peleando acá en el ballet, que no ha tenido nunca un teatro fijo para poder trabajar seriamente. Como le dije al cuerpo estable: yo vengo a sumar, no vengo a restar, y vengo como artista, como bailarín, no como argentino o italiano. Mi intención es aportar a la danza y a la educación”.
En relación con uno de los grandes reclamos de los bailarines y del gremio, la necesidad de contar con una ley específica que contemple el hecho de que después de los 40 años -salvo excepciones- no pueden seguir bailando pero tampoco pueden acceder a una jubilación, Bocca dijo que está dispuesto a ayudar. “Ésta es una profesión en la que no se puede seguir bailando después de determinada edad, pero sí se puede, con una preparación, seguir como maestro o como coreógrafo, como director o como asistente. Hay otros rubros, se puede dar clases en el interior, es muy rico contar con un bailarín del Sodre enseñando. Creo que hay que hacer un organigrama y una proyección hacia ese camino”.
La semana que viene Bocca viajará para ser jurado en un concurso en Barcelona y aprovechará para presentar a la compañía en España y organizar fechas allí. En los próximos meses será homenajeado por el gobernador de Roma en Italia y en México. Mientras tanto, espera que finalicen las obras en las salas de ensayo para que el ballet pueda usarlas. A los 75 años el BNS vuelve a nacer.