Las expectativas europeas están puestas en el plan de ayuda a Grecia acordado entre la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional por 110.000 millones de euros (146.000 millones de dólares) a cambio de duras medidas de austeridad, buscando mitigar los temores sobre un posible incumplimiento de deuda pública. La coordinadora del Área de Coyuntura del Instituto de Economía de la Universidad de la República, Gabriela Mordecki, explicó que Europa atraviesa una “situación bastante complicada” y que dicho plan de apoyo “demuestra la gravedad de la situación”. No obstante, matizó que Grecia es una “economía pequeña” en comparación con otras de la eurozona, y aventuró que “los mayores efectos van a estar enfocados en la interna” de la UE, que deberá realizar “ajustes en su regulación”. Estimó que “las ayudas van a ser efectivas y, quizás, [se otorgarán] de forma más lenta, pero van a volver a crecer, principalmente sobre la base de las grandes economías europeas”.
Por su parte, Caumont analizó que “la crisis europea se debe a la debilidad de los países relativamente menores” y sus riesgos de incumplimiento de obligaciones, ya que los grandes “no tuvieron esa inestabilidad”. Reflexionó que el motivo para aprobar el paquete de ayuda fue “evitar problemas sobre el euro” y proyectó que tendrá efectos positivos: “Grecia dejará de tener problemas” y “comenzará a mejorar”. En tanto, Antonio Elías, de la Red de Economistas de Izquierda, interpretó que “la situación europea es compleja y no es de un solo país”. Explicó que “el principal problema es el alto endeudamiento y el tipo de soluciones que se tomarán para solventarlo”. “Europa está en el borde de la cornisa, pero eso no quiere decir que se vaya a caer”, apuntó.
Impactante
En cuanto a posibles repercusiones en Uruguay, los expertos dividieron posiciones. Mordecki no espera efectos directos, ya que los principales productos que el país vende a Europa “son alimentos y productos para procesos industriales, como el cuero para la industria automotriz, que comenzaron a recuperar sus ventas, y esa tendencia no se va a interrumpir”. Sin embargo, advirtió que podría darse un impacto por pérdida de competitividad. “El euro se venía apreciando frente al dólar al igual que nuestra moneda, entonces manteníamos competitividad, pero ahora se está depreciando el euro, lo que está ocasionando fuertes pérdidas de competitividad, que podrían afectar al sector exportador”, fundamentó.
Otro impacto sería generado por “las políticas monetarias expansivas de la UE, que se esperaba comenzaran a revertirse en la segunda mitad de 2010, y que posiblemente se posterguen”. Tal eventualidad provocaría un “aumento de los ingresos de capitales al país”, algo que, “si bien por un lado es positivo, por el otro trae problemas por su efecto [a la baja] sobre el dólar”. Caumont, en cambio, no vislumbra problemas para el país porque el euro “no” se verá “duramente afectado”. “Si bien puede bajar un poco más, no veo efectos directos sobre la economía local”, resumió. Elías, por el contrario, interpretó que si la crisis en España se agrava “podría generar un impacto importante sobre Uruguay”, debido a que en el mercado local “hay bancos de origen español que podrían querer solventar la retracción de capitales de sus casas matrices transfiriendo desde las sucursales en Latinoamérica”. Además, añadió, “también podría afectar la inversión y la demanda”, aunque “saber cuándo y cuánto es la gran incógnita”.
Dando la nota
En cuanto a las notas que las calificadoras de riesgo otorgan a estos países, que pese a tener déficits fiscales superiores al 10% mantienen notas superiores a las de países como Uruguay, cuyos déficits oscilan entre 1% y 3%, Elías aseguró que “son muchas más variables” las que determinan las valoraciones de esas empresas. “No es sólo el déficit: hay que ver el patrimonio de estas economías, que son mayoritariamente de los países centrales”, relativizó, señalando que “formar parte de la UE es algo importante”. No obstante, evaluó que “por mucho menos que eso a Uruguay lo borraron del mapa”. En una línea similar, Mordecki explicó que las notas de aquellos países se explican porque “nadie pone en duda que Estados Unidos o la UE van a poder hacer frente a sus deudas. Son economías desarrolladas, que tienen un fuerte respaldo atrás”.
Pero Caumont hizo contrapunto al evaluar que las calificadoras están subvaluando la capacidad de pago de Uruguay. “No creo en las calificadoras, creo en el mercado”, enfatizó, destacando que “el mercado está diciendo que Uruguay no va a tener problemas”. En torno a las razones que aún sostienen una visión relativamente negativa del riesgo uruguayo, interpretó que “quizás es por el desconocimiento de la capacidad de pago que tiene el país”. Al respecto cabe recordar que el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, dijo a la diaria que “Uruguay tiene fundamentos económicos y un comportamiento reciente de la economía en estos últimos años que está siendo claramente subestimado por la mayoría de las calificadoras”.