A Matías Castro y Marcelo Sánchez, los organizadores de Montevideo Comics, se los ve contentos. La convención de historietas y afines no sólo crece en convocatoria y presencia mediática, sino que ha logrado establecerse como una institución que funciona más allá de patrocinios o apoyos fijos. Además, tras ocho años, se ha vuelto una plataforma que permite desarrollar actividades a lo largo del año, más allá de la fecha puntual del festival (que, luego de haber agitado varios noviembres, se ha estabilizado en la agenda de mayo). Este año, esas actividades “extra convención” pegarán un salto cualitativo, porque incluirán -además de las ya usuales invitaciones a estrenos de películas- talleres en el interior del país, “becas” de asistencia y la puesta en marcha de un ambicioso plan de exportación de historietas y animación.

Por supuesto, la octava edición de Montevideo Comics tendrá todo lo imprescindible: invitados de lujo, estrenos de películas, concursos de disfraces, stands de historietas, mesas redondas, talleres, debates y hasta una elección municipal.

Equilibrio interno

Uno de los gustos que se darán Castro y Sánchez es traer a Montevideo a un guionista estrella del mundo de la historieta estadounidense. Peter David se define como “escritor de cosas” y ha trabajado para las dos grandes compañías del cómic comercial estadounidense, Marvel y DC Comics. Entre su obra más aclamada está la revisión “psiquiátrica” de Hulk, personaje que guionó durante una década (desde finales de los 80). Allí exploró la faceta esquizoide de Bruce Banner, ese físico tímido que se convierte en un monstruo bruto y verdoso, y la complejizó con la creación del “Hulk gris”, que concentra tanto la fuerza de la versión esmeralda como la inteligencia de su alter ego científico.

David también es una referencia para los amantes de la ciencia-ficción y la fantasía, géneros en los que incursionó como novelista, aunque tal vez sus trabajos más conocidos en este campo sean las adaptaciones a texto que hizo de Star Trek y los capítulos que guionó de la serie de culto Babylon 5.

Ésta será la primera vez que un historietista del ambiente mainstream norteamericano se acerca a Montevideo Comics. Ello, sumado a una de las campañas previas -porque tiene varias: la convención tiene distintos “asociados”, entusiastas que la publicitan de diversos modos-, consistente en organizar una votación para intendente de Montevideo con supervillanos de Marvel y DC como candidatos, puede hacer pensar que esta edición del festival está más volcada al cómic de superhéroes que otras.

A Castro y a Sánchez no les parece que lo superheroico vaya a tener un peso especial, pero coinciden en que, por su edad -son nacidos en los 70-, su acercamiento al cómic viene por ese lado. En las convenciones el cómic norteamericano de superhéroes parece ocupar un lugar menos notorio que su competidor japonés, el manga, y su versión animada, el animé. “Nuestro corazón no viene por ese lado, pero es lo que hay. Sus cultores, que son adolescentes, son un número limitado, pero hacen mucho ruido. El grueso de la gente que viene a Montevideo Comics no llama la atención, tiene otros intereses. Tratamos de mantener el balance: si ves el programa, los historietistas nacionales están ahí. El ruido, el color, los flashes son otra cosa”, comentan.

El mentado balance es una de las preocupaciones de los organizadores. Por ejemplo, la representación genérica del rubro “invitados internacionales” está a salvo: allí estará la portuguesa Maria João Worm, que investiga el cruce entre el relato gráfico y las artes visuales. La relación entre texto e imágenes también está cuidada en los talleres, ya que a las charlas que dará David (tanto en Montevideo Comics como en la ORT) se les contrapondrá el taller del ilustre argentino Horacio Altuna, un todoterreno del dibujo y el guión (creador de Las puertitas del Señor López y El loco Chávez), y el de Ariel Olivetti, argentino especialista en color que trabaja para Marvel y DC (es el dibujante de The Punisher y lo fue de las entregas de Legends of the Dark Knight, que repasan el origen de Batman) y que tiene el dudoso honor de haber creado al Cazador, posiblemente el superhéroe más grasa del Río de la Plata.

Otros conferencistas del exterior son el brasileño Rafael Albuquerque (que hace American Vampire para DC Comics), el guionista de animación George Scribner (norteamericano que reside en Uruguay), el autor y editor chileno Carlos López Balló, el periodista peruano José Antonio Chiqui Vilca y el argentino Kit Fox / Kenuky, impulsor del estilo furry (en el que los personajes son mitad hombre y mitad animales tipo manga).

Gente madura

“Cuando empezó Montevideo Comics era algo más marginal. La primera edición fue en el boliche Pachamana, que estaba en un tercer subsuelo, y al cierre tocó la banda Pobres Angelitos. Era divertido, pero también insostenible continuarlo apuntando sólo a un público minoritario.

Necesitábamos que viniera un número de gente superior a la tribu”, opina Sánchez, encargado de los aspectos comerciales. El cine, los juegos y los concursos fueron ganando su espacio junto a la historieta. “Hoy hay gente que lleva a la familia, viene el lector en general, el intelectual curioso, mucha gente”, agrega.

Se estima que unas 1.500 personas por día se acercan a la convención. Lo recaudado con las entradas es el principal sostén económico del evento, que cuenta con varios auspiciantes pero mantiene una identidad propia: “Bienvenido el mainstream mientras no mande. Hemos dejado afuera a organizadores o empresas que tenían exigencias demasiado altas”, dice Sánchez.

Conseguir colaboración externa, sin embargo, no fue demasiado complicado. “Antes se hablaba del prejuicio hacia la historieta. Nunca lo encontramos cuando hicimos esto, nunca nos hablaron de ‘revistitas’. Había empresas que, como mucho, no daban bola. De a poco la simpatía se transformó en respeto. El Ministerio de Educación y Cultura [MEC] nos invitó a charlas; ahora nos respaldan ese ministerio y la IMM”, dice Castro.

La conexión con el MEC también motivó una preocupación programática: “Si desaparecieran los Fondos Concursables se eliminarían un montón de ediciones. Eso no es muy sano. Los fondos tienen que existir, pero no pueden representar ese porcentaje tan alto de la producción. Eso obedece a falta de estructura, a que somos un mercado complejo en el que autoeditarse no es sencillo”, dicen los organizadores, que este año se propusieron atacar esta situación. Uno de los problemas que identificaron es la dificultad de los creadores uruguayos para dar a conocer su trabajo. Para ayudarlos, están llevando a cabo talleres previos en los que se enseña a armar un portfolio, con la mirada puesta en el trabajo en el exterior en la historieta, animación y videojuegos.

Asimismo, habrá un “mercado de trabajo” en la convención, organizado junto al clúster de animación Proanima. Allí estarán presentes dos empresas argentinas y cuatro locales recibiendo currículums, proyectos de historietas, cortos y animación. Pepi Goncálvez dará una charla sobre sobre cómo proteger la autoría del material.

Entre las nuevas actividades de “extensión” de Montevideo Comics está el acercamiento al interior. Desde los centros MEC llegará una veintena de becados que tendrán cubierto el traslado a Montevideo, la entrada a la convención, un taller especial y el ingreso a los talleres internacionales. Sobre el final del año, se organizará junto con el Centro Cultural de España una muestra itinerante de historietistas del interior.