En ese contexto, el Cono Sur exhibe solidez en su crecimiento y en este sentido las perspectivas son alentadoras. Europa es la región que enfrenta mayores dificultades debido a los problemas de endeudamiento que tienen varias de las economías de la zona, sumado a las escasas perspectivas de crecimiento.
La crisis europea pone en jaque la recuperación económica que se venía observando en los primeros meses de 2010, y se anuncian fuertes planes de ajuste fiscal para reducir los crecientes déficit de muchos de sus integrantes. En esa línea, la Comisión Europea propuso ayer recortar las ayudas regionales, agrícolas y pesqueras a los países que no se comprometan en el control del déficit público y que no sigan las recomendaciones de ajuste formuladas.
Por su parte, EEUU reflejaba una importante recuperación de su actividad económica, pero recientemente también ha encontrado síntomas de desaceleración.
Según la información de la agencia Reuters, la actividad del sector manufacturero estadounidense se desaceleró más de lo esperado en junio, llegando a su nivel más bajo desde diciembre de 2009. Asimismo, las solicitudes de desempleo aumentaron en la última semana, lo que renueva el temor de que el mercado laboral permanezca estancado.
Pero la desaceleración económica parece verificarse no sólo en el mundo desarrollado. China mostró un enlentecimiento del ritmo de crecimiento de la industria manufacturera por las medidas del gobierno para enfriar el mercado inmobiliario y contener el crédito bancario. Zhang Liqun, economista del gobierno, habló de una “constante ralentización” en la economía en general. “El crecimiento de la economía de China está en una etapa crítica de estabilización tras la subida”, agregó.
Casa de bloques
No obstante tal contexto internacional, la región expresa una evolución diferente. En Uruguay, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 1,7% durante el primer trimestre del año en comparación con el cuarto de 2009, y 8,9% en términos interanuales, según los últimos datos difundidos por el Banco Central (ver la diaria del 16/06/10).
La economía de Brasil es vista como la encargada de liderar el crecimiento en la región y las perspectivas en ese sentido son sumamente auspiciosas, ya que la Confederación Brasileña de la Industria elevó su proyección de crecimiento económico para el país durante este año desde 6% calculado hace tres meses al reciente 7,2%, guarismo similar al estimado por el Banco Central de Brasil (7,3%). Según los datos divulgados por este organismo, la economía brasileña creció 9% en el primer trimestre del año en comparación con el mismo período de 2009. Argentina también muestra señales de fuerte expansión. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, la actividad económica habría crecido 1,3% en abril respecto al mes anterior y en términos interanuales el aumento llega a 9,7%. De esta manera, el PIB acumuló para el primer cuatrimestre de 2010 un avance de 7,5%. De acuerdo a los datos divulgados por el Banco Central de la República Argentina, en el primer trimestre el PIB creció 6,8% en la comparación interanual. A nivel oficial, el gobierno de Cristina Fernández prevé una expansión para todo el año en curso superior a 5%.
Paraguay es el país que más crece, registrando en el primer trimestre una expansión de 10,9% en términos interanuales, según el Banco Central del Paraguay. En tanto, la economía chilena se expandió 4,6% en abril respecto a igual mes de 2009, lo que marca una rápida recuperación de la actividad, que se vio afectada por los fenómenos naturales que sacudieron al país andino desde febrero y que causaron daños por unos 30.000 millones de dólares. El Banco Central de Chile informó que éste es el crecimiento más acelerado desde la expansión de 6% registrada en setiembre de 2008. Asimismo, agrega que el crecimiento anual registra una marca de 4,3%, y prevé que el PIB se expandirá entre 4,25% y 5,25% durante 2010.
Veo doble
El economista Ramón Pampín, de la consultora PriceWaterhouseCoopers, explicó a la diaria que el escenario global presenta diferentes “vasos comunicantes” de los procesos que se originan en uno u otro lado, como el canal financiero, que transmite efectos instantáneos, o el comercial, cuyas consecuencias “demoran más” en producirse pero después cobran mayor relevancia “porque impactan directamente en la economía real”.
En ese sentido, destacó la necesidad de apreciar esas interrelaciones, porque “si bien en una mirada simple puede parecer que no afecta a muchos sectores, la Unión Europea es un gran comprador de China, y nosotros le vendemos a China”, por lo que “todo termina teniendo que ver”.
Aseguró que el mundo desarrollado tiene dos realidades, por un lado está EEUU y por otro Europa. Sobre el primer caso, señaló que la perspectiva es mejor pero “es difícil saber si están mejor o si están menos mal”. Recordó que esa economía tiene, al igual que Europa, problemas derivados de un elevado déficit fiscal, por lo que “no es que esté tan bien”.
Por su parte, el viejo continente atraviesa una crisis de deuda muy importante, que tuvo como epicentro a Grecia pero que pone en cuestión la sostenibilidad del euro y todo el proyecto de unión monetaria. “El gran problema es que hay países que tienen comprometido su nivel de deuda y bajas perspectivas de crecimiento”, argumentó Pampín, quien valoró que los planes de rescate son una ayuda pero no la solución al problema.
Respecto de la región, aseguró que también tiene dos realidades. Por un lado está Brasil, que tiene un manejo de consistencia macroeconómica y espera un crecimiento de 7,3%, que “es un disparate” de alto, país que es “un gigante que tenemos al lado”. En ese sentido, resaltó que, “por inercia”, Uruguay terminará arrastrado por el crecimiento de esta economía. Por otra parte, Argentina cuenta con una administración macroeconómica que “no tiene consistencia en su manejo”, pero al mismo tiempo “le ofrece oxígeno el precio de los commodities”. Este factor le permitirá “crecer este año y el próximo” pero con un telón de fondo de políticas macroeconómicas “malas”.