Uruguay es actualmente el mayor exportador per cápita de software de servicios de América Latina, empleando unas 11.700 personas, exportando hacia 160 ciudades de 52 países y habiendo realizado durante 2008 ventas al exterior por 220 millones de dólares, según un comunicado del Ministerio de Industria.

El titular de esta cartera, Roberto Kreimerman, valoró que se trata de una rama de actividad que en la última década afianzó un grado relevante de desarrollo, y que el principal desafío es conseguir que ese crecimiento continúe. “Es un aspecto muy importante para el desarrollo del país productivo, para la cantidad de trabajo, para la cantidad de empresas que trabajan en este sector de la informática, de las comunicaciones, en que Uruguay tiene el raro récord de ser el país más exportador per cápita de América Latina”, puntualizó. Destacó que el país “es muy fuerte en la región en cuanto a informática, software y programación” y que “a pesar de que en determinados momentos pareciera que ese crecimiento se puede detener, continúa”.

En ese sentido, añadió que el inaugurado Consejo Sectorial tiene “la particularidad de apostar a seguir creciendo, porque es un sector de fuerte crecimiento, que enfrenta ahora restricciones” vinculadas a ese dinamismo: falta de “capital humano” y una mayor competencia a nivel internacional. Esto motiva una apuesta a la capacitación de recursos humanos y a la internacionalización de las empresas como las principales líneas de acción. Además de elogiar la “calidad y cantidad” de trabajo que genera, Kreimerman valoró que el sector es “fundamental para el desarrollo de los demás sectores productivos”. “Es clave para todas las cadenas productivas, porque si no tienen un respaldo en comunicaciones, en tecnologías, no van a tener posibilidad de competir en un mundo donde los tres elementos estratégicos son la energía, las comunicaciones y el capital humano”, subrayó.

A clases

En su turno, Brenta se refirió a la principal problemática de escasez de personal capacitado, asegurando que “el desafío del gobierno es formar y capacitar trabajadores en esta área de actividad donde los niveles de ingresos son importantes”. Al respecto, señaló que “hace pocas semanas” el Inefop suscribió un convenio con la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) “destinado a generar cursos de capacitación, presenciales y semipresenciales, de forma que muchos trabajadores del sector adquieran mejores niveles de capacitación y otros puedan acceder a la capacitación inicial que les permita iniciar una carrera laboral en el sector”.

Otro aspecto en el que también se trabaja consiste “en lograr niveles de protección e inclusión social mediante el acceso a la seguridad social, que en función de lo novedoso, de las características de este sector productivo, hay que encontrar formas jurídicas que permitan incluir a estos trabajadores”. Ello, explicó el ministro de Trabajo, incluye “el acceso a los derechos de aguinaldo, licencia, en el futuro jubilación y demás, que otorguen la estabilidad que tiene un trabajador dependiente”. Por su parte, Gustavo Ulivi, vicepresidente de asuntos institucionales y regulatorios de la CUTI, destacó la iniciativa y celebró la generación de “cualquier combinación público-privada, porque son los lugares idóneos donde se pueden discutir los temas”.

Valoró que el hallazgo de soluciones requiere “aplicar pragmatismo” a los problemas y desafíos que se plantean y, en esa línea, subrayó la importancia de las políticas transversales, ya que “se trata de un sector que aporta mucho a los demás sectores y a la sociedad”.

Sobre la carencia de trabajadores, Brenta admitió que “hay una limitante para empresas que quieren dar un salto”, pero lo matizó citando una iniciativa en curso como ejemplo de la visión oficial sobre el tema. “Hay emprendimientos que se vienen desarrollando en que se intenta crear carreras terciarias intermedias, en las que, con relativamente poca capacitación, se pueda incorporar nueva gente al sector”, apuntó.