-¿Cómo surgió la idea de pasar el partido en el auditorio?

-Aclaro que desde el 1º de este mes ya no soy contractualmente el director de la sala. Pero la gestión se hizo con anterioridad. El ministro Bonomi, dentro del proyecto que está realizando a propósito del Mundial [el plan “Pelota al medio a la esperanza”, que promueve el deporte como herramienta de integración social], me consultó qué pasaba si una de estas movidas se hacía en el Sodre, en caso de que Uruguay llegara a semifinales. Se hizo la evaluación y nos pareció bien, porque encajaba dentro del concepto muy amplio de cultura que manejan, que incluye no sólo el arte sino también el deporte. La sala del Sodre nos pertenece a todos y está equipada para pasar audiovisuales. Es una manera de conocer la sala.

-¿La idea es que el público se acerque a ver un espectáculo deportivo y luego vuelva a disfrutar de la programación usual de la sala?

-La sala está en proceso de abrir sus puertas a la comunidad. La idea es que la gente entre y la conozca, porque hasta el momento es visitada sólo por la gente que va a ver los espectáculos. Es importante que la conozca todo el mundo. Sobre qué se hará en la sala, lo verá el nuevo director. Lo que sí conversamos y fuimos diseñando con el Consejo es que la columna del Sodre es la difusión de su elenco estable, la orquesta, el ballet y el coro. El Sodre de por sí ya tiene una identidad en el perfil de espectáculos para el que fue creado. Al margen de eso, es importante que, conservando esa identidad, el Sodre sea un proyecto de puertas abiertas y reciba otro tipo de disciplinas. Pienso en artes visuales en el foyer o en la sala Balzo del complejo, que es polifuncional y puede alojar proyecciones de cine u obras de teatro. El complejo en sí está pensado de forma muy abierta y hay que diseñarlo mirando a los objetivos fundacionales del Sodre.

-¿Esta política de llevar espectáculos populares a salas no tradicionales la va a continuar desde la Dirección de Cultura de la intendencia?

-Creo que está claro que no es un proyecto de Héctor Guido, pero estamos de acuerdo en que el Sodre tiene que reconquistar nuevos públicos y nuevas generaciones. Estuvo cerrado muchos años y va a tener que reposicionarse en Montevideo y en el país. Para el uruguayo el Sodre sigue siendo algo bastante lejano y ajeno. Hay que hacer que el ciudadano recupere la sala. Pero hay que tener mucho cuidado: cada proyecto de Montevideo no debe perder de vista su objetivo fundacional. La sala Zitarrosa debe seguir cumpliendo su rol de apoyar la música uruguaya. En la sala Verdi, reabierta hace poco, probablemente tenga mayor presencia la Comedia Nacional, que no está trabajando en un espacio fijo. Cada lugar de Montevideo va a tener su perfil propio y su prioridad. Pero prioridad no quiere decir exclusividad, y cada proyecto no será exclusivamente difusor de una sola línea, sino de la diversidad. Todos estamos de acuerdo en que Montevideo trabaje coordinadamente sus políticas de artes escénicas. Creo que el propio auditorio del Sodre puede cumplir con la difusión de otros eventos, puede servir como sala de conferencias, de congresos, pero eso sería secundario respecto a su repertorio principal.

-¿Puede adelantar las líneas de su gestión en la intendencia?

-Creo que es importante hacer un relevamiento de lo actuado, tener un diagnóstico de lo que se ha hecho y sobre esa base, fundamentalmente rescatar las fortalezas y los aciertos, y luego analizar qué podemos aportar en la nueva etapa. Las líneas generales están planteadas en los programas. Cada uno le pondrá su toque personal, pero no creo que tengamos que inventar mucho, está todo presentado.

-Mencionó a la Comedia Nacional. Como director de Cultura la tendrá en su órbita, cuando usted es una figura relevante del teatro independiente por su rol en El Galpón y en la asociación Socio Espectacular.

-Que quede claro: la Comedia Nacional es el mejor elenco de teatro que tenemos en nuesro medio. Soy un admirador absoluto de su proceso. Me siento súper comprometido con su proyecto. Nunca la sentí como un competidor del teatro independiente, al contrario, sentí que se complementaba con un movimiento teatral basado en la compañía cooperativa, independiente. Tengo claro que hay que fortalecer a la Comedia, ver cuáles son los puntos en que podemos colaborar. En ese análisis del estado en el que está la Comedia Nacional, no tengo la menor duda de que sus propios integrantes serán los que más van a aportar. Son compañeros de toda la vida que saben cuáles son sus fortalezas y debilidades. La Comedia tendrá una etapa brillante, como se lo merece.

-En una nota publicada en Búsqueda afirmó que seguirá integrando El Galpón.

-Voy a seguir integrando el elenco artístico de El Galpón, pero no puedo ser parte de la directiva. Los que integramos El Galpón ejercemos dos tipos de roles, uno artístico y uno institucional. En el primero trazamos las políticas de la institución. En esa área no corresponde que yo influya en lo más mínimo. Lo otro, lo artístico, lo podríamos tomar como parte de nuestra profesión, de nuestro oficio. Creo que puede ser importante para todas las partes. Hay que fomentar que los compañeros, estén donde estén, asuman responsabilidades de gestión, siempre y cuando no interfieran en la actividad por la cual estamos siendo convocados.

-A ese respecto, la diaria investigó hace dos años una peculiaridad de la asignación de fondos del programa Montevideo Ciudad Teatral, en el que gente de teatro se ve en la situación de tener que juzgar (o retirarse de sala) proyectos que involucran a las instituciones donde trabajan.

-Me interioricé más en el tema desde entonces. Si es una preocupación está bien tomarla. Siempre hay que recorrer los caminos que le den la mayor tranquilidad y transparencia al contribuyente. Entiendo que en un medio como éste, en que nos conocemos todos, haya determinados problemas. Yo apuesto a la ética y a la seriedad de los jurados, que elegirán proyectos por la calidad de sus contenidos. No me imagino que los proyectos teatrales sean evaluados por alguien que no es de teatro; entonces, si el jurado es alguien de teatro, conoce esos proyectos. Pero si hay otros caminos, muy bien, todo es perfectible.

-Se podría convocar a evaluadores de otras partes, como se hace en la Universidad.

-No me atrevo a contestarte, porque si ése va a ser el criterio no podemos llamar a concurso de nada. Si no creemos en nosotros y en nuestra ética no podemos avanzar.