La recuperación económica en el viejo continente se registra de una forma “moderada y desigual, favorecida por el repunte del comercio mundial y las políticas de estímulo” aplicadas por la mayoría de sus gobiernos, con el objetivo de contrarrestar los efectos de la fuerte desaceleración verificada desde fines de 2008.

El retorno a la senda del crecimiento del producto continúa siendo lento “en comparación con otras regiones del mundo”, lo que sucede, “en gran medida”, a causa “de la crisis económica y financiera” que castiga a Europa “más intensamente que a otras regiones”, de acuerdo a un informe elaborado por el Instituto Uruguay XXI.

Las distancias reales entre las dimensiones de las economías de cada país europeo “se manifiestan en las dificultades que aún enfrentan muchos países del sur” del continente, tales son los casos de Grecia, España, Portugal y también de Italia. Esas diferencias “guardan una estrecha relación con el grado de recalentamiento y expansión del crédito al estallar la crisis”. Suman sus consecuencias las vulnerabilidades específicas de cada Estado, las dificultades para el acceso al financiamiento externo y los grados “de dependencia de la demanda externa”. Además, se aprecian diferentes tendencias en cuanto a las presiones inflacionarias, “moderadas en las economías avanzadas” del continente, “si bien en las economías emergentes [...] el panorama es de nuevo más heterógeneo” en virtud de desiguales “regímenes cambiarios” y “estructuras económicas”.

En ese contexto, la recuperación del crecimiento de la riqueza que generan las sociedades europeas se sigue sosteniendo mediante la aplicación de “medidas de política sin precedentes, y con frecuencia sincronizadas”, desde los gobiernos, evitando, así, “un colapso financiero y económico” en la segunda área económica más desarrollada del Atlántico.

Es que la política fiscal elegida por las administraciones tras el descalabro financiero global de 2008-2009 “apuntaló la demanda agregada y el consumo privado”, por la vía de “medidas discrecionales de estímulo y el funcionamiento de los estabilizadores automáticos” (impuestos de lógica progresiva y prestaciones de la seguridad social, por ejemplo). Todo ello impidió, en definitiva, “que el shock se dejara sentir con toda su fuerza”, mientras que un conjunto de disposiciones monetarias y financieras evitó “que se produjera una cascada de quiebras bancarias”, y también “puso freno al riesgo financiero sistémico”.

En los casos de las economías emergentes menos desarrolladas, “la asistencia coordinada del FMI, la Unión Europea (UE) y otras instituciones multilaterales amortiguó el inevitable ajuste a las restricciones considerablemente más rígidas en materia de financiamiento externo”. Los equilibrios de cuenta corriente y los ajustes moderados en vez de drásticos fueron logrados merced a “la provisión de un gran volumen de financiación oficial, que se concentró al principio del proceso” de desaceleración global, entre fines de 2008 y los primeros meses del año pasado.

Pasó...

Las proyecciones sobre el desempeño que las economías europeas exhibirán durante el bienio 2010-2011 son de “un repunte del crecimiento” del producto, que se estima será favorecido “por las exportaciones, las políticas fiscales de apoyo”, incluida la inversión en infraestructura, opción elegida más tardíamente, “y un aumento de las existencias”, lo que reflejaría la continuidad de los niveles de producción industrial y de adquisición de materias primas. Sin embargo, se estima que continuará registrándose “atonía del consumo y la inversión” a causa de dos factores: las tasas de desocupación experimentarían “un incremento” y la oferta crediticia continuaría restringida por “las continuas dificultades en el sector bancario”.

Los organismos financieros internacionales “proyectan para la economía europea tasas de crecimiento positivas para el presente año y el siguiente”: 1% en cada año, según el FMI, y 1% y 1,7% para el Banco Mundial. Se trata de expansiones del producto “muy bajas”, que, de verificarse, “no compensarán la caída de 2009”.

En el primer trimestre del año, como promedios obtenidos a partir de las mediciones en los 27 Estados que integran la UE, la economía se expandió 0,2%, el desempleo marcó 9,7% y la inflación se ubicó en 1,9%.

Balance

Entre 2005 y 2009, el saldo de la balanza comercial del bloque fue deficitario, aunque el rojo disminuyó el año pasado, ya que marcó 42.336 millones de dólares contra los 268.468 millones de esa moneda de 2008. Exportaciones e importaciones de la UE crecieron hasta ese año, para caer en 2009 en 34% y 35%, respectivamente. En enero del año en curso, las exportaciones crecieron 11% contra el primer mes del año pasado. En ese enero, los productos de mayor incidencia en esas operaciones comerciales fueron: “máquinas y aparatos mecánicos” y “máquinas, aparatos y material eléctrico y sus partes”, agrupamientos que representaron 15,3% y 10% de las ventas totales, respectivamente. En este enero, “máquinas y artefactos mecánicos” fue el primer rubro de ventas, pero “vehículos terrestres y sus partes” fue el segundo, con 13,8% y 10% de incidencia, respectivamente.