Desde el gobierno se destacó la importancia que tiene para el país la cadena láctea por “el fuerte impacto sobre el empleo del sector agropecuario, el valor agregado que genera y su peso en el conjunto de la actividad económica y particularmente en el sector exportador”. Así lo manifestó Brenta el viernes, quien junto con sus colegas de Ganadería, Tabaré Aguerre, y de Industria, Roberto Kreimerman, realizaron la presentación del Consejo Sectorial Lácteo, que funcionará bajo la coordinación del Ministerio de Ganadería.

Por ese motivo, Aguerre, que la mañana previa había recorrido tambos en San José, brindó detalles del sector, cuyo valor de producción “es de más de 500 millones de dólares [por año], de los que se exportan “casi 400 millones”.

Se dedican a la producción “unas 750.000 hectáreas del territorio nacional […], con una generación de aproximadamente 20.000 puestos de trabajo en el sector agrícola, el sector primario, y aproximadamente 3.500 puestos de trabajo en la parte industrial”. Asimismo, existen “unos 4.500 productores, empresarios de la leche, de los que 3.500 son remitentes a la industria”. En ese sentido, sostuvo que “73% de estas unidades productivas remite menos de 1.000 litros de leche diarios por hectárea”. Aguerre aseguró que estos productores tienen un margen bruto de ganancia incluso antes de descontar impuestos, “similar a la media del ingreso salarial de los trabajadores de la industria, por lo que estamos hablando de un sector donde hay un equilibrio desde el punto de vista socioeconómico entre la producción primaria y las retribuciones a nivel industrial”.

Si bien hace 20 años había un millón de hectáreas dedicadas a la producción lechera, el rendimiento era menor, lo que habla de “un importante aumento de la productividad”. Sin embargo, “existe una asimetría bastante importante entre los distintos niveles de productividad”. “Si analizamos la media nacional, da 2.500 litros por hectárea [diarios], pero si lo analizamos por el 20% que produce más, da 5.000 litros”, describió. En esa línea, aseguró que en uno de los tambos recorridos esa mañana vio “un pedacito de Nueva Zelanda, con un sistema forrajero produciendo 8.000 litros […], lo que es una demostración viva de que la lechería es un rubro estratégico para el desarrollo nacional porque tenemos potencial productivo”. El sector tiene “inserción internacional, demanda internacional, una integración de la cadena de la producción hacia la industrialización, y hay una brecha tecnológica entre lo que produce el promedio y lo que producen los productores de punta”.

Además, Aguerre destacó que “genera 18 puestos de trabajo rural cada 1.000 hectáreas de explotación”, lo que “va de la mano con el afincamiento en el campo, lo que tiene que ver con la propuesta de desarrollo agropecuario nacional con equidad, inclusión, con colonización de nuestro territorio, y la mejor manera de hacerlo es evitar que los que están viviendo en el medio rural emigren”.

Reconoció problemas para la producción como “factores climáticos”, ser “tomadores de precios” y que se trate del “commoditie agrícola con mayores niveles de protección en el mercado internacional”, pero señaló el rumbo oficial: “Sabemos que tenemos una de las lecherías más competitivas del mundo y ése es el desafío”. El ministro de Ganadería citó los análisis económicos para asegurar que “por cada peso adicional en la punta de la cadena de valor, lo que el sector agropecuario derrama al resto de la economía es de aproximadamente seis pesos: es el que multiplica más”. En este contexto, la leche, “por cada peso agregado en el valor final de producto, genera y derrama aproximadamente 6,22 pesos”.

Falta personal

Uno de los aspectos que preocupa al gobierno es el relacionamiento entre trabajadores y empresarios, como en el conflicto que recientemente se originó en Conaprole, aunque mantiene optimismo para revertirlo. Al respecto, Brenta comentó a la diaria que la acción del gobierno pasa por “dos planos casi simultáneos”: el primero, “en materia global, tiene que ver con el desarrollo del sector, la cadena productiva láctea, con los contenidos que tiene en generación de empleos en el sector agropecuario, que es una de las prioridades del gobierno”. El segundo son las relaciones laborales, aspecto en el que el Ministerio de Trabajo decidió “hacer uso de una potestad que en el año 2009 trabajadores y empresarios acordaron para zanjar diferencias: luego de un lapso que pretendemos sea breve, 20, 25 días, si no hay acuerdo entre las partes, éstas ceden al Ministerio la potestad de laudar estas diferencias”.

Desde el gobierno se apuesta a “la participación entre todas las partes, tanto empresarios como trabajadores, en los distintos eslabones de una cadena que es sumamente compleja, porque están los productores, industriales, distribuidores” buscando “colectivizar la información” para que todos conozcan la “realidad global del sector, y que ello contribuya necesariamente a la generación de las mejores relaciones posibles entre los actores empresariales y sus trabajadores”.

Otra prioridad es el afincamiento de la población en el campo, para lo que es sumamente importante el sector lácteo. Brenta apuntó que uno de los desafíos que en materia de recursos humanos tiene el sector agropecuario está planteado por la demanda que se va a producir próximamente en la construcción, industria que “tracciona trabajadores del sector agropecuario, sobre todo mano de obra con escaso nivel de calificación”. Los niveles salariales de la construcción “crecieron significativamente en los últimos años” y constituyen una oferta atractiva para los trabajadores; la concreción de proyectos de porte, como la instalación de una planta de celulosa en Colonia por el consorcio Stora Enso-Arauco, “demandará miles de puestos de trabajo en un lapso significativo durante la construcción, y es posible que muchos vengan del sector agropecuario”.