Posiblemente, la década que está finalizando sea considerada en el futuro como la década del cine de superhéroes, género que ha ido dominando las pantallas grandes del mundo entero, las cuales han sido inundadas por múltiples y costosísimas adaptaciones de las historias de los principales personajes de las dos mayores fábricas de cómics de superhéroes, DC Cómics y Marvel. Pero ambas casas, no contentas con la cantidad de productos orientados al cine y a la televisión que generan actualmente, han decidido casi en simultáneo apuntar también al mercado del DVD, editando una serie de largometrajes animados creados especialmente para este formato. Más baratas de producir que las películas con personajes de carne y hueso, estas películas -que en media década ya cuentan con alrededor de 20 títulos- tienen características en común muy propias y están dirigidas principalmente a un público determinado: el mismo que compra los cómics que producen la DC y la Marvel.

Estos largometrajes animados nunca superan los 80 minutos de duración, suelen adaptar directamente sagas populares en su versión de papel y, a diferencia de la mayoría de las adaptaciones televisivas de estos personajes, suelen tener un contenido un poco más adulto, que apunta más hacia los adolescentes tardíos -o a los adultos nostálgicos- que a los consumidores infantiles. Los directores, como el ubicuo Sam Liu, suelen cambiar de la escudería Marvel a la de DC -y viceversa- sin mayores problemas y, salvo algunas películas con algunos toques experimentales -como Batman: Gotham Knight-, el formato visual es tan cuidado como convencional. A pesar de ser productos sin grandes pretensiones, muchas de estas películas son atractivas, especialmente para los que tuvieron su período de fascinación con las historietas de superhumanos.

La casa del murciélago

DC Comics tiene su propia subdivisión de largometrajes animados llamada DC Universe Animated Original Movies, los cuales son distribuidos por la Warner Bros. Sin embargo, algunos de estos largometrajes fueron producidos directamente por la Warner, sin mayor intervención de la subdivisión. Hace un par de años dio la impresión de que los largometrajes de DC tomaban una dirección más experimental y con mayores pretensiones artísticas, pero los últimos lanzamientos han demostrado un regreso a la tradición. Esto es lo que se ha producido hasta ahora.

The Batman versus Drácula (Michael Goguen, 2005): Aunque es previo al lanzamiento oficial de los largometrajes animados de DC Comics, podría formar parte de ellos sin ningún problema. No está basado en los oscuros cómics que enfrentaban al justiciero de Ciudad Gótica con el vampiro de Transilvania, pero contiene varios elementos de horror bastante interesantes y se deja ver con agrado.

Superman: Brainiac Attacks (Curt Geda, 2006): Tal vez el más flojo del catálogo: poca acción y mucho énfasis en las relaciones sentimentales de Clark Kent y Lois Lane, algo que no es necesariamente lo que uno quiere ver en una película de Superman y lo que la vuelve definitivamente aburrida.

Superman: Doomsday (Bruce Timm, 2007): Una condensación de la famosa historia de “la muerte de Superman” (y su retorno), que se queda un poco corta en minutos para resumir la extensísima sucesión de trompadas entre Superman y Doomsday, que fue la historieta en la que está basada (lo cual tal vez no sea algo malo, ya que la batalla en su formato de cómic era una auténtica oda a la repetición sin ideas). Un poco deslúcida en lo visual, no es precisamente un gran aporte al género.

Batman: Gotham Knight (Toshi Hiruma, Bruce Timm, 2008): Seis historias breves al estilo de Animatrix y con muchos elementos de anime que dan vueltas alrededor del personaje de Batman con originalidad y unos cuantos riesgos narrativos. No precisamente para los consumidores más tradicionales de cómics de superhéroes, pero sin dudas un producto creativo.

Justice League: The New Frontier (Dave Bullock, 2008): Al igual que algunas de las adaptaciones televisivas de DC Comics, esta película adopta un estilo visual deliberadamente retro y sitúa la historia en la década de los 50 (como la novela gráfica de Darwyn Cooke en la que está basada), lo que le permite hacer algunas reflexiones inesperadas acerca de la Guerra Fría y el proyecto de Estados Unidos como nación. Varias aproximaciones muy personales a los personajes (una Mujer Maravilla bastante cruel, un Linterna Verde con traumas de la guerra, un conmovedor Detective Marciano realmente extraviado en la Tierra) terminan por delinear una película que es tradicional y renovadora a la vez, y que puede resultar atractiva incluso para quienes no les tienen mucho cariño a los cómics de superhéroes.

Wonder Woman (Lauren Montgomery, 2009): Una sorpresa, ya que presenta un tratamiento bastante particular de la historia de esta amazona protofeminista, que en este filme recuerda más al Thor de Marvel que al personaje original de la DC. Muy violenta, con algunos toques de sensualidad, acción permanente y personajes interesantes (con la excepción del personaje masculino “bueno”, un piloto estadounidense bastante desagradable), Wonder Woman es un excelente ejemplo de reboot (relanzamiento) de un personaje no muy atractivo.

Green Lantern: First Flight (Lauren Montgomery, 2009): Esta película pierde mucho tiempo en volver a contar los orígenes de Linterna Verde (algo ya narrado extensamente en Justice League: The New Frontier) y su relación con su liga de justicieros interplanetarios. Pero una vez que arranca -con la aparición del villano sinestro- se hace bastante entretenida como para hacerla recomendable.

Superman/Batman: Public Enemies (Sam Liu, 2009): Al igual que Justice League: The New Frontier, esta película tiene una lectura política bastante evidente -y que ya estaba presente en la saga en la que está basada-; aprovecha una crisis económica sin precedentes, el millonario Lex Luthor llega a la presidencia de Estados Unidos y declara a Superman y Batman terroristas fuera de la ley, por lo que ambos son perseguidos por auténticas legiones de villanos y superhéroes. Mucha energía, buena animación y un cierto tono épico que no le viene nada mal a la historia.

Justice League: Crisis on Two Earths (Joaquim Dos Santos, 2010): Esta película no continúa la animación retro de la primera de Justice League ni su ambientación temporal, limitándose a narrar una extensa historia sobre una Tierra paralela en la que los supervillanos dominan el planeta y Lex Luthor es un justiciero que viaja al mundo de DC para reclutar a Superman y compañía. La historia es rápida y está llena de acción, pero posiblemente lo mejor sean las breves descripciones psicológicas de los personajes, totalmente delineados en sus diferencias, con un Batman oscuro y misántropo y un Flash más lelo que nunca. La DC Universe Animated Original Movies tiene previstos para este año y el próximo cuatro nuevos largometrajes, dos de ellos protagonizados por Batman (Under the Red Hood e Year One), otro por Batman y Superman (Apocalypse) y otro por Linterna Verde (Emerald Knights).

El reino de Stan Lee

Al igual que su competidora, Marvel creó una subdivisión especial para estos largometrajes animados (Marvel Animation), que son distribuidos en su totalidad por Lionsgate. A pesar de que se la suele considerar una editorial más madura que la DC, los largometrajes de Marvel no han sido tan apreciados por la crítica como los de aquélla, no obstante, entre ellos figuran al menos un par de títulos de muy buena calidad.

Ultimate Avengers (Curt Geda, 2006): El debut en largometrajes de Marvel Animation fue realmente auspicioso; se ha basado en la actualización (y la orientación un poco más madura) que significó la serie Ultimate (definitivo) en los cómics de Marvel, Ultimate Avengers narra la creación de este grupo disfuncional de superhéroes (que incluye a un Hulk incontrolable, a un Thor ecologista y bebedor y a un Iron Man egocéntrico y a un Giant-Man totalmente insoportable) a partir del descubrimiento del Capitán América, una figura central retratada en forma bastante melancólica, y que convierte al film en uno de los mejor escritos de su clase.

The Invencible Iron Man (Frank Paur, 2006): La historia es muy similar a la del film de Jon Favreau (Iron Man, 2008) y cuenta la conversión del millonario Tony Stark en héroe con armadura. Pero no está Robert Downey Jr. para darle carisma a Stark y la combinación de animación digital y tradicional es bastante calamitosa, así que es de las que conviene esquivar.

Ultimate Avengers 2: Rise of the Panther (Will Meugniot, 2006): La secuela de Ultimate Avengers comete el terrible error de repetir villanos (los extraterrestres Chitauri), por lo que el asunto se vuelve bastante tedioso a pesar de la introducción de Black Panther. Tiene la particularidad de que uno de los personajes principales -Henry Pym/Giant Man- muere (algo bastante novedoso en el formato), pero se trata de alguien tan irritante que su deceso produce más alegría que tristeza, y los 80 minutos de la película se vuelven interminables.

Doctor Strange: Sorcerer Supreme (Patrick Archibald, 2007): Esta es una de las joyas del catálogo. Tomando a uno de los personajes más carismáticos -aunque no precisamente de los más populares- del universo Marvel, el arrogante hechicero Stephen Strange, la película está dedicada casi por completo a su proceso de aprendizaje de las artes ocultas luego de que un accidente lo inhabilitara como cirujano, pero simultáneamente sigue a otros hechiceros en sus combates contra los demonios enviados por su archienemigo Dormammu. Se mantiene fiel al espíritu del cómic original, con una gran construcción del personaje central y con una excelente dirección de arte que combina lo digital con la animación tradicional, sin que ambas choquen, y con algunas de las pinceladas psicodélicas que caracterizaban al Doctor Strange de las revistas.

Next Avengers: Heroes of Tomorrow (Jay Oliva, 2010). A diferencia de los otros largometrajes de Marvel Animation, éste -pensado como vehículo de lanzamiento simultáneo del cómic- tiene una orientación más adolescente y menos violenta, siguiendo las aventuras de la segunda generación de Avengers (los hijos de los originales) enfrentándose con el robot Ultron. Bastante soporífera, un poco infantil y apoyada en personajes que definitivamente no fueron una buena idea.

Hulk Vs (Frank Paur, Sam Liu, 2009): En este caso se trata de un doble pack que reúne dos historias diferentes -Hulk vs Wolverine y Hulk vs Thor-; la primera es muy entretenida (aunque algo simplona) y cuenta no sólo con la presencia de los dos principales antihéroes del universo Marvel, sino también con unos cuantos villanos interesantes, entre los que se destaca Deadpool, convertido en el gemelo maligno del Hombre Araña. Hulk vs Thor es atractiva en lo visual pero los puristas la van a encontrar demasiado desbalanceada en cuanto a los poderes en juego, con un Hulk que sacude a todos los dioses de Asgard -incluyendo a un no muy poderoso Thor- como si fueran hormigas.

Planet Hulk (Sam Liu, 2010): Un producto bastante peculiar ya que adapta no sólo una saga muy reciente de los cómics de Hulk, sino también una muy poco tradicional, ya que presenta a Hulk como un gladiador mucho más racional que de costumbre. Extrañamente, en lugar de comprimir la historia original, la estira considerablemente, convirtiendo en batallas de varios minutos, enfrentamientos que el cómic solucionaba con un simple panel. Una muy buena -y bastante violenta- historia, aunque los dibujos no tengan mucha gracia. El próximo lanzamiento de Marvel Animation, previsto para el año que viene, se llamará Thor: Tales of Asgard y estará protagonizado, obviamente, por Thor, la conocida deidad escandinava, con la particularidad de que será estrenado casi simultáneamente con la película con actores basada en el mismo personaje.