Los datos de la investigación representan apenas al 65% de los adolescentes que tienen entre 13 y 17 años, puesto que el 35% restante no está inserto en el sistema educativo (pese a que el nivel de enseñanza obligatorio en nuestro país incluye la totalidad del ciclo de enseñanza media).

La encuesta fue realizada por la Junta Nacional de Drogas (JND) entre setiembre y octubre de 2009. Se obtuvo la respuesta de 4.305 alumnos de institutos públicos, privados y de escuelas técnicas (ex UTU) de ciudades con más de 10.000 habitantes, de todo el país. El formulario fue autoadministrado, las respuestas fueron anónimas y se aseguró el carácter confidencial de la información.

Drogas legales

“El alcohol continúa siendo la droga de mayor consumo problemático” por parte de estudiantes de la enseñanza media, dijo Héctor Suárez, director del Observatorio Uruguayo de Drogas. El alcohol es la droga más consumida y a diferencia de las otras, no discrimina, porque “se consume tanto por hombres como por mujeres, tanto en Montevideo como en el interior y en todas las instituciones de igual manera”, afirmó.

Las tasas de consumo de alcohol se mantienen desde 2003: ocho de cada diez encuestados han consumido alcohol alguna vez en su vida; cerca de 53% lo hace habitualmente y al llegar a los 17 años, consume más del 70%.

Se considera como “episodio de intoxicación” una “borrachera”. En 2005, uno de cuatro adolescentes había tenido un episodio de intoxicación 15 días antes de la encuesta, mientras que en 2009 lo había hecho uno de cada tres estudiantes, es decir 66%.

En cuanto a composición, si bien “la cerveza sigue siendo la bebida principal, se está utilizando además la combinación de bebidas destiladas con refresco”, dijo Suárez.

Respecto al tabaco, se registró un descenso en el consumo: en 2005 casi 25% de los encuestados consumía habitualmente, y en 2009 dijo hacerlo 18,4%. En el consumo de tabaco sí se notan diferencias en cuanto al sexo y la localidad de fumadores: la prevalencia es mayor en mujeres (21%) que en hombres (15,5%), y es más alto en Montevideo que en el interior.

La JND atribuye el descenso a la campaña antitabaco del gobierno del período anterior y lo vinculó particularmente con el incremento de la percepción de riesgo de los adolescentes: en 2003 36% consideraba que fumar era “de gran riesgo”, mientras que en 2009 lo consideraba como tal 62%. El equipo de la JND explicitó la relación entre el descenso del consumo con el costo del tabaco, que se triplicó en el período 2003-2009.

Drogas ilegales

Respecto al consumo de marihuana, en la encuesta de 2009 el 6,8% respondió que fumaba habitualmente. Esto implica un descenso de dos puntos porcentuales respecto a 2007 (9%), aunque sigue por encima de lo registrado en 2005 (5,9%) y en 2003 (4,3%).

Entre las causas de este descenso se manejaron varias posibles respuestas. Por un lado, se indicó que la encuesta de 2009 tomó como base una matrícula más joven en promedio. Por otra parte, en 2009 se incluyó un formulario para saber por qué motivos se consume o no cierta droga; si bien los datos de éste no fueron totalmente procesados, se indica que el descenso de consumo de marihuana “puede estar relacionado con una mayor visualización de los efectos negativos del consumo en los pares, lo que estaría quitándole legitimidad a la sustancia en esta población”. Se señalaron también motivos como la circulación de mayor información de los efectos que puede generar, así como mayor cuidado del entorno familiar.

Respecto a la cocaína, 3,9% respondió que consumió alguna vez, lo que implica un descenso respecto a 2007 (4,9%), pero no respecto a 2005 (2,5%) y a 2003 (3,1%). El consumo habitual de cocaína es de 1,1%. Se destaca también el consumo de inhalantes, drogas con las que había experimentado 2,6% de los encuestados en 2009 y de las que 0,8% tenía un consumo habitual.

En cuanto a pasta base, 1,3% respondió que había consumido alguna vez, mientras que en 2007 había respondido 1,8%, y en 2003-2005 lo había hecho el 1,2%. Es decir, igual que con la marihuana y la cocaína, baja el consumo respecto a 2007 pero no en comparación con 2003 y 2005. El consumo habitual de pasta base entre los encuestados en 2009 fue de 0,2%.

También fue evaluado el consumo experimental de alucinógenos y éxtasis, 1,8% y 1,2%, respectivamente, y debido al escaso uso no se registraron valores de consumos recientes y habituales.

Motivos

En 2009 se evaluó el involucramiento de los padres en la vida de sus hijos a través del conocimiento que tienen sobre los sitios que frecuentan sus hijos, el desempeño escolar, los grupos de pares, las actividades recreativas, las horas de llegadas nocturnas, qué miran en televisión y páginas de internet visitadas; así como la integración familiar, evaluada en compartir desayunos, almuerzos, meriendas o cenas. De los resultados obtenidos, el equipo de la JND sostiene que “los porcentajes de uso habitual de sustancias son sensiblemente menores en los jóvenes cuyos padres están involucrados en las actividades de sus hijos”. Por ejemplo en adolescentes cuyos padres tienen un bajo involucramiento con sus hijos el consumo habitual de tabaco es de 29%, y en los casos que expresan tener un alto involucramiento es de 15%; el de alcohol es de 65% y 47%, respectivamente; el de marihuana de 13% y 4%; cocaína 3% y 0,3%.

En diálogo con la prensa, Milton Romani, secretario general de la JND, señaló la responsabilidad de los padres debido a que se está hablando del consumo problemático de menores de 18 años; asimismo, indicó como una de las posibles causas del consumo de estupefacientes el deterioro del vínculo padres e hijos, y mencionó el “consumismo” que lleva a los padres a trabajar más horas para adquirir bienes materiales, restando tiempo a la vida familiar.

Consultado por la diaria respecto al incremento del abuso de alcohol, opinó que “hay una percepción social de que no hace daño” y que si bien su ingesta es milenaria, ahora atraviesa “una fase de promoción del consumo y la idea que se ve en la publicidad es que si no consumís alcohol no te divertís, cuando la paradoja te muestra que si tomás demasiado alcohol no te terminás divirtiendo porque te mamaste hasta las patas, te rompiste todo y te perdiste la fiesta; es un problema cultural, que tiene que ver con la oferta y la promoción”.

El consumo problemático seguramente reúne otros motivos cuya detección merece un estudio de fondo. Un factor posible puede ser la oferta de actividades para divertirse, alguien dijo hace unos meses que muchos adolescentes optaban por juntarse a tomar en la calle, en las afueras de los boliches, en parte por la inaccesibilidad a los precios de entradas, y en parte porque éstos presentaban una oferta escasamente motivante.