Cuestión de principios trata del enfrentamiento entre un padre y una hija. Él tiene 70 años, ella ronda los 40, y han recorrido juntos 20 años de fuertes conflictos generacionales e ideológicos. El padre es un sindicalista con un pasado de militancia política y ella es una exitosa autora de una importante editorial. Se ponen en contacto a pedido del padre, quien acaba de terminar de escribir sus memorias y necesita darles forma para finalmente publicarlas. Este encuentro será el detonador que pondrá de manifiesto las diferencias éticas entre el padre, que sigue creyendo en el triunfo del socialismo, y una hija de temperamento más pragmático e individualista.
“En general mis obras son historias de personajes no politizados. Yo he trabajado mucho con el antihéroe, el tipo común enfrentado a una sociedad que lo limita, que lo angustia y del cual no es muy consciente. El protagonista de Cuestión de principios es un personaje distinto porque tiene formación política sólida, es un tipo que tiene su ideología clara, equivocada o no, pero clara. La hija, que lo admiró, años después, por causas políticas y afectivas, lo cuestiona”, explica Cossa.
“Éramos una generación que creyó en la revolución, que fue sacudida por la revolución cubana y que hoy siente que en la práctica muchas de esas cosas se vinieron abajo”, continúa Cossa. Agrega: “Antes se soñaba creyendo que lo que se soñaba lo iba a ver, ahora más que un sueño ya casi es un delirio pensar que va a haber una sociedad socialista. Yo tomo este tema que me preocupa porque fui un adherente a esta idea, fui creyente en esas ideas, sigo creyendo en esos principios; de ahí ‘cuestión de principios’. Pero no puedo cerrarme a que esto fracasó, que durante 80 años hubo un país en el que todos sus habitantes se educaron en la idea socialista, en la idea igualitaria y hoy es un país con mafias, con un individualismo feroz. ¿Dónde está el error? Esto lo tomo en la obra: el padre es todavía un defensor de esas ideas y la hija lo admiró cuando era joven porque el padre tiene cosas admirables. Es un hombre de una coherencia a prueba de balas, del tipo de honestidad que hubo en el Partido Comunista y en la izquierda. Pero la hija le cuestiona todo aquello en lo que se equivocó, y él defiende los principios”.