El Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes) llegó a Uruguay en 2006, cuando adquirió el 100% de las acciones de la Cooperativa Cofac por una inversión de 10 millones de dólares, de los que 3.700.000 se utilizaron para promover retiros incentivados de los funcionarios y los restantes 6.300.000 para adquirir el pasivo de Cofac.

Desde entonces, sus balances anuales han arrojado resultados negativos, por lo cual su casa matriz debió garantizar tres capitalizaciones a instancias del Banco Central (BCU): en 2007 aportó 12 millones de dólares, al año siguiente tuvo que hacerlo por cinco millones de esa moneda y, en el cuarto mes de 2010, concretó la tercera capitalización, aunque no se dio a conocer el monto. Por este motivo es que la institución se encuentra inmersa en un proceso de reestructuración interna, buscando reducir el personal a su cargo mediante el ofrecimiento de retiros incentivados, y tratando de consolidar un nuevo plan de negocios que deberá presentar antes del próximo martes al BCU.

En el sector financiero local hay grandes incertidumbres sobre lo que sucederá con el Bandes, ya que el plan de retiros incentivados promovido por la entidad no alcanzó la cantidad esperada de adhesiones. Sólo 61 trabajadores aceptaron la iniciativa, 38 en una primera etapa y 23 en la segunda, cifra sensiblemente distante del objetivo de concretar entre 220 y 250 retiros.

Además, las autoridades del Bandes han guardado un gran hermetismo sobre el tema. El semanario Búsqueda informó ayer que la presidenta del Bandes Venezuela, Edmée Bentancourt, que se encuentra en Montevideo para evaluar los pasos que seguirá la institución, no quiso hacer declaraciones. “No estamos autorizados a dar ningún tipo de información. Cualquier cosa, que le dé declaraciones AEBU. ¿Sí? [...] No estoy autorizada para darle información. Feliz tarde”, respondió la jerarca según consignó ese medio. Por su parte, la diaria intentó comunicarse en la tarde de la víspera con autoridades de la institución financiera, pero los llamados realizados no fueron respondidos. El silencio sobre el tema también llega al BCU, donde se prefirió no hacer declaraciones acerca de la situación.

Cuarto menguante

Desde el ámbito bancario privado se asegura que la principal dificultad del Bandes pasa por la cantidad de personal, largamente excedida con relación a la capacidad de generar negocios desarrollada por la institución tras cuatro años de presencia en plaza.

Una fuente del sector consultada por la diaria aseguró que el volumen de actividad no es acorde a la plantilla de trabajadores, por lo que “o multiplica por cuatro [su nivel de actividad] o reduce a la cuarta parte la cantidad de trabajadores”. Asimismo, evaluó que “aunque la institución decidiera retirarse, no creo que haga el papelón de no pagar los depósitos, porque es muy poca plata” la captada en este mercado; añadió que el principal problema provendría de “la movida gremial” que se generará por el mantenimiento de los puestos de trabajo que hay en juego. Fundamentó que desde el arribo de la institución al país primó en el ámbito oficial una “cuestión política”, determinante de que haya permanecido operando pese a sus déficits operativos acumulados, pero apuntó que “el banco no puede seguir funcionando si da pérdida”.

Desde AEBU, el presidente del Consejo del Sector Financiero Privado, Elbio Monegal, interpretó que el plan de retiros incentivados “no fue un fracaso si tomamos en cuenta lo que ofrecía Bandes”, que a su entender implicaba “algo irrisorio”. “Por la poca plata que ofrecía no se podía pensar en más gente”, lamentó.

Detalló que los montos ofrecidos para efectivizar los retiros no eran fijos, ya que dependían de los años que faltaran para cada jubilación y del salario de cada funcionario, pero que representaban “un porcentaje bajo en relación a lo que se paga en el mercado”. Graficó que los bancos Comercial y Santander lo hicieron en su momento pero ofreciendo montos “muy superiores”, diferencia crucial que se reflejó en la respuesta de los empleados. Asimismo, informó, en AEBU esperan que el BBVA proceda a instrumentar una operación de esas características para ajustar su funcionamiento a la adquisición de Crédit Uruguay.

Esperando órdenes

Respecto del futuro, Monegal indicó que las autoridades locales de Bandes le manifestaron que, de momento, “no tienen órdenes” de su casa matriz sobre los pasos a seguir, y que aguardaban la llegada de Bentancourt para analizar el asunto.

El experimentado sindicalista entiende que los problemas de la institución pasan por su exiguo volumen de negocios, menor a sus costos operativos, y no por la cantidad de empleados. “Si los trabajadores no cobraran nada, igualmente tendrían pérdidas. La institución pierde plata con 200, 100 o un trabajador”, advirtió.

Fundamentó que esta situación “no cambia de un día para el otro” al tratarse de una entidad que “perdió plata incluso en los mejores años del sector financiero. No va a ser fácil”, alertó. Demandó que el primer paso para hallar una solución sea “poner voluntad”, y calificó de “insólito” que los negocios que realiza el gobierno de Venezuela con Uruguay no sean canalizados en términos financieros a través del Bandes; sobre el punto, recordó que desde la entidad “siempre se dijo que se iba a empezar a hacer, pero en cuatro años todavía no hay nada”. “El banco debería definir políticas claras respecto al rumbo que debe tomar la institución y qué es lo que quiere hacer”, reclamó. En la misma línea, apuntó, uno de los inconvenientes más serios se deriva de que, en Venezuela, el Bandes “no es un banco universal sino que funciona como acá la CND [Corporación Nacional para el Desarrollo], como banca de segundo piso, por lo que no conocen el negocio, y además llegan a una plaza [financiera] muy particular, como la uruguaya”.

Monegal reseñó que la institución ya ejecutó tres cambios de cuerpo gerencial, es decir que su gestión local ya va por el cuarto en cuatro años. Graficó que estas movidas se producen porque sus directivas “no dan pie con bola”, dado que los cargos gerenciales difícilmente se cambian. “Los gerentes, a no ser que se jubilen, difícilmente se van de sus cargos. No se cambian todos los días”, concluyó.