Todas las voces, todas

Puig aprovechó la oportunidad para referirse al Foro de la Microempresa -Foromic- que se va a llevar a cabo los días 6 y 8 de octubre en Montevideo, actividad que “se ha convertido en el foro principal para todo el sistema de microfinanzas, en el que participarán los entes reguladores como bancos centrales, entidades que financian a las empresas (microfinancieras), y también está toda la cadena de provisión de servicios hacia las microfinancieras”. “Lo importante del Foromic es que todos estos jugadores llegan a intercambiar lo último en microfinanzas, las tendencias que están sucediendo en el mercado, nuevas modalidades para desarrollar actividades”, sostuvo Puig concluyendo que es “el evento” de microfinanzas.

Puig presentó ayer en un evento los distintos instrumentos que tiene el organismo multilateral para potenciar el desarrollo del sector privado, pero también se refirió al Foromic, un evento que se realizará en octubre en Montevideo y que estará enfocado en las microempresas y microfinanzas (ver recuadro). Tras su exposición, el jerarca aceptó un mano a mano con los periodistas, ocasión en la que aprovechó para remarcar que “tradicionalmente” al BID se lo asocia a su vínculo con los gobiernos que son accionistas y socios -“sus clientes principales”, dijo-, aunque “en los últimos años hemos estado desarrollando de una forma muy marcada la interacción que tenemos con el sector privado”.

La conferencia justamente buscaba “hacer un recuento de la evolución de los instrumentos” con los que cuenta el BID para este sector de la economía, los cuales abarcan enfoques y necesidades diversas, acordes a las necesidades de cada beneficiario. “Cubrimos desde lo que es la microempresa hasta los proyectos más grandes, como por ejemplo temas de infraestructura”, graficó. Al respecto, mencionó la importancia que tendrá la nueva Ley de Asociaciones Público-Privadas para poder reorientar los programas y crear nuevas herramientas.

Valoró que el BID tiene un amplio abanico de instrumentos para colaborar con el sector privado, con participación en varios países, y que se apunta a “seguir incrementando” esa incidencia. En lo que refiere a los montos que el banco destina al sector privado en Uruguay, describió que actualmente “la cartera del Fomin (Fondo Multilateral de Inversiones, institución dependiente del BID) es de aproximadamente 20.000.000 de dólares”. Estos fondos se aplican principalmente a microempresarios, es decir, “a un gran número de pequeños proyectos”. Por otra parte, a través de la Corporación Interamericana de Inversiones que conforma parte del Grupo BID se dispone de aproximadamente 11.000.000 de dólares, cuyos destinatarios son mayormente proyectos medianos. A esta inversión se debe sumar las que realiza “el equipo del propio BID de finanzas estructuradas, donde se están mirando proyectos que ascienden a varias docenas de millones de dólares”, aunque no quiso aportar números concretos.

El temple del instrumento

En cuanto al tipo de instrumentos ofrecidos por la institución, Puig sostuvo que además de préstamos el organismo “ofrece garantías” y “otras formas de cooperación, como la asistencia técnica”.

Con respecto a los sectores en los que Uruguay tiene potencial para avanzar en conjunto con el BID, subrayó que el país tiene “muchas oportunidades por ser un gran país exportador en el sector agropecuario”, pero que “también hay grandes oportunidades en temas relacionados con cambio climático”. En concreto se refirió a los proyectos de energías renovables. Otra área que a su entender resulta atractiva es “la parte de infraestructura” del país, que se busca desarrollar a través de las alianzas entre los sectores público y privado.

Independientemente de ello, el jerarca subrayó que el banco “tradicionalmente ha estado muy enfocado en las microfinanzas” y el objetivo es consolidar ese apoyo “facilitando el acceso al crédito para las pequeñas empresas y microempresas”, que tienen dificultades para acceder al financiamiento. Respecto a los préstamos que otorga la institución indicó que “los que hacemos con clientes del sector privado se otorgan en condiciones de mercado”, con la salvedad de que el BID “asume mayores riesgos que los entes privados que dan financiamiento, y ofrece plazos más largos”. “Nuestro rol como banco multilateral siempre es complementar lo que hace el sector financiero privado, estamos para ofrecer productos que van un poquito más allá de lo que se ofrece en la banca tradicional”, diferenció.

Al ser consultado por la inversión directa en infraestructura en el sector público, Puig le cedió la palabra a la representante del BID en Uruguay, Tracy Betts, quien se limitó a indicar que mantiene el diálogo con el Ministerio de Economía para “definir exactamente cuáles son los proyectos que serían sujetos de créditos del BID”. “Estamos muy interesados en lo que es comercio internacional, particularmente en la exportación de servicios globales, y obviamente está el tema de la infraestructura, pero todavía está pendiente una definición con el Ministerio de Economía”, resumió Betts.