Ferreri aseguró que la evolución de la recaudación ha sido “sumamente positiva”, y fundamentalmente subrayó la caída registrada en los últimos diez años en la evasión fiscal. “Pasamos de un nivel de 40% de evasión de IVA en los años 2001, 2002, a 16,1% en 2009”, resumió el jerarca y aseguró que eso “nos convierte en el país con menor tasa de evasión de América Latina, incluso por delante de Chile”.

Fundamentó que los buenos resultados surgieron a raíz del proceso iniciado en 2005, “con el respaldo de todo el sistema político”, cuando se prohibió que los funcionarios de la DGI pudiesen tener doble actividad, se incorporó tecnología, y se capacitó al personal. “Antes de 2005 la DGI invertía 50.000 dólares por año en tecnología, mientras que en el período 2005-2010 se alcanzaron 15.000.000 de dólares”, graficó. Esta apuesta permitió que los ingresos al fisco crecieran por encima del incremento del nivel de actividad, lo que se explicó “justamente por la eficiencia de la DGI”.

De cara a los próximos años, recordó que uno de los compromisos asumidos por el gobierno es realizar una rebaja de los impuestos indirectos, particularmente un recorte de dos puntos de la tasa básica de IVA (de 22% a 20%). Ferreri argumentó que ese objetivo se va a conseguir también con una mayor eficiencia, bajando entre cuatro y cinco puntos la evasión fiscal. De esa forma se la estaría llevando “a niveles cercanos a los del primer mundo”, en los que, según explicó el director de Rentas, tienen una tasa que ronda el 10%.

Para cumplir con la meta, la institución apunta “a varias líneas” de acción. Por un lado se busca reforzar el personal, los cuerpos inspectivos, y contar con más funcionarios abocados a las tareas de fiscalización informática. Según graficó su titular, “la DGI tiene toneladas de información que se puede analizar”. Además, remarcó que se están realizando operativos en forma permanente, incluso los fines de semana y en horarios nocturnos a nivel de todo el país. Describió que “es obligación” del Área de Fiscalización haber efectuado todos los meses inspecciones en los 19 departamentos.

En otro orden, respecto al proceso de modernización encarado en los últimos años, comentó que “por primera vez en nuestra historia recibimos a una delegación de Paraguay para capacitarse”. “Uruguay está siendo tomado como una administración tributaria modelo”, concluyó Ferreri.

No seas bruto

La recaudación neta (excluida la devolución de impuestos) alcanzó los 11.148 millones de pesos (548 millones de dólares), lo que representa 1.439 millones de pesos más que en agosto de 2009, 14,8% más. Por su parte, si se descuenta el efecto inflacionario, se observa que la recaudación creció 8,1%, y sin incluir en el análisis a las empresas públicas, se aprecia que el crecimiento fue de 8,6% real en términos netos.

De enero a agosto de 2010 los ingresos netos de la DGI fueron 6,2% superiores a igual período del año anterior, mientras que en términos brutos fueron de 5,3%. El impuesto de mayor incidencia fue el correspondiente a la Renta de las Actividades Empresariales (IRAE), seguido en importancia por el Impuesto Específico Interno (Imesi), el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Por el contrario, el Impuesto al Patrimonio acumula una variación notoriamente negativa.

Al excluir a las empresas públicas y otros ingresos extraordinarios producidos durante algunos meses de 2009 se constata que la recaudación fue 7,6% mayor en comparación con el período enero-agosto del año pasado. Los impuestos al consumo, en conjunto, significaron 4,3% más, explicado tanto por el aumento del IVA (2,3%) como del Imesi (15,7%). En el primero se destaca la suba de 2,4% en el IVA Interno y de 2,2% en el correspondiente a Importaciones; mientras que en el segundo sobresalió el 13,9% del Imesi combustibles, seguido en relevancia por el aplicado a Tabacos y cigarrillos (22,9%), y Automotores (30,4%).

Por su parte, los gravámenes a la renta, también en cojunto, aportaron 13,3% más. El IRAE creció 17% en términos reales, impulsado por un sustancial aumento de 182,5% en la recaudación de las empresas públicas, que más que compensó la caída del sector privado (-1,4%). El informe matiza que “en el caso de las empresas privadas la variación sería positiva (1,9%) si no se consideraran los ingresos extraordinarios de marzo y abril de 2009, originados en reliquidaciones a algunos de los Fondos de Recuperación de Patrimonio Bancario”.

Por su parte, el Impuesto a la Enajenación de Bienes Agropecuarios tuvo un incremento de 11%, descontando los efectos inflacionarios, aunque se advierte que 2009 fue un año de baja recaudación de ese tributo. El IRPF experimentó una suba de 10,2% a precios constantes, mientras que el Impuesto a la Asistencia a la Seguridad Social creció 19,2%. El Impuesto a la Renta de los No Residentes tuvo una baja de 3,3%, y los que gravan la propiedad repuntaron 8,6%, pese a la baja del Impuesto al Patrimonio (-12,5%), explicado por la caída asociada a empresas públicas (-9,4%) y privadas (-14,1%). Por su parte, la recaudación del Impuesto a las Transmisiones Patrimoniales mejoró su recaudación un 30,2% real.