El hábitat

Durante la pasada administración se construyeron a nuevo tres pabellones-modelo en Etchepare con el mejor equipamiento (losa radiante, Direct TV, computadoras, privacidad), pero que abarcan a una ínfima parte de la población internada: 56 pacientes, de un total de 836. Paralelamente, se recicló un pabellón que alberga a 80 personas, se está remodelando otro con las mismas proporciones y se proyecta la remodelación de un tercero. En los cinco pabellones se han invertido dos millones y medio de dólares, que abarcan a un tercio de la población de las colonias. Nada de esto se destinó a Santín Carlos Rossi, que hace cinco años presentaba un mejor estado que Etchepare, y por ese motivo las autoridades prefirieron centrarse en esta última. En Santín, a través de un convenio con el Ministerio de Desarrollo Social, en los últimos meses se han realizado reparaciones en dos pabellones, pero el estado general del resto es calamitoso, como también lo es en los pabellones no remodelados en Etchepare. Alberto Grille, presidente de la Comisión Honoraria de Administración y Ejecución de Obras de las Colonias de Asistencia Psiquiátrica (creada en 2006) ante la Comisión de Derechos Humanos de Diputados, sostuvo: “Los pacientes psiquiátricos que están acá en los pabellones nuevos están mejor que en la Asociación Española. Los otros están peor que en el barrio Borro, pero los que están en los pabellones nuevos están en el primer mundo”.

El tema ha sido tratado en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y en la de Salud Pública de la Cámara de Senadores. Además, están en curso dos investigaciones judiciales: una en la órbita civil, a partir de una acción de amparo presentada por el fiscal Enrique Viana que ha buscado esclarecer las condiciones en las que viven las personas en las colonias, y otra en la esfera penal, en un juzgado de San José, donde fueron citados a declarar el cura, el director de las colonias y una enfermera por acusaciones cruzadas en la prensa.

En diálogo con la diaria, Mario Córdoba, presidente del directorio de ASSE, indicó que para él “fue muy importante que el tema llegase al Parlamento con tanta intensidad, tanto a Diputados como a Senadores, y que llegara al juzgado, porque llega al país”, y agregó que la manera en que irrumpió en la agenda mediática dio la oportunidad de “analizarlo como problema nacional”.

Se buscan fondos

Córdoba entiende que los principales problemas de las colonias pasan por el escaso número de técnicos y de funcionarios en contacto directo con los pacientes, así como de personal de vigilancia. También mencionó las carencias de infraestructura edilicia (ver recuadro).

Para el quinquenio 2011-2015, ASSE solicitó 123 millones de pesos: 40 para remodelar pabellones de Etchepare, 40 para remodelar Santín, 30 para acondicionar el hospital que funciona en Etchepare y 12 para remodelar la cocina y el lavadero. Pero el Ministerio de Economía y

Finanzas anunció que otorgará sólo dos partidas, una de 26 millones de pesos en 2011 y otra igual en 2012, es decir, un total de 52 millones de pesos, lo que significa poco menos de la mitad de lo solicitado. Tan determinante es la postura que, de hecho, el proyecto presupuestal que ingresó al Parlamento sólo pide las dos partidas de 26 millones cada una.

La otra mención de las colonias en el presupuesto está referenciada en un artículo por el que se faculta a ASSE a descontar hasta 50% de las pensiones y jubilaciones de los internados en las dependencias de las colonias “con destino al pago de las hospitalidades”.

Córdoba indicó: “[como] los recursos que nos otorgaron no cubren todas las necesidades, vamos a presentar el tema en el Consejo de Políticas Sociales” del gabinete de Políticas Sociales del Consejo de Ministros para trabajar de modo interinstitucional.

El rubro salarios de las colonias no está discriminado en el proyecto presupuestal entregado por el Poder Ejecutivo, pero es un punto capital, puesto que en atención directa con los 836 pacientes, sólo hay 150 funcionarios en cada colonia para cubrir las 24 horas, con días francos, e incluso licencias médicas, que son fuente de un importante ausentismo en esas instituciones. Córdoba explicó que ASSE está discutiendo el número de funcionarios que tendrían que contratarse para trabajar directamente con los pacientes, pero dijo que por el momento las estimaciones hablan de que el incremento sea un tercio superior a lo que es hoy.

El jerarca indicó: “Vamos a tener que pedir un plus para ver si podemos lograr la infraestructura de recursos humanos” y detalló que a nivel del consejo de políticas sociales “tendría que haber un plus para estimular la producción de las colonias para el abastecimiento”.

Etchepare tiene 372 hectáreas y Santín, 13. Fueron pensadas para incluir proyectos productivos, y por un buen tiempo hubo huertas y se criaron cerdos. El actual directorio se plantea retomar estos proyectos. Córdoba señaló que se analizará la posibilidad de trabajar en conjunto con las facultades de Veterinaria y Agronomía así como con el Ministerio de Desarrollo Social (Mides). “Necesitamos que la tierra que está ahí produzca”, afirmó. Actualmente hay un convenio con el Servicio de Veterinaria y Remonta del Ministerio de Defensa Nacional, que fue el que alambró el predio en la pasada administración, y realiza extracción de leña, sin intercambio con los pacientes. Por otra parte, se planea profundizar la actividad de laborterapia en la panadería -que existía antes y fue reflotada en la pasada administración- y retomar la actividad de la imprenta para abastecer de material impreso a las colonias e incluso a ASSE.

Ruta de salida

Córdoba sostiene que el camino a seguir es el de continuar remodelando los pabellones e ir tratando de cerrar los que están en peores condiciones, lo que podría lograrse con el traslado de pacientes a hogares sustitutos y a casas de cuidadores.

Actualmente, además de los 836 pacientes que viven en las colonias, hay 200 que viven en la comunidad, en casas de salud o de particulares, a cargo de “cuidadores”, en el marco de los programas de egreso. La mayoría de ellos vive en las proximidades, en las localidades de Santa Lucía, Ituzaingó y Pueblo Nuevo.

“Las casas de la comunidad son parte de iniciativa privada y es parte de la vinculación que hagamos. Vamos a establecer convenios y capaz que parte de eximición de algún tipo de impuesto, puede ser con convenios con las intendencias, con el Estado en conjunto, o con el BPS [Banco de Previsión Social], el Mides, entre otros”, dijo el jerarca.

Consultado respecto a si las casas se edificarían en torno a las colonias, respondió: “En caso de que [el paciente] tenga vinculación familiar, irá donde a la familia le quede más cerca, pensamos en todo el país, porque de todo el país se deriva a las colonias. Cuando hablamos de tratamientos y de asilos estamos pensando que se abran más casas en el interior, no solamente la zona de alrededor”.

Agregó que habrá de profundizar en el modo en que se controlan las casas de salud y continuar con la capacitación en cuidado de pacientes que se inició en el período pasado. Los programas de egreso de las colonias tienen un reducido número de técnicos para realizar visitas domiciliarias de supervisión. Consultado sobre el incremento de personal en estos programas, indicó que se está pensando en “reforzar a través de pasantías, hace poco empezó el practicantado de psicología, hay siete estudiantes ahí, y nuestras facultades van a tener que poner cabeza, ayudar a ese tipo de rehabilitación”.

Para Córdoba, parte de las soluciones pasan por redistribuir a los funcionarios. Necesitamos hacer una rotación de los funcionarios en cuanto al tipo de patologías, no puede ser que el mismo funcionario esté tanto tiempo atendiendo pacientes con las mismas patologías, es necesario que pueda rotar de los lugares de esperanza a los de desesperanza en donde hay patologías tan sólidas, en donde la socialización es casi nula y la discapacidad y dependencia son tan marcadas que hay que atenderlos de a uno”.

Tejes y manejes

En 2005 asumió la dirección de las colonias el psiquiatra Ángel Valmaggia, quien era partidario de cerrarlas paulatinamente y derivar a los pacientes a instituciones menos asilares que estuvieran instaladas en la comunidad. Los funcionarios de ambas colonias, afiliados a la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP), se manifestaron en contra de esa disposición y establecieron una comunicación directa con la entonces ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, y la presión fue tan fuerte que el entonces director se sintió poco respaldado por las autoridades ministeriales y renunció a los nueve meses de haber asumido. En ese entonces, quien estaba al frente del gremio de funcionarios de Etchepare era Alfredo Silva, nombrado poco después director de ASSE en representación de los trabajadores y que permanecerá en el puesto en este período.

El actual director, Osvaldo Do Campo, comenzó sus funciones en enero de 2006 y continúa en ejercicio hasta el momento, aunque próximamente dejará el cargo para ocupar un puesto de jerarquía en la órbita de Salud Mental de ASSE. Do Campo sostuvo desde un principio que las colonias no se cerrarían, y eso determinó cierta neutralidad con el gremio que ejerció menor presión que la realizada en administraciones anteriores.

Los trabajadores de las colonias emitieron un comunicado el lunes 30 de agosto en el que solicitaban que se respetara el presupuesto quinquenal elaborado por la dirección, en cuya elaboración participaron. Mencionan las carencias de funcionamiento, el escaso número de funcionarios en áreas asistenciales, el déficit de locomoción -sin ambulancias en condiciones y sin vehículos para distribuir alimentos y ropa- y el “lamentable estado edilicio” de ambas colonias.

Asimismo, piden que se “atienda con seriedad” la propuesta de rehabilitación que realizan los trabajadores. Al respecto, Jorge Alanís, integrante del sindicato, dijo a la diaria que “en las colonias no existe un programa de rehabilitación” y que su planteo pasa por la realización de talleres en los que los pacientes aprendan hábitos de higiene y de trabajo, que pierden por la dinámica institucional.

Con respecto a la gestión de la actual dirección, el gremio acusa: “Hubo un montón de encargados de diferentes áreas y fundamentalmente las asistenciales que hicieron lo que quisieron con la gente y con los propios intereses del centro. Esto quiere decir que la cadena de mandos no funcionó y que se distorsionó toda posibilidad de avanzar en una mejor gestión. Ante esto la dirección del hospital [psiquiátrico] no actuó, se mantuvo al margen y no tuvo capacidad de corregir las irregularidades existentes, lo que resumió una mala gestión de direcciones técnicas y administrativas”.

Por otra parte, los médicos (generales y psiquiatras), reunidos en asamblea del Sindicato Médico del Uruguay el 16 de agosto, plantearon también preocupación frente a “las notorias carencias existentes”, señalando especialmente el deterioro reinante en Santín Carlos Rossi.

En el comunicado emitido por los funcionarios también se hizo alusión al desmantelamiento de Santín, porque luego de la administración de Valmaggia el contacto de esta dirección fue sumamente escaso, retirando de ella funcionarios y vehículos que fueron destinados a Etchepare. Explicitan que esta situación comenzó a revertirse paulatinamente hace siete meses, luego de que se instalara allí una subdirectora de las colonias, después del fallecimiento de dos pacientes que se extraviaron entre los pastizales de Santín.

En abril de 2009 un informe realizado, entre otros, por Wilfredo López (director de ASSE en representación de los usuarios), Lizardo Valdez (director del programa de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública) y Antonio Aguirre (inspector general del Patronato del Psicópata) expresó respecto a Santín: “Nota aparte nos merece la recorrida por esta Colonia el deterioro de los pabellones, la falta de higiene, [el] desorden, viviendo los usuarios en condiciones que no son humanitarias”.

El documento elaborado por los médicos explicita: “Las carencias institucionales en el momento del desempeño de nuestras tareas asistenciales nos expone a riesgos médico-legales. El cambio del perfil de los pacientes (más jóvenes, violentos y policonsumos, etcétera) exige contar con más personal idóneo para el manejo de los mismos, así como varios técnicos hemos estado expuestos a amenazas verbales y físicas de nuestros pacientes”.

Afirman también que “los técnicos médicos desconocemos (no por falta de interés) la actual política sobre salud mental a nivel general, así como también desconocemos cuál es la política a implementar en nuestras instituciones, a saber, remodelaciones en los pabellones, políticas de rehabilitación, etcétera, etcétera. Desde el punto de vista gremial tampoco hemos sido convocados ni informados en momento alguno por la actual dirección de las colonias”.

Entre otras cosas, a fines de 2008 la administración de Do Campo emitió un comunicado dirigido a los jefes de servicio, en el que se expresaba que “todo lo concerniente a la gestión administrativa y de gestión económica y financiera es de estricta reserva”, y que no podría darse a conocer sin la autorización de la dirección.