El apresuramiento, la ignorancia, una bebida inadecuada y tibia más el sol de enero en la cabeza sólo pueden producir una burrada: la que declaré en la entrevista que me realizara la diaria el pasado viernes 21. Personas como Walter Tournier, Ricardo Casas y otras, haciendo gala de afecto, paciencia y ánimo educativo, me proporcionaron los datos que me faltaban y cuya ausencia me llevó a aquellos infortunados dichos. No me ha gustado nada representar en estas últimas horas el papel de bocabierta desinformado. A todos los cineastas, documentalistas y afines de este país, mi más sincero pedido de disculpas. ■ Fernando Cabrera.
Cabrereadas (aclaración)
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