Por la cantidad de periodistas que se acercaron al anfiteatro del BCU daba la impresión de que se anunciarían importantes medidas, aunque lo cierto es que sólo se presentaban en sociedad los nuevos diseños de las monedas uruguayas. Es que en verano el país parece tomarse vacaciones por completo, razón por la cual los periodistas se agolpan cuando hay algún evento en la desolada de noticias y calurosa capital.

Lo más destacado de las nuevas monedas es la presencia en su frente de distintas figuras de la fauna autóctona y el cambio en su anverso de la figura de Artigas por el Escudo Nacional.

Bergara detalló que las circulantes “se van a usar hasta acabar stock”. “Durante un tiempo vamos a convivir con las viejas monedas y las nuevas”, precisó. En total se acuñaron 20 millones de monedas de 1 peso, 20 millones de 2 pesos, 10 millones de 5 pesos y 20 millones de monedas de 10 pesos.

El diseño se aprobó en 2008, un año después se ordenó la acuñación y en 2010 se hizo la licitación. Ésta fue ganada por la Real Casa de la Moneda Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España, que se encargó de la producción de las de 1 y 2 pesos, y por The Royal Mint de Inglaterra, que acuñó las de 5 y 10 pesos.

Sin embargo, quienes fueron de compras en los últimos días quizá se hayan topado con alguna de las nuevas monedas de 1 peso. Ello se debe a que “se había acabado el stock de la partida anterior” y “comenzaron a circular las nuevas”.

Bergara destacó “el aprovechamiento de nuevas tecnologías que permitieron abaratar el costo de acuñación”. “Estamos a mitad del costo de las monedas que circulan hasta ahora”, agregó. Las monedas son de núcleo de acero recubierto.

La plata se gasta

Las monedas de 1 peso tienen la mulita como figura, un diámetro de 2 centímetros, pesan 3,4 gramos y su costo de acuñación es de 0,36 pesos mediante el método de composición electrochapada (de haberse utilizado el método anterior, con metales tradicionales, el costo hubiese sido de 0,89 pesos). Con el carpincho en su nuevo frente, las de 2 pesos miden 2,3 centímetros de diámetro, pesan 4,3 gramos y costaron 0,36 pesos cada una (0,82 pesos). Las de 5 pesos tienen al ñandú, miden 2,6 centímetros, pesan 6,2 gramos y su costo de acuñación fue 0,79 pesos (1,61 pesos). Por último, las monedas de 10 pesos tienen a un puma como figura, miden 2,8 centímetros de diámetro, pesan 10,4 gramos y se pagaron a 0,84 pesos cada una (1,65 pesos).

Además de las nuevas monedas se exhibió el primer billete con la firma de una mujer, en este caso de la secretaria general del BCU, Elizabeth Oria. Los billetes permanecen con el mismo diseño. Sobre éstos, Bergara comentó que habitualmente “se cree que tienen una vida útil larga”, pero “se desgastan más de lo que uno piensa”. Describió que los billetes de baja denominación (20 y 50 pesos) tienen una vida útil “que difícilmente llegue al año”. Por su parte, los de 100 y 200 pesos suelen durar un año y medio, y los de 1.000 pesos, aproximadamente dos años. Respecto a los de 2.000 pesos, bromeó que “no se tiene cuantificada” su longevidad, pero “duran más porque se ven bastante poco”.

No es fácil

En otro orden y en conversación con la prensa, Bergara se refirió a la decisión de Brasil de “desmotivar la apreciación del real”. Explicó que a nivel global hay un “debilitamiento de las monedas fuertes en el mundo -dólar, euro- y de fortalecimiento de las monedas de los países emergentes: “[...] Brasil, China, India, Rusia, y también otros países latinoamericanos, Colombia, Perú, Chile y Uruguay”.

Las medidas del vecino “apuntan a suavizar esa tendencia a la apreciación”, aunque “los resultados los dirán los mercados monetarios y cambiarios en Brasil”. “Por lo pronto, el combate a la apreciación cambiaria en nuestros países no está siendo sencillo”, advirtió. Las economías desarrolladas “se mantendrán débiles” al menos hasta mediados del año próximo, y consecuentemente sus monedas. A ello se suman medidas monetarias implementadas por Estados Unidos y Europa, que “consolidan esa dirección de debilidad del dólar, del euro”. Esa tendencia genera además aumentos en los precios de los bienes primarios medidos en dólares, por lo que, en su conjunto, estos elementos plantean “un panorama de apreciación de las monedas emergentes”.

Sobre Uruguay, no existen previsiones de compra de dólares, sino que se actúa “en función de cómo va evolucionando el mercado día a día, [...] en coordinación con el Ministerio de Economía y los demás agentes del Estado”.