Plaza tomada

El espectáculo de La Fura dels Baus comienza a las 23.10 en el escenario de la plaza Independencia.

El nombre suena mucho a “furia” (aunque en catalán quiera decir “hurón” y Els Baus sea el nombre de unos ojos de agua que había en un pequeño pueblo), algo que vendría bien para describir la conjunción, a menudo violenta, de actuación, música y performance “circense” que caracteriza a esta compañía y que ha hecho de ella, sin duda, uno de los grupos de teatro más famosos del globo.

Los orígenes de La Fura dels Baus se remontan a la Barcelona de 1979, cuando Marcel·lí Antúnez Roca (que en 1989 abandonó el grupo para dedicarse a una exitosa carrera solista), Quico Palomar, Pere Tantinyà y Carles Padrissa deciden practicar en el teatro callejero. En 1984 el grupo empieza a mezclar esa actitud con todas las novedades de la movida de los 80 en el show Accions.

Nace así su ultra teatro espectacular: shows casi ritualistas en espacios insólitos, con intensa participación del público y estímulos sensoriales. En 1992 sale del circuito minoritario, aunque de culto, gracias al espectáculo de apertura de los Juegos Olímpicos de Barcelona. En adelante, éxitos desmesurados, unos 50 premios internacionales en 30 años, espectáculos ya míticos como Noun, Faust 3.0 y XXX.

Si alguna vez Roca dijo que La Fura nació como “el último hálito del movimiento hippie, entre lo folclórico y el idealismo romántico”, en la última década el grupo aceptó producir shows específicos para empresas como Mercedes-Benz, Volkswagen, Peugeot, Absolut Vodka y Pepsi Cola.

Otros de sus saltos son más formales: desde mediados de los 90 el grupo pone en escena óperas como La condenación de Fausto, de Berlioz, y La flauta mágica, de Mozart, encabezando un movimiento que busca, dentro del género, recuperar para lo visual el protagonismo perdido a manos de lo musical. Faust 5.0, además, significó la incursión plena de La Fura dels Baus en el cine, aunque el empleo de audiovisuales es común desde hace décadas en sus espectáculos.

Para el que presentarán hoy emplearán a decenas de artistas uruguayos, que ensayan junto con un núcleo mínimo de españoles desde la semana pasada. El culto a La Fura es fuerte entre los actores y malabaristas, por lo que el llamado para trabajar con ellos tuvo una respuesta excesiva que obligó a crear listas de espera.

El de hoy no será el debut de La Fura dels Baus en un bicentenario: hace tres años participó en la celebración del levantamiento 2 de mayo de 1808, en el que los madrileños protestaron contra los invasores franceses, esos mismos que, al debilitar al reino de España, posibilitaron que los países de nuestra región se encaminaran a la independencia. En diciembre, los españoles volverán a Uruguay para representar en el Solís su versión de la ópera Orfeo y Eurídice.