Tal como se lee en la gacetilla de prensa, Contradanza, creado en 1986, es uno de los grupos de danza contemporánea locales que más ha producido obra, formado artistas y generado discursos escénicos, todo caracterizado por la rigurosidad investigativa, la calidad de las presentaciones y la innovación como constante de sus propuestas. Desde su disolución a finales de los 90 hasta ahora, las integrantes del grupo han continuado sus carreras profesionales como bailarinas, docentes, creadoras y gestoras, tanto en el Uruguay como en el exterior. Cada una se ha consagrado en los últimos diez años de manera individual, haciendo una profunda contribución a la danza de nuestro país y logrando para sí una reputación y un respeto importantes en nuestro medio. la diaria dialogó con Florencia Varela (fundadora y ex directora de Contradanza), Verónica Steffen, Carolina Besuievsky, Florencia Martinelli y Andrea Arobba sobre esta nueva producción artística que se propone reflejar aspectos de nuestra identidad y borrar las fronteras entre música y danza, lo individual y lo colectivo, para que “emerja un cuerpo vital poderoso y sensible”.

-¿Cómo surgió la iniciativa de juntarse después de doce años?

-Carolina Besuievsky: Durante estos diez años seguimos vinculadas a través de colaboraciones y proyectos, pero la idea de reunirnos surgió a raíz de sugerencias de amigos y amigas y por las ganas de ver en qué andábamos cada una y de reencontrarnos. Primero pensamos en digitalizar el archivo de Contradanza y luego surgió la idea de crear algo juntas a partir de ese encuentro. Y nos gustó la idea.

-¿Cómo fue surgiendo Bandada, qué régimen de trabajo se impusieron?

-Florencia Varela: La característica de este proceso es que es de co-creación colectiva; eso fue bastante nuevo por lo menos para la configuración de este grupo y fue un desafío trabajar de esa manera. Yo nunca había trabajado de manera tan colectiva en ningún proceso, fue un desafío tomar en cuenta las opiniones de toda la gente involucrada en cada ensayo, y ser equilibrados al escuchar las ideas y las devoluciones que se fueron dando, así que fue un proceso bastante peculiar, nuevo. -CB: Bandada surgió de la idea de un cuerpo único, de la unicidad entre todas, de algo que nos conecta y nos lleva hacia una dirección. Planteamos una forma, como las bandadas, pero el azar nos va llevando. La idea de una bandada nos gustó porque habla del movimiento, de la naturaleza, de diferentes sentidos de orientación, y empezamos a relacionar eso con lo que es la danza para nosotras. Como en las bandadas, a veces queda un pájaro solo y a veces se une al grupo o va en tal dirección, ninguno vuela igual. Otra cosa muy rica de este espectáculo es la integración de la música al movimiento y del movimiento a la música. Realmente fue un diálogo increíble, con dos músicos increíbles como Juan Pablo Chapital y Nicolás Carril y con el asesoramiento sonoro y creación de Rodolfo Vidal a nivel de las voces. Y realmente diría que es un espectáculo de música y danza. La bandada en escena somos nosotras cinco y los músicos, pero también hay un gran equipo trabajando con nosotros, Carolina Silveira nos ayudó como co-creadora, Victoria Esquivel en el vestuario, Leticia Skrycky en luces. -Verónica Steffen: Al principio surgió con otros nombres, por ejemplo Suavemente ondulado, porque inicialmente nos movía mucho el famoso tema de la identidad que está muy trillado, pero lo fuimos barajando hasta llegar a la idea de la geografía, entonces trabajamos mucho a partir del lugar donde vivimos, de la influencia que tenemos de este clima, de este suelo, de la arena, del ocio, todo eso que conforma aspectos de nuestro ser y de nuestra identidad.

-¿Qué otros aspectos particulares de la identidad les interesó trabajar o fueron apareciendo en el proceso creativo?

-CB: Cómo la geografía hace que la gente que vive aquí es como es. Nosotros estamos cerca del mar, tenemos un clima determinado, una rambla, pequeños cerros, campo, entonces buscamos cuál es la experiencia personal de cada una con la naturaleza y ahí fueron surgiendo materiales. -VS: Vimos que había mucha relación con la naturaleza en nosotras, en nuestro grupo, pero también en la gente que vive en esta ciudad. Entonces la arena, al agua, el sol, estuvieron muy presentes al comienzo del proceso, después se fueron transformando en otras cosas. -FV: Uruguay es un territorio que está completamente abarcado por agua, por ríos, arroyos, cuando mirás el mapa de Uruguay llama la atención esa característica, la relación con el agua es una impronta de la gente de acá. Eso es algo que llevamos impregnado desde nuestra infancia y nuestros ancestros. Esa característica se manifestó como herramienta de trabajo sobre todo en el primer tramo del proceso.

-¿Qué ritmo le impuso a la creación el hecho de ser cinco personas co-dirigiendo y creando, que además trabajaron en conjunción con los músicos?

-CB: Nos llevó tiempo, fue un trabajo importante que seguimos haciendo hasta el día del estreno y va a seguir. Empezamos a trabajar en febrero, básicamente a ir a los estudios de danza, a trabajar, a poner el cuerpo y fue todo un proceso, primero de encuentro del grupo, de plantear los deseos de cada una respecto del encuentro, de plantear los deseos escénicos, y luego comenzar a construir una estructura que se pueda presentar. -FV: Seguramente esta característica colectiva enlentece un proceso de creación, lleva más tiempo porque hay que escuchar todas las opiniones, hay que atender a todas las visiones, pero para mí fue una práctica humana bien interesante, con momentos más difíciles o de fricción. Al no haber una sola cabeza clara que toma la decisión, a veces las decisiones se diluyeron un poco en la espera, pero ha sido muy interesante desde el punto de vista humano. -CB: Sobre todo porque somos muy distintas de lo que éramos, físicamente, espiritualmente y en estilos de vida. Fue de una gran flexibilidad ante todas las cuestiones, fue una práctica de flexibilidad. Y eso hace crecer.

-Dijeron que iban a trabajar sobre una métrica de cinco y que una parte se produce con los ojos cerrados, ¿qué quisieron propiciar de esa manera?

-CB.: Básicamente es experimentar otros sistemas de orientación. -FV.: Trabajar desde lo sensitivo, lo sensorial. -CB.: Todo el espectáculo se basa en la experiencia misma, en estar en ese momento, queremos compartir eso con el público, el leitmotiv de la obra es esa idea de cuerpo único, de estar juntos. Retomamos conceptos de aikido, del contact, que también trabaja ese lenguaje.

-¿Qué otras herramientas técnicas les sirvieron para crear esta obra en particular teniendo en cuenta que seguramente por los procesos a los que han arribado ésta será una creación escénica planteada desde el soma, desde una concepción integral de cuerpo?

-FV: Creo que cada integrante es una herramienta en esta obra y es el aporte desde la madurez en el momento en que estamos como creadoras que vierte su herramienta a este proceso. La obra tiene momentos de improvisación importantes y momentos donde el material está más fijo, pero todo está siendo volcado desde la herramienta que es cada una. Es una obra que apunta más a lo interpretativo que a la composición escénica. -CB: Creo que la herramienta fundamental es cómo estar en el presente en cada minuto, los momentos que más avanzamos y más construimos fueron cuando hubo mayor escucha y estuvimos en el presente juntas. -VS.: Las herramientas de la improvisación con todas las técnicas que cada una trae. -FV: El lenguaje y la asimilación de información que cada una tiene que es bastante rico y bastante en cada una por la cantidad de vida, no porque seamos nada especial. Es un trabajo que alude a cuerpos más sutiles de movimiento que a la espectacularidad o la destreza, también incluso a nivel de la composición, como que no tiene una gran destreza a nivel de lo que está compuesto, es simple en cierta manera lo que se muestra.

-¿Habrá más Contradanza después de este estreno?

-FV: En lo personal siento que viene una época humana de mucha apertura y que cada evento de encuentro humano es en el presente y de acuerdo a lo que cada una está viviendo, entonces la libertad también es importante, eso lo determinará el corazón, los deseos y también un poco los resultados ante los públicos de este encuentro, de este conglomerado de personas. No tenemos idea de qué nos puede pasar, pero estamos siempre abiertas a lo que sea, es un grupo de gente muy lindo, en lo personal, claro que quiero reencontrarme toda la vida con todas, pero no sé si como en el pasado, que había una forma que teníamos que sostener. Esa forma se acabó. Es Contradanza en el sentido de que es en este momento, en el presente, esto que le damos un nombre que ni siquiera sabemos hoy por hoy qué es, porque todo se transformó tanto en nosotros que Contradanza es una abstracción, no tenemos idea qué significa. -FM: Si bien vuelve Contradanza porque es la configuración de personas que estuvo en los últimos tiempos más permanentemente, más Mariana Di Paula, no fue que nosotras no nos vimos nunca más. Seguimos en contacto todos estos años.

-¿Cuál consideran que es el aporte personal de cada una a este espectáculo?

-FV: Cada uno se ha brindado a este trabajo, con la limitación de tiempo con la que trabajamos. A mí, el hecho de haber aceptado visiones tan ricas que vienen del cuerpo de las otras cuatro y de los músicos me hizo reformular cosas como creadora. Necesitaría digerir un poco para evaluar específicamente lo que aportó cada una, tengo la sensación de aporte de riqueza y de mucha rapidez en resolver situaciones creativas gracias a la madurez de cada una. Una cosa que se fue dando cada vez más fue el deseo de ver a las otras colegas en lo mejor, el deseo de cada una de ayudar. Esa forma de ayudar a potenciar al otro es algo que ha estado muy bueno.