Crédito puente

El Consejo Suramericano de Economía y Finanzas, integrado por las secretarías de Estado del ramo y bancos centrales de la Unasur, integró formalmente como apoyo técnico a la Comisión Económica para América Latina (Cepal) de Naciones Unidas, según anunció mediante un comunicado emitido tras su reunión del viernes en Buenos Aires, donde el organismo adoptó una serie de decisiones sobre varios puntos de relevancia actual, como la inminente entrada en vigor del Convenio Constitutivo del Banco del Sur.

El 31 de octubre tuvo lugar en Bogotá, Colombia, la reunión ordinaria del directorio del FLAR, integrado por los gobernadores de los bancos centrales de los Estados que lo integran: Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela. En representación del Banco Central del Uruguay (BCU) concurrió su gerente de Política Económica y Mercados, Alberto Graña, quien explicó a la diaria que el FLAR “es un organismo multilateral que procura, mediante la cooperación entre sus miembros, afrontar los problemas derivados de los desequilibrios en el sector externo de sus economías y facilitar el proceso de integración regional”.

El funcionario detalló que entre los objetivos fundacionales del organismo se cuentan: ser parte del blindaje financiero o protección preventiva de sus integrantes frente a problemas de balanza de pagos; crear un seguro compartido contra crisis de cuenta corriente y cuenta de capitales; estimular la introducción de líneas contingentes para limitar la susceptibilidad de los mercados emergentes a crisis financieras; y mejorar el manejo de las reservas internacionales. También destacó que el FLAR tiene “un mayor conocimiento de la situación económica y política de los países miembros”, así como “cuenta con un mayor grado de confianza y cooperación” a su interior. Asimismo, la entidad “fortalece la reputación y el compromiso moral ya que lo integran los dueños de la institución”, quienes “complementan la capacidad de asistencia de otros organismos multilaterales” en el marco de acción de una institución que por su naturaleza es “muy especializada”.

En materia de certificaciones internacionales de calidad patrimonial y operativa, el FLAR tiene asignada “la calificación crediticia más alta en Latinoamérica”, ya que la agencia Standard and Poor’s (S&P) elevó en 2008 su nota de largo plazo hasta "A+" desde un nivel previo de AA, y la conserva desde entonces. En la misma línea, la agencia competidora Moody’s le mantiene desde 2002 la nota de largo plazo Aa2 (equivalente al AA de S&P). Graña subrayó que “ambas calificadoras asignaron una perspectiva estable a la calificación” de riesgo del organismo.

Uruguay ha efectivizado dos aportes de capital al FLAR: uno por 125 millones de dólares realizado en junio de 2008, y otro por 102.500.000 dólares concretado el 12 de octubre. El ejecutivo del BCU explicó que, añadiendo la distribución de utilidades que fueron capitalizadas (unos 6,9 millones de dólares), la participación total de Uruguay ha sumado 234.400.000 dólares, algo así como el 10% del total de recursos del FLAR.

Metas del año

En la reunión de Bogotá los representantes nacionales discutieron en torno a la agenda estratégica que desarrollará la institución durante 2012 para lograr consolidarse y fortalecerse como mecanismo de estabilidad financiera regional, y adaptar su funcionamiento a las actuales circunstancias económicas globales y regionales. Acerca del punto, se encomendó la realización de estudios técnicos para definir los siguientes ítems: nivel y estructura de capital adecuados; sistema de votación; modificación de líneas de crédito y agilización de trámites de aprobación; esquema de swaps (intercambio de divisas) de monedas bilaterales y/o multilaterales; relaciones técnicas y financieras con organismos multilaterales, globales y regionales dentro de una red de seguridad financiera, y determinación de los nuevos servicios que serán ofrecidos por la institución. Graña detalló que, además de los representantes y técnicos de los países miembros del FLAR, la reunión ordinaria contó con la participación de comitivas de otros bancos centrales latinoamericanos, del Banco Central Europeo, de calificadoras de riesgo soberano, del Fondo Monetario Internacional y la Corporación Andina de Fomento.

Finalizado el cónclave, la presidenta del FLAR, Ana María Carrasquilla, interpretó por qué la entidad cobra relevancia en estos momentos: “Porque somos una organización que está en posición de desembolsar créditos de liquidez y contingencia a los bancos centrales de países miembros en condiciones preferentes”. Consultado respecto de si el BCU necesita algún tipo de cobertura ante la crisis financiera actual, Graña prefirió no emitir comentarios. El jerarca también explicó el motivo por el cual los dos países con economías más grandes de Sudamérica, Argentina y Brasil, no forman parte del FLAR: “En sus orígenes (era) un fondo compuesto sólo por países andinos, que luego incorporó a Uruguay y Costa Rica, y ahora pretende ampliarse aún más”. Con el objetivo de lograrlo está realizando “visitas” a países como Brasil, Chile, Paraguay, Argentina, Surinam y Guyana, presentando en cada uno “los beneficios de la institución como mecanismo de inversión y financiamiento de la balanza de pagos de las economías de América Latina”, según detalla el comunicado difundido luego de la reunión.

Graña afirmó al respecto que el organismo orienta su accionar de corto plazo a “ampliar la membresía y constituirse en un fondo latinoamericano de reservas con más países miembros”. Afirmó que ello le aportará “mayor capacidad de respuesta ante situaciones de problemas en las balanzas de pagos de los países miembros que lo requieran”.