La historia de The Beach Boys es una de las favoritas de los interesados en la cultura rock, tanto por cuestionables motivos morbosos como por legítimos reconocimientos musicales. Menospreciada durante algún tiempo como una banda complaciente y pro establishment (lo cual en cierta forma era, si se toman en cuenta las conservadores políticas personales de algunos de sus integrantes), The Beach Boys fue también la única banda a la que The Beatles llegó a considerar una competencia seria (los muchachos de Liverpool siempre consideraron a los Rolling Stones, percibidos generalmente como su auténtica competencia, apenas unos seguidores aventajados), y algunos de sus discos de los años 60 están inscriptos de forma indeleble entre lo mejor de la música pop del siglo XX.

Formada en 1961 en Hawthorne, California, The Beach Boys era esencialmente una banda familiar compuesta por los tres hermanos Wilson (Brian, Carl y Dennis), su primo Mike Love y un amigo de secundaria, Al Jardine, manejada en forma dictatorial por el padre de los primeros, Murry Wilson, un músico frustrado que decidió vivir sus sueños de éxito a través de sus hijos. En un principio una formación pop sin mayores atributos que las excelentes armonías vocales de sus integrantes, The Beach Boys -supuesta banda emblemática de los surfistas, aunque tan sólo uno de sus integrantes, Dennis, tuviera una remota idea de lo que era una tabla de surf- contaba con el asombroso talento compositivo del mayor -y más tímido- de los hermanos Wilson, Brian, que ya en forma temprana comenzó a privilegiar su trabajo como compositor -posiblemente por la incomodidad que sentía en el escenario- y a desarrollarlo más allá de las canciones de doo-wop y rock primitivo en las que se inspiraban originalmente.

Ya en 1965 el crecimiento compositivo de Brian Wilson, evidente en canciones como "I Get Around" o "Help Me, Rhonda" era evidente, así como su general ausencia en los escenarios (donde había sido reemplazado por Bruce Johnston), y aunque la generación hippie era un poco reacia a aceptar como suya una banda cuyos integrantes se solía poner como ejemplo de chicos sanos, la calidad de las canciones era más que evidente y con la edición del ahora legendario Pet Sounds (1966) The Beach Boys se ganó el reconocimiento de buena parte de su generación de compositores, incluyendo a Paul McCartney, Pete Townshend, Eric Clapton, Elton John, Bob Dylan, John Cale y Roger Waters.

Un disco revolucionario en términos de producción, Pet Sounds significó un cambio cualitativo en todo lo que se consideraba posible dentro de un estudio de grabación (fue, según George Martin, la principal influencia del Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band) y significó un mojón en la carrera de la banda que esta nunca llegaría a superar. Brian Wilson, cada vez más alienado en su vida personal y sufriendo a causa del exceso de drogas psicodélicas, se obsesionó completamente con la idea de componer un disco que superara ampliamente a Pet Sounds y se encerró durante 1966 y 1967 para trabajar en lo que sería su obra magna, el misterioso Smile (compuesto junto con el poeta y compositor Van Dyke Parks), un proyecto que colapsaría y quedaría inconcluso durante décadas -aunque algunas de las canciones emergerían gradualmente a lo largo de los años y las sesiones fueran pirateadas en forma incansable-, para convirtirse en el disco no editado más famoso de la historia.

Años nublados

La frágil estabilidad mental de Brian Wilson no soportó el colapso de Smile. Mientras trabajaba en el disco sufrió una crisis nerviosa cuyas consecuencias sufriría durante décadas. Aunque seguiría colaborando en el trabajo de composición con la banda, la dirección artística pasó a ser un territorio en disputa entre Carl Wilson y Mike Love. La popularidad de la banda no había sufrido e incluso creció, pero las ambiciones experimentales de Brian Wilson fueron siendo abandonadas y para mediados de los años 70 los shows estaban compuestos casi por completo por temas anteriores a 1966 y pertenecientes a la etapa más comercial y simple de la carrera del grupo.

Algunas aristas de la interna de la banda se habían vuelto decididamente oscuras, como la relación del bon vivant Dennis Wilson con el gurú homicida Charles Manson (quien llegó a vivir en su casa y de quien los Beach Boys llegaron, por influencia de Dennis, a grabar una de sus canciones, titulada "Never Learn not to Love") o la explícita simpatía y amistad de Mike Love con figuras de la derecha estadounidense, como Ronald Reagan o George W Bush. Mientras tanto, Brian Wilson entraba y salía de períodos más o menos extensos de alienación, que hicieron que se lo considerara una más de las bajas psíquicas del rock, al estilo de Syd Barrett o Skip Spence. Pero en 1982 comenzó a tratarse con el controvertido terapeuta Eugene Landy, quien lo aisló de su entorno familiar y afectivo, pero (posiblemente) haya sido también responsable de su gradual retorno a la realidad.

En 1984 la banda sufrió un gran golpe con el fallecimiento de Dennis Wilson, quien, al igual que Brian, se mantenía más bien al margen de los aconteceres de la banda a causa de sus múltiples excesos con sustancias. El único auténtico surfista de los chicos de la playa se ahogó accidentalmente, intentando recuperar una serie de objetos personales que había arrojado al agua desde un bote, durante un arranque de furia. A mediados de los años 90, un Brian Wilson considerablemente repuesto volvió a la escena musical con canciones nuevas y fue reconocido por nuevas generaciones como el centro creativo y espiritual de los Beach Boys; sin embargo, no volvió a la banda ni a colaborar como compositor, algo que tal vez esta no necesitara, ya que estaba gozando de un inesperado éxito mundial gracias a la composición "Kokomo". Brian se dedicó entonces a editar discos, generalmente muy apreciados por la crítica, como solista.

En 1998 Carl Wilson murió de cáncer, dejando a una The Beach Boys compuesta esencialmente por Mike Love y Bruce Johnston (formación que visitó el hotel Conrad de Punta del Este) y con Brian Wilson, Al Jardine y David Marks (que sustituyó a Jardine durante algún tiempo en los años 60, haciéndose reemplazo y colaborador habitual del grupo) como integrantes ocasionales, sobre todo en fechas muy puntuales de celebración.

50 años no es nada

En 2010, al acercarse el medio siglo de existencia de la banda, algunos rumores comenzaron a circular en la prensa sobre la posibilidad de una reunión de todos los integrantes sobrevivientes, incluyendo al esquivo Brian Wilson, para celebrarlo. Sin embargo, los rumores fueron desmentidos por Mike Love, quien aclaró que no había planes al respecto. Una serie de juicios referidos a la utilización del nombre del grupo, así como a la autoría de algunas canciones y a la tardía edición de las sesiones de Smile, habían abierto algunas heridas más bien profundas entre los dos primos, y la posibilidad de una conciliación parecía improbable.

No obstante, a mediados de este año Wilson y Love se juntaron para grabar una nueva versión de su hit “Do it Again”, con los subsiguientes elogios de Love hacia la al parecer bastante intacta voz del casi septuagenario Wilson. Casi simultáneamente, Al Jardine confirmó que se estaría planeando una gira de celebración del 50º aniversario de la banda, que incluiría a todos los integrantes supervivientes. Pero en setiembre de este año fue Brian el que echó un balde de agua fría a la expectativa, explicando que aunque habían conversado al respecto, él no tenía intenciones de salir de gira con su ex banda durante 2012 y que prefería concentrarse en sus proyectos como solista.

De cualquier forma, las declaraciones parecen haber estado relacionadas con alguna negociación difícil, y el viernes 16 Mike Love avisó desde su página web que, a pesar de lo que había dicho Brian Wilson, la reunión se llevaría a cabo, con la totalidad de los integrantes históricos del grupo (Love, Wilson, Johnston, Jardine y Marks), y que comenzaría el 12 de febrero con una actuación en la entrega de los premios Grammy, para luego continuar con 50 fechas más y, aparentemente, con la grabación de un disco con nuevo material. “La música ha sido el motivo de unión y armonía en la vida de nuestra familia desde nuestra infancia. Ha sido una enorme bendición que pudimos compartir con el mundo. ¿No sería bueno volver a hacerlo? ¡Por supuesto!”, dijo Love en su comunicado.

Se desconoce si la gira orbitará en la concepción más bien conservadora de Love o en la más excéntrica de Wilson; en todo caso, está claro que se va a poder escuchar algunas de las canciones más hermosas (“Don't Worry Baby”, “God Only Knows”, “In My Room”, “Surf's Up”; la lista es enorme y deslumbrante) que se hayan compuesto en los últimos 50 o 100 años. La mejor noticia que un melómano puede esperar para este verano.