La Unión de Exportadores presentó su Informe de coyuntura económica y perspectivas para Uruguay y el mundo, a cargo de la economista María Laura Rodríguez, quien señaló que el “principal foco de incertidumbre y volatilidad en el mundo” pasa por la resolución de la crisis europea. Recordó que para atacarla se recurrió a rescates, recortes de gasto, cambios de autoridades, mayor liquidez a bancos y reuniones cumbre, pero "ninguna de estas medidas ha logrado recuperar la confianza de los inversores". Sobre la cumbre de la Unión Europea (UE) de la semana pasada, dijo que "dio tranquilidad, pero sólo momentánea”, ya que los mercados desconfían de la eficacia del acuerdo para resolver los problemas.

Se concertó una disciplina fiscal con sanciones para los países que no cumplan con la meta de 3% de déficit y la creación de un “Mecanismo de Estabilidad Financiera que empieza en junio de 2012 con 500.000 millones de euros”. Además, se dará continuidad al Fondo de Estabilización hasta junio de 2013. Sin embargo, apuntó, “no es mucho dinero”, por lo que ello no impediría que España o Italia caigan en default. En cuanto al "veto británico" al nuevo tratado, valoró Rodríguez, “generó más desconfianza e incertidumbre a nivel internacional” porque no se sabe qué ocurrirá con la UE. Además, reiteró que el acuerdo “no soluciona los problemas de fondo”: reducir la deuda y el déficit, saber quién financiará a los países con problemas, recuperar la actividad y resolver las dificultades de competitividad y productividad entre los países miembros.

Multiple choice

Para la experta, la UE tiene tres “posibles caminos”. “El mejor, pero poco probable”, es que consolide una unión fiscal, emita eurobonos y que el Banco Central Europeo recompre deuda. Ello le permitiría ingresar en “una senda de crecimiento lento pero de recuperación”. “Ése sería el mejor de los mundos, pero estamos bastante lejos porque el jueves y el viernes no llegamos a nada ni parecido”, puntualizó. Un escenario “intermedio” es el actual, con cumplimiento de las medidas acordadas pero sin superar los problemas de deuda y crecimiento. Así, los mercados apenas darán una tregua pero mantendrán los rasgos de volatilidad e incertidumbre. El tercer escenario, “el peor de los casos”, se verificaría con “un default desordenado, con uno o más países que abandonan el euro”, lo que provocaría “más volatilidad e incertidumbre” a nivel global ya que ese camino “no está previsto en los tratados de la Unión Europea". “Era un casamiento sin posibilidad de divorcio”, graficó. En ese caso la región entraría en recesión, seguramente arrastrando a los países vinculados como Rusia, los de Europa del Este, Estados Unidos y quizá China. Además bajarían los precios de los commodities por una menor demanda, el dólar se revalorizaría porque continuará siendo un refugio de los inversionistas, y provocará la salida de capitales desde países emergentes. Explicó que Europa es un motor importante de la economía mundial, y “si ese motor se rompe va a ser difícil que el mundo siga andando de forma normal”.

Ritmo, diga usted

En cuanto al conjunto de la economía mundial, dijo que todas las previsiones se revisaron a la baja en los últimos meses y que se mantiene un crecimiento económico a dos ritmos: de un lado, los emergentes, que tendrán menor crecimiento pero seguirán dinámicos; del otro, los desarrollados, con una expansión baja. En este contexto resaltó el fuerte crecimiento del comercio sur-sur, que “superará en 2017 el comercio norte-norte”, lo cual “es importante de tener en cuenta en las relaciones comerciales de nuestros países”. En materia de precios citó datos del centro de investigaciones del semanario británico The Economist, que proyecta leves caídas para soja, arroz, maíz y trigo, pero se recuperarían a partir de 2013. Ello implica que “la demanda va a sostener los precios”, lo cual representa “una buena noticia para países como Uruguay”. En cuanto a la inflación, la variable “quedó en un segundo plano frente a la desaceleración mundial”. De ahí que las tasas de interés de los países desarrollados, que están en niveles "sumamente bajos", comenzarían a subir "recién a partir de 2013".

A nivel regional, Brasil decidió imprimir "un cambio en su rumbo de política económica" ante la peor coyuntura internacional y recortó su tasa de interés, lo que produjo una apreciación del dólar. Asimismo, redujo impuestos, otorgó mayor liquidez a los bancos y comenzó a implementar el plan industrial Brasil Maior, que trae consigo medidas proteccionistas. De su parte, Argentina tiene "dos problemas graves": la inflación, que alcanza el 25% según las mediciones privadas, y la fuerte salida de capitales "producto de políticas que no han sido amigables con el mercado". "Como el gobierno no tiene tiempo de generar confianza, lo que hace es poner un dique y dice: 'acá dólares no salen'”, encareciendo así las cotizaciones "oficial" y del "mercado negro". Recordó que Argentina también está aplicando un plan de desarrollo industrial a 2020 cuya formulación "dice explícitamente que es de 'sustitución de importaciones'”.

"Ahí estamos nosotros, en medio de dos gigantes que aplican medidas proteccionistas", lamentó.

Mute

Justamente sobre Uruguay, la economista destacó que "los números lucen bien": "el PIB viene creciendo desde 2003", este año "las expectativas son de 5,7%” de expansión y para 2012 de 4,1%, en línea con el crecimiento de largo plazo del país. En lo concerniente a exportaciones, resaltó que vienen creciendo desde 2002 de forma "prácticamente ininterrumpida" (cayeron levemente en 2009 por la crisis), y Uruguay marcará este año "un nuevo récord con aproximadamente 8.000 millones de dólares" reportados por colocaciones.

Además, resaltó la mayor diversificación de los destinos de ventas, que "permite seguir pensando en crecimiento en los próximos años", pero siempre y cuando China, Rusia, Brasil y Argentina "sigan creciendo".

Destacó que, medidas en dólares, las exportaciones siguen creciendo, aunque en volumen físico "hay otro panorama" y algunos productos como soja, cereales y carne exhiben retrocesos durante enero-noviembre de este año respecto de igual período de 2010. "Tuvimos menos exportación en volumen pero mayores precios que permitieron el crecimiento" en valor, recordó. "Esto es una señal de preocupación", interpretó. Sobre el tipo de cambio comentó que "se vino deteriorando hasta llegar a los niveles que teníamos en 2002", y pese a que actualmente el dólar registró una apreciación, ésta fue menor a la verificada en Brasil.

Detalló que en Uruguay el precio del billete verde cayó 1,18% en lo que va del año, mientras que en Argentina se apreció 7,62% y en Brasil 8,72%. "Eso representa pérdida de competitividad", subrayó.

Cuaderno de quejas

Rodríguez lamentó que la “inflación permanece por encima del rango meta y no parece ceder”, lo que “implica una falta de credibilidad en el Banco Central” (BCU). Recordó que el 28 de diciembre se reúne el Comité de Política Monetaria para definir la tasa de interés con la disyuntiva entre subirla para combatir la inflación y bajarla para mejorar la competitividad. “Seguramente no haga nada y sigamos como hasta ahora, perdiendo competitividad”, pronosticó.

También se refirió a un estudio del BCU donde se analiza la rentabilidad de las empresas exportadoras. “Concluye que no está mal, que no tenemos de qué quejarnos”. Sin embargo, distinguió entre las compañías neta y moderadamente exportadoras, señalando que “hay diferencias importantes”. En las primeras, vendedoras de commodities, la rentabilidad ha mejorado, pero en las segundas, principalmente firmas industriales, ha caído. Ante el posible agravamiento de la crisis, ponderó que el gobierno “se está blindando” con activos de reserva y créditos contingentes de organismos internacionales, y organizando canjes de títulos para desdolarizar el pasivo y reperfilar los vencimientos.

Asimismo, celebró, el gobierno “sigue peleando por obtener el grado de inversor”. “Es bastante injusto que no lo tengamos en comparación con algunos países europeos” que muestran altísimos déficit y deuda, sostuvo Rodríguez, explicando que ello “es importante en caso de un empeoramiento de la coyuntura internacional”. No obstante, mencionó algunos elementos negativos, como que “la deuda sigue siendo alta” y el déficit es de 1,5% del PIB “en momentos de bonanza”. Luego criticó los elevados gastos fijos -rígidos a la baja- tanto en el sector público como en el privado. Después evaluó que, para las empresas, el escenario es de “costos al alza” por inflación, salarios y tarifas, que se convertirán “en un problema si cambia el contexto internacional” y caen la demanda externa y los precios internacionales.