El certamen estuvo dirigido a “estudiantes y profesionales de diseño, artesanas y artesanos de todo el territorio nacional, así como al público en general, convocándolos a realizar juguetes que promovieran la reflexión sobre cómo los juguetes definen identidades y relaciones de género”, se explica desde el Departamento de Industrias Creativas de la Dirección Nacional de Cultura del MEC.

La infancia es un campo riquísimo y oportuno para trabajar en derribar estereotipos como los que dicen que sólo las niñas pueden jugar con muñecas, que no pueden jugar al fútbol, o la asociación rígida que vincula sólo a los varones con los juguetes mecánicos y a las pequeñas con las tareas domésticas (cuidado de los bebés y juegos de cocina).

Variadito

Se presentaron 30 trabajos, 15 de los cuales recibieron reconocimientos en tres categorías: hubo 11 seleccionados, tres menciones honoríficas y el primer premio. Todos cumplían con la condición de ser unisex; la referencia inmediata al género en algunos estaba dada por la variedad de colores, por combinar la figura masculina y femenina, por ser asexuados, o por ejemplo, podía apreciarse un títere varón de camisa y corbata con un delantal encima para realizar las tareas de la casa al llegar de trabajar. Entre otros juguetes, había un puzzle, una especie de tangram, piezas de madera en L para construir, y un teatro de sombras con personajes, escenarios e historias para armar.

El primer premio lo obtuvo Alejandro Salvo, estudiante de 22 años de la Escuela Universitaria Centro de Diseño de la Universidad de la República. Su invención se llama Mymba, que en guaraní significa animal, y consta de un carpincho, una mulita, una nutria y un jabalí compuestos a partir de quince piezas de madera “que pueden combinarse entre sí siguiendo las posiciones indicadas por el fabricante o dejando libre la creatividad de los/las jugadores/as generando nuevos animales”. En diálogo con la diaria explicó que realizó el prototipo a partir “de desechos, con recortes pequeños de madera que se prensan y se cortan”; comentó que concebirlo le insumió un par de meses y la construcción del prototipo, una semana. Salvo detalló que el premio son “4.000 dólares para hacer cien unidades que se van a repartir gratuitamente en el interior y en Montrevideo”. El premio fue financiado por el Sistema de las Naciones Unidas.

Por su parte, Hugo Achugar, director Nacional de Cultura del MEC, dijo a la diaria que aún se están estableciendo los criterios mediante los que se distribuirán, pero que probablemente vayan a los centros MEC, y agregó que “quizá cien no alcancen y le pediremos más”.

Se hará una muestra itinerante con los 15 juguetes seleccionados, que recorrerá varias ciudades: Melo (del 14 al 21 de marzo), Tacuarembó (22/3 al 4/4), Bella Unión (5 al 14 de mayo), Salto (15/4 al 2/5), Young (3 al 17 de mayo), Colonia (18 al 30 de mayo), Montevideo (31/5 al 13/6) y Santa Lucía (del 14 al 27 de junio).

Esa recorrida fue lo que resaltó Irene Rodríguez, asesora técnica de ONU Mujeres en Uruguay, como ingrediente peculiar en nuestro país, quien dijo a la diaria que “el Instituto de las Mujeres de España ha promovido concursos de diversas facetas, de juguetes, libros y documentales no sexistas, en casi todas las artes audiovisuales y plásticas” y que la de Uruguay tiene el valor de alcanzar al país entero, porque en otros ha quedado concentrado sólo en la capital.

El mercado determina

La asesora técnica de ONU Mujeres en Uruguay es española. Consultada sobre la realidad de su país respecto a la temática respondió: “En España desde los años 80 hay activistas que estaban en la academia, como María Subirats, situando los conceptos de la coeducación. Hace tres décadas que están, y hay un control bastante riguroso de los juegos que se producen en España, el problema es que entran a competir otros juegos que se hacen en Corea o en China y no tienen un control. Sí existe un control, sobre todo del proceso del lenguaje no sexista, pero a los juegos yo creo que España no ha logrado tampoco poder afianzar una propuesta permanente no sexista por el ingreso de juguetes importados”.

La publicidad es un factor clave para avanzar, puesto que tiene un alcance masivo, infinitamente mayor al que pueden tener estas iniciativas. Respecto a los avisos de juguetes, Rodríguez reconoció que prácticamente no hay una regulación “porque ahí marca la pauta el anunciante, que es el proveedor de juguetes. Lo que se intenta cada vez más es que cuando se anuncian las muñecas, por ejemplo, se muestre a un grupo de niños y niñas jugando; en eso sí que se ha logrado permear más aquel modelo. No sólo la niña es la que juega, [sino que] ya se ve al niño, pero sigue habiendo un sesgo sexista”.

Consultado al respecto, Achugar explicó que “el tema de la regulación de la publicidad es algo que debería ser considerado en algún momento, si bien lo hemos pensado, no está siendo tratado”.