La de anoche en el hotel Radisson fue una conferencia de prensa breve: el Nobel de Literatura tenía poco tiempo antes de partir a la Universidad Católica, donde pronunció una conferencia sobre “Cultura y poder”. Sin embargo, alcanzó para que hablara sobre el avance del entretenimiento y el espectáculo sobre la cultura, sobre su relación con el cine, sobre el paradójico aumento del público lector y la disminución en importancia de la literatura. El escritor peruano también se refirió a Nelson Mandela en tanto líder que supo cambiar de rumbo, y explicó por qué jamás votaría a Keiko Fujimori, que competirá por la presidencia de su país.

“Me gustaría hablar para todos los públicos, pero no sé a quién llegan las cosas que escribo o puedo decir”, dijo Vargas Llosa ante la preguna de la diaria acerca de si se consideraba encerrado en debates con la generación de los 60. “Tengo una gran perplejidad sobre este tema, no sé, que tiene que ver con lo que significa la literatura en nuestro tiempo. Para mí es una incógnita a quién llega la literatura, sobre quién influye más y de qué manera el mundo ha cambiado muchísimo. Mi generación ha visto una transformación extraordinaria en la vida cotidiana, en las relaciones humanas. Eso ha influenciado a la literatura en general. Pero creo que aunque hoy hay más lectores que en el pasado, estadísticamente, probablmente la literatura ocupe un lugar menos importante para quines se interesan hoy por ella; en el pasado ocupaba la mayor parte de su tiempo, mientra hoy compite con otras actividades y formas de entretenimiento, de diversión, en general más superficiales, aunque a veces hay excepciones. Sin dudas, la literatura ejerce una influencia en las conductas, pero de qué forma, si pasajera o efímera, no me atrevería a decirlo.”

Vargas dijo que un trinfo de Keiko Fujimori en la segunda vuelta de las presidenciales peruanes implicaría que “los criminales salgan del calabozo para gobernar de nuevo”, al tiempo que expresó su esperanza de que el discurso moderado de Ollanta Humala se traduzca en alianzas que lo alejen definitivamente de las políticas de Hugo Chávez y lo acerquen a las de Lula.