El BID sostiene que los países latinoamericanos deben mejorar las aptitudes de su población y su infraestructura física así como sus instituciones y regulaciones, de forma de conseguir que las TIC tengan un impacto positivo en la expansión económica.

El informe analiza cómo han incidido las TIC en el éxito de 46 proyectos de desarrollo de América Latina y el Caribe, en cinco áreas: finanzas, salud, instituciones, educación y medioambiente. Así concluye que en 39% de los proyectos se obtuvo beneficios considerables mediante la adopción de nuevas tecnologías, pero en el 61% restante sólo se beneficiaron parcial o mínimamente. Según el BID, ello se debe a que, para que las TIC contribuyan al desarrollo, es necesario considerar otros factores igualmente importantes como el capital humano, el contexto institucional y los objetivos de las políticas de los gobiernos.

El organismo destaca que el informe se conoce en un momento “en que muchos gestores de políticas públicas de América Latina y el Caribe se proponen aumentar las inversiones en equipos y programas informáticos para ampliar el acceso a las TIC y acortar la brecha digital que separa a sus países de las naciones más desarrolladas”.

Sin embargo, recomienda a los gobiernos de la región concentrar sus esfuerzos “tanto en el uso de las TIC como en el acceso a estas tecnologías”. “Al diseñar políticas se debe considerar las realidades de cada país, tomando en cuenta las deficiencias, las potenciales ventajas y desventajas de adoptar una tecnología dada y los costos de oportunidad”, añade la entidad en un comunicado sobre el libro.

En la misma línea, advierte que en muchos casos la adquisición de las TIC más recientes no necesariamente generará los mejores resultados donde las poblaciones carecen de las habilidades básicas para utilizar esas tecnologías apropiadamente.

Por ese motivo, “invita a los países a invertir en infraestructura, regulaciones y capital humano para sacar provecho a un mayor acceso a las TIC” y recomienda “evaluar sistemáticamente el impacto de estas tecnologías en sus proyectos y llevar a mayor escala tales emprendimientos a fin de reducir los costos de inversión, especialmente cuando se contempla el desarrollo de programas cibernéticos específicos”.

¿Cómo se prende?

Al analizar las principales conclusiones por sector, se observa que en materia de finanzas las TIC pueden contribuir a “fomentar la inclusión financiera” en la región, aunque advierte que ésta actualmente está “a la zaga de los países más dinámicos en el aprovechamiento de estas tecnologías”.

Al respecto, destaca que las familias más pobres no pueden acceder a computadoras o a servicios de internet, que “persisten barreras regulatorias a los servicios bancarios móviles” y que las entidades financieras “han tenido dificultades para definir un modelo de negocios sostenible para pequeñas transacciones”.

En salud, la aplicación de tecnologías tiene “un gran potencial para mejorar la atención, la efectividad y los resultados de los servicios de salud”, pero su implementación a gran escala “sería demasiado costosa e ine-ficaz”. “Una de las prioridades es poner en práctica proyectos piloto basados en las TIC para tratar enfermedades crónicas”, ya que la telemedicina se aplicó “con relativo éxito” y “parece ser una intervención muy prometedora para reducir costos y mejorar la atención de pacientes en zonas remotas”. También se podrían implementar los “historiales médicos electrónicos”. Igualmente los gobiernos “deben combinar estas medidas con continuas reformas del sector salud para que cuente con suficientes recursos financieros y humanos y logre una adecuada cobertura”.

Por otro lado, el informe refiere al punto de vista medioambiental, señalando que “aún se desconocen las posibles ventajas que pueden generar las TIC”, por lo que “se necesitan más estudios, por ejemplo, para cuantificar los efectos de aumentar el uso de las TIC, el consumo de electricidad y los desechos electrónicos”.

En el ámbito institucional, las nuevas tecnologías pueden ser “sumamente útiles para mejorar la calidad de las instituciones”, y particularmente en América Latina hay indicios de que las TIC son instrumentos importantes para mejorar la eficiencia del sector público y también para que los ciudadanos puedan pedir rendiciones de cuentas a sus gobiernos.

Por último, en lo que refiere a educación, advierte que “aumentar el acceso a computadoras en las escuelas ha arrojado magros resultados en la región”, por lo que se requiere la utilización de otros insumos fundamentales como “los equipos y programas informáticos adecuados, electricidad, capacitación de docentes y respaldo técnico y pedagógico”.