Es una de las ciudades latinoamericanas que mayor crecimiento demográfico tuvo a finales del siglo pasado. De ser considerada ciudad balneario especialmente por los montevideanos, se convirtió en ciudad domitorio al absorber la migración interna de decenas de miles de personas provenientes de varios departamentos que se arrimaban a la capital para acceder a su mercado laboral. El aumento poblacional no fue acompañado de una planificación urbana, por lo que, cuando una ley le reconoció el estatus de ciudad en 1994, su estructura ya era insuficiente para las 120.000 personas que en ella residen.

Filtraciones al terreno, continuas inundaciones, pozos repletos de aguas residuales, contaminación superficial a consecuencia del agua estancada, son problemas que se repiten desde entonces, así como la recolección de líquidos residuales domésticos -barométricas vierten directamente los desechos en las saturadas Piletas de Pinar Norte-, el inadecuado sistema de evacuación de pluviales -a través de cunetas y otros canales naturales- y la mayor parte de sus calles y caminos sin asfaltar. la diaria dialogó con sus habitantes y con los encargados de llevar adelante el proyecto multimillonario que aproximaría a la Costa a su calidad de ciudad.

"En verano es muy lindo vivir acá pero en invierno los pozos más la inundación de las calles hacen imposible que uno transite", afirmó una vecina que vive en Lagomar norte, un relato que hace más de 20 años se repite por cualquiera de los demás barrios que la conforman. “Llegó un momento en que el crecimiento era inviable como urbanización, entonces desde la Intendencia de Canelones se priorizó hacer un Plan de Ordenamiento Territorial a través del Costaplan, que sería el plan que ordena al territorio”, resumió a la diaria Milton Machado, nuevo presidente de OSE desde mitad de junio, y desde entonces ex gerente general del Consorcio Canario -entidad de derecho privado con finalidad pública constituida por OSE y la IC-, encargado de ejecutoriar el proyecto que se divide en las zonas A B y C. Su culminación está prevista para dentro de diez años.

Todos tenemos un plan

Desde el nacimiento del Consorcio Canario hasta el comienzo de la obra en la zona A pasaron más de cuatro años. Para Machado, “el tiempo que demoró la obra en iniciar no es demasiado", ya que fueron necesarios, previamente, "innumerables estudios urbanísticos, técnicos (en cuanto a terreno, pendientes y profundidad del suelo) y ambientales”. Posteriormente se pasó a definir la financiación del proyecto, correspondiendo finalmente 30% a OSE (saneamiento) y 70% a la intendencia (pluviales y pavimento).

Machado explicó que OSE consiguió los rubros a través de un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y la intendencia los obtuvo de un fideicomiso con fondos provenientes de tributos departamentales y del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, administrado por el Banco República por intermedio de AFISA.

Después de diseñada la ingeniería se creó el Consorcio Canario, que licitó y adjudicó las obras que comenzaron hacia finales de 2010. “Hay que tener en cuenta que es un diseño entre dos instituciones del Estado que no tenía ningún antecedente en el país”, subrayó nuevamente al evaluar el tiempo transcurrido. La obra también posibilitará mejor gestión de las aguas residuales y con esto contribuir, entre otras cosas, a preservar los recursos hídricos y el ecosistema zonal en su conjunto.

Manos a la obra

Desde octubre del año pasado Techint, la empresa adjudicataria, trabaja con aproximadamente 100 obreros en la zona A que comprende un área de 431 hectáreas entre las calles Mar del Plata, al oeste; Real de Azúa y Bahía Blanca, al este; ruta Interbalnearia, al norte, Rambla Tomás Berreta al sur. En línea recta va desde el kilómetro 23,200 al 24,500 de ruta Interbalnearia, desde el 22 al 23,500 de avenida Giannattasio. “Se eligió esta zona [Solymar] porque es la más densamente poblada en toda la Ciudad de la Costa y además porque se debía escoger una zona baricéntrica”, ilustró Machado.

Dentro de ese perímetro estará la planta de tratamiento (ubicada en Camino de los Horneros y Camino de la Reducción, por la Ruta Interbalnearia), la estación de bombeo, que evacuará los efluentes provenientes de todas las cuencas hacia la planta de tratamiento, el emisario terrestre -que va desde la planta de tratamiento hasta el emisario subacuático, desde donde son vertidas al mar. Las obras implican el tendido de 64 kilómetros de redes de saneamiento, 56 de calles, 86 de cunetas y 5,3 de colectores pluviales. “Este sistema incluye una red que conecta a las casas domiciliarias, a través de la cual se envían las aguas residuales por gravedad hacia la rambla, donde hay un colector que las recibe", detalló la responsable de comunicación del Consorcio Canario, Carolina Pereira.

Además del saneamiento, el proyecto comprende pluviales y vialidad. El presidente de OSE añadió que “luego que se hayan instalado las tuberías y trabajado en las cunetas, esta obra se remata con la vialidad: carpeta asfáltica y distintos tipos de veredas. En áreas de menor tránsito quedarán solamente las cunetas, y en áreas comerciales se realizará cordón-cuneta”. En las calles principales se prevé la construcción de ciclovías.

Según indicó Pereira, en el transcurso de los trabajos será necesario "el corrimiento de algunos servicios públicos porque el proyecto prevé unas cunetas diferentes a las actuales y no puede ocurrir que una vez pavimentada la zona se rompan las calles por trabajos de UTE o ANTEL”. Al respecto, Machado destacó que “se están haciendo convenios y coordinando con los diferentes organismos públicos para hacer de forma adecuada esos corrimientos y así dejar las instalaciones de infraestructura de los servicios públicos correctamente para cuando se inicien los trabajos de vialidad”.

Va por barrios

Los vecinos consultados por la diaria coincidieron en que se está trabajando bien y que la obra va muy rápido. “Demoran tres o cuatro días, y además cuando destrozan una calle, por la noche ya está arreglada. Van por parte y la verdad no es tanta la molestia, son más los beneficios”, aseguró una vecina que vive por Camino de los Horneros (Solymar norte). “Esta obra es fabulosa. Hay alguna inconveniencia porque tenemos que agarrar por otras calles para hacer los mandados pero es para el bien de todo el barrio. Hay que esperar, pero está precioso todo lo que están haciendo”, expresó otra señora al tiempo que miraba las máquinas trabajar frente a su domicilio.

Pero mientras los moradores de la zona A se muestran contentos, en las zonas B y C (desde Shangrilá a Lagomar, y desde el borde de Solymar que limita con la zona A hasta Médanos de Solymar, respectivamente) hay varios que se muestran escépticos porque allí aún no hay ni miras de movimiento: “Necesitamos que esta obra sea rápida, lo estamos precisando ya porque se nos rompen los vehículos y hay días que es imposible salir de tu casa”, reclamó una vecina de San José de Carrasco. “Es buena idea empezar a hacer el saneamiento, pero habría que apurar un poco más porque en mi zona no se ve ningún avance”, contó una ciudadana que vive en Shangrilá. El presidente de OSE fundamentó la decisión de ir por etapas “sobre todo por un tema de financiamiento”. Y acotó: “Son obras millonarias, nosotros vamos a invertir en la zona A 85 millones de dólares y en las zonas B y C se van a manejar montos similares”.

Otra de las partes medulares que tiene este proyecto son las conexiones intradomiciliarias que tendrán que hacer los vecinos para conectarse a las redes de OSE. Machado adelantó: “La idea es que mientras se va construyendo la obra haya un acompañamiento simultáneo de las conexiones domiciliarias”. Además, garantizó que “la intención de OSE es generar las facilidades para que todos puedan conectarse. Por lo tanto, para los que no tengan las posibilidades económicas OSE, mediante subsidios o alguna financiación, hará posible la conexión. Nos interesa conseguir que el 99,9% de conexiones queden realizadas mientras la obra se está haciendo”. El jerarca estimó que sobre fines de este año algunas áreas ya tendrán la última fase, la de vialidad, completa, cuando la Ciudad de la Costa ya haya cumplido 17 años.