Aprovechando la oportunidad conversamos con su cantante y guitarrista Leo Carlini y el bajista Michel Fauci, sobre rock, bondis y otras cuestiones.

-¿Finalmente lograron salir del encasillamiento dentro del heavy metal?

-Leo: Somos una banda de rock uruguayo, con nuestros piques de folclore, milonga y tango. Tal vez el nombre nos condicionó un poco, pero tenemos canciones roqueras, algunas dentro del hard rock y otras más tranquilas. No lo hacemos a medida, espontáneamente nace la mezcla con el folclore. Fuimos criados como casi todo uruguayo, escuchando tango y folclore. -Michel: Puede chocarle a los puristas, a aquellos que les gusta lo clásico, a los conservadores, pero al final les termina gustando. Para aquel que le gusta sólo el folclore es demasiado que acepten los riff de guitarra, pero les pueden gustar las letras donde hay un mensaje.

-También tienen canciones folclóricas como “La Niña y el balero” que son netamente folclóricas; en este caso es un joropo.

-L: Si es folclore de punta a punta, un joropo como bien decís. Solo aparece una guitarra distorsionada por la mitad de la canción pero muy bajita. Lo que la une al rock es que está tocada con batería y golpeando fuerte, en un estilo bien roquero. Igualmente ninguno de nosotros fue a la universidad, es algo artesanal lo nuestro. No hay una fórmula, en mi caso cuando aprendí guitarra que un vecino veterano me pasó una milonga, ya de audaz me puse a hacer canciones sin saber nada. Es un ejercicio que venimos haciendo de hace ya rato y así le vas encontrando cositas.

-Lo artesanal marca la diferencia en este caso. ¿No hay cierta intención…?

-L: Somos así… por ejemplo en el DVD le dijimos al director, Diego Lozza, hacélo como te parezca mejor, como recién le dijimos al fotógrafo. Y no es que nos vamos a dejar hacer cualquier cosa, te das cuenta de la seriedad de la gente. Lo mismo cuando invitamos a alguien a tocar y nos pregunta cómo hacerlo: “vos tocá, si algo no nos gusta te lo decimos”. Los resultados se ven igual, en el caso del DVD el director se entusiasmó y llevó el trabajo más allá de lo que había que hacer. Creo que se sintió contento y supo ver la libertad que le dimos. La idea es toda de él, nosotros colaboramos. Si hubiera sido por la banda capaz que con el show de la Zitarrosa alcanzaba…

-La parte en la que van cantando “El Gallo azul” en el tren es buenísima...

-L: Sí, con Richard Colman del grupo Tacuaré. También la que fuimos a tocar para los niños de la escuela 336 del barrio Municipal, que nos regalaron una bandera firmada por los niños con el nombre de la banda, son cosas que nos marcaron y que fueron saliendo sobre la marcha. Para nosotros quedó espectacular, estamos muy contentos.

-En la milonga “Cantor de la calle” contás en primera persona una historia que no es común en el rock. La del momento en que decidiste dejar de ser mozo de bar para cantar en los ómnibus. ¿Cómo fue?

-L: Yo trabajaba como mozo de calle y salón en el bar Mercantil, de las calles Paraguay y Mercedes. Diez horas por día. Siempre veía a un tipo en la parada que subía a los ómnibus a tocar. Nos saludábamos y un día le pregunté: ¿cómo es esto de los bondis? ¿Se hace un mango? Y él me dice, “sí, mirá -señalando el morral- ya tengo como cuatrocientos pesos”. ¡Hace catorce años de esto! Pero yo no sabía tocar más que mis canciones, nunca me había puesto a sacar temas, entonces empecé a pensar qué canción hacer. Esto me hizo meterme más con el folclore, así que preparé “Adiós mi barrio”. Por esa época vivía solo en un hotel de Pajas Blancas, allí me pasé como dos días frente al espejo ensayando la canción. De ahí temblando me fui a la parada y no me animé, fui al bar, me pedí una grappa, fui a la parada y volví al bar, hasta que subí al ómnibus y canté. Pero me temblaban las piernas, estaba muy nervioso, la cuestión es que al cabo de veinte minutos y tres ómnibus ya tenía ochenta pesos. Al otro día ya no volví al bar. Hasta el día de hoy; ahora salgo menos porque tengo algunos alumnos de guitarra en mi casa y me revuelvo con eso.

-Me quedé pensando en la típica pregunta de si en Uruguay se puede vivir de la música. Sos un ejemplo no convencional

-L: Es medio raro pero es verdad. Muchas veces no es aceptado por el statu quo, está mal visto o no se ve como un laburo. Yo cuando arranqué tenía resistencia hasta de mis familiares, que decían “Ay, cómo vas a hacer eso”. Después lo aceptan porque ven que uno encara, tiene su familia y trata de hacer bien las cosas.

-¿Cómo conviven en vos, un día estar tocando por una moneda en un ómnibus y otro día de repente frente a una Sala Zitarrosa llena?

-L: Si me das a elegir me quedo con la Zitarrosa, porque en el ómnibus, más allá de que me encanta, después de catorce años comprenderás que me saqué las ganas, lo hago como un trabajo. Es una necesidad, está bárbaro el ómnibus pero desgasta. Son todos los días, no es como con la banda y hay que poner ganas, no es un trabajo mecánico. Tenés que estar bien para darle energía a la gente y ganarte la moneda. Sería muy bonito poder vivir de Pecho e' Fierro, pero estamos muy lejos de eso. La verdad es que todo empezó siendo por amor al arte, pero sucede que con el paso del tiempo y al tener familia el tiempo libre vale más… toda esta movida de estos días previos al show de la Zitarrosa nos ha costado un montón de sacrificio, de tiempo de trabajo, por ir a hacer entrevistas, de las que por supuesto estamos súper agradecidos. No nos podemos quejar de lo que queremos, pero también tenemos que dejar de laburar para hacerlas. La otra vez un amigo me dice, “¿y si no llegás?” Para mí ya llegamos hace rato, “llegar” es hacer lo que nos gusta y lo venimos haciendo hace catorce años… otra cosa muy distinta es poder vivir de esto. Estaríamos locos de la vida, sobre todo para no estar cansados y tener más tiempo, porque lo que amamos es hacer música. El día que más disfruto es el del ensayo, ni hablemos de los shows.

-¿Cómo los ha tratado la escena rockera en todos estos años? Estuvieron en un Pilsen Rock ¿Es muy difícil entrar en esto del rock?

-L: Bien, con las otras bandas siempre tenemos buena onda y hemos tocado con bandas bien distintas, te diría que desde Herrumbre hasta Hereford. Tenemos buena relación con todos, pero nosotros estamos un poco por fuera también de la movida, por el circuito social de donde venimos. Porque mucha de la movida del rock uruguayo -no digo toda- se genera del Parque Rodó hacia allá (señala hacia el sureste) No sé por qué, supongo que por la lógica de las oportunidades, de tener instrumentos, de grabar, etcétera. Lo digo en una buena, sin discriminar para arriba, es un hecho real. En ese sentido siempre costó vincularse por pertenecer a un circulo social donde no estás en contacto con productores, con gente que graba. Él es feriante (señala a Michel) y el baterista (Elvis Morales) es pintor de casas. Hemos ido haciendo las cosas a los ponchazos y también hemos tenido suerte de conocer gente como Ángel (Atienza) que nos dio la oportunidad de grabar nuestros discos a través del sello Perro Andaluz. Que nos presentó a gente como Riki Musso o Rodolfo Fuentes, gente profesional de la que pudimos aprender cosas.

-Hablemos de la presentación en la Zitarrosa y el futuro de la banda

-L: Vamos a estar cerrando el ciclo del primer y segundo disco y presentando el primer DVD de la banda, con los invitados de siempre y alguna sorpresa también. Vamos a tocar con amigos, como nos gusta. De futuro queremos tocar más en el interior, donde nos sentimos locales. Hemos tocado en lugares como “La Fiesta del Mate” o “La Fiesta del Sábalo” donde hay propuestas de distintos géneros y la gente responde muy bien. El folclore pega más en el interior. Hay muchas fiestas de ese tipo en todo el país, todo el año, y una de las metas que tenemos es poder acceder a ese circuito. El mensaje nuestro no es específicamente para el roquero, es para la gente común. Queremos mostrar la banda. -M: Además estamos trabajando en nuestro próximo disco, que se va a llamar Mugraldad. Ya tenemos todas las nuevas canciones. Si todo sale bien estaría en la calle a fines de octubre. Más canciones mezclando folclore y rocanrol con mucho sentimiento. -L: “Mugraldad” es por una canción que escribió una vez mi viejo, sobre un tipo que vivía en la calle…

-Hay muchas historias de la calle en Pecho e' Fierro

-L: Es el reflejo de lo que vivimos, hay otra canción que se llama “La Terminal”, que relata vivencias y está dedicada a un amigo. Hay canciones bien directas y otras con mucha poesía o están escritas en varios planos. Y como decía Rubén Lena, cuando la canción tiene más planos es más rica. No es una cosa rara, simplemente tiene más por descubrir. La canción es como una película que está contando una historia y tiene otras historias conectadas…pero mañana capaz que explota Pecho e' Fierro y hablamos de la mansión...