No son pocas las ocasiones en que se escuchan “ruidos” sobre la carga tributaria que recae sobre los uruguayos, y quizás igual de veces se pueda escuchar sostener que dicha carga es demasiado alta respecto del retorno que el Estado brinda vía provisión de servicios y contención social.
Para profundizar en este sentido, resulta conveniente abstraerse de los debates a nivel nacional y procurar estudios de corte internacional realizados por institutos objetivos especializados.
En días pasados fueron publicados los resultados del último estudio sobre las 30 naciones con mayor carga tributaria del mundo con relación al Producto Interno Bruto (PIB) y al Índice de Desarrollo humano (IDH), realizado por el Instituto Brasileño de Planeamiento Tributario.
En este aspecto, el estudio viene a reflejar el grado de eficiencia con que los países logran alcanzar cierto desarrollo humano mediante sus recaudaciones tributarias. Debe recordarse que el IDH utilizado en la investigación de marras refiere al elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Éste mide la longevidad y salud de la población (como esperanza de vida al nacer), el nivel de educación (como la combinación de la tasa de alfabetización, con la matriculación en educación primaria, secundaria y terciaria) y el nivel de vida digno (medido como el PIB per cápita en dólares internacionales).
Pues bien, asumiendo aquello de que las comparaciones resultan en la mayoría de los casos “odiosas” y pueden envolver algún manto de injusticia, lo cierto es que los ránkings internacionales son justamente eso, comparaciones, constituyendo herramientas útiles para visualizar con cierta objetividad dónde nos encontramos en el concierto mundial.
Bajo estos parámetros encontramos a Uruguay ocupando un muy buen posicionamiento relativo (según puede observarse en el gráfico adjunto) al ubicarse en el lugar número 13 a nivel global y en el primer puesto en América Latina en cuanto a la eficiencia entre recaudación y resultados en el desarrollo humano. Incluso podrá apreciarse que Uruguay se encuentra superando a países como Alemania, Francia o Noruega.
Claro que esto no quiere decir de modo alguno que estas potencias europeas tengan peores servicios públicos que los locales, y mucho menos que tengan un peor desarrollo humano de sus poblaciones. Quiere decir que con relación a sus respectivas recaudaciones impositivas consiguen resultados relativamente peores.
En otras palabras: mientras Estados Unidos, por ejemplo, con una carga impositiva del 24% de su PIB consigue un desarrollo humano de 0,95 en un máximo de 1, Alemania debe recaudar el 37% de su PIB para obtener un desarrollo humano de 0,94, y Uruguay con 27% de carga impositiva sobre su economía logra un IDH de 0,86.
En este sentido, será posible avanzar o retroceder en función del camino que el país logre transitar. Podremos tener como “norte” algunos países que logran avanzar en la calidad de vida de sus habitantes vía una mayor carga impositiva, o bien podremos tener como ejemplo a seguir el caso de Irlanda, ubicado tercero en la presente medición, país que con el mismo esfuerzo tributario que Uruguay logra resultados notoriamente superiores, obteniendo un IDH casi perfecto.