Y es que si bien desde el mercado y los institutos de investigación económica locales evalúan que el organismo regulador del sistema financiero debería volver a subir la TPM, "el gobierno tiene la difícil tarea de compatibilizar la contención de la inflación, vía un nuevo aumento de la tasa de interés, con el efecto que esto provoca en el tipo de cambio, presionando el valor del dólar a la baja", según se evalúa en el último Informe de coyuntura trimestral elaborado por el Instituto Cuesta Duarte (Icudu) de investigación del PIT-CNT.

Si bien la administración subió recientemente los porcentajes sobre depósitos retenidos por el BCU a las instituciones financieras, buscando contraer el crédito bancario para enfriar la economía, el resultado no se ajustó a las expectativas y las presiones inflacionarias de origen interno persisten.

El otro origen de la inflación actual, el frente externo de la economía, tampoco da señales de ceder, ya que "la demanda" de productos locales desde fuera del país "siguió operando como uno de los puntales del crecimiento" de la actividad local, "aunque el mismo tiene un sustento cada vez mayor en la demanda interna", recuerda el informe.

Las solicitudes de exportación tramitadas por la Dirección Nacional de Aduanas se incrementaron un 23,2% con relación al primer trimestre de 2010, mientras que las compras al exterior -excluyendo el petróleo y sus derivados- crecieron un 30,5%.

Claro que el fuerte dinamismo vendedor, pese a ser menor que el comprador, continúa basándose en las colocaciones de bienes primarios o agroindustriales, conforme a la histórica estructura económica del país. Los rubros líderes en este aspecto fueron la soja, cuyas colocaciones se expandieron 51,9% y representaron el 15,7% del total exportado; la carne bovina congelada (12,6%); el arroz (4,6%) y el trigo (4%). En el texto del Icudu se precisa que ese gran crecimiento de la soja "se explica tanto por el aumento de precios de este cereal como por la caída registrada en la oferta vacuna, que llevó a una menor participación de las exportaciones de carne".

Así, aunque en los últimos dos meses los aumentos de precios se moderaron relativamente, "la inflación anual continuó acelerándose". Entre enero y mayo los precios minoristas promediaron un incremento de 4,34%, y la inflación acumulada en el año móvil cerrado en mayo marcó 8,53%, "el registro más alto desde comienzos de 2009, en momentos en que el techo del rango meta oficial fijado por el BCU se reduce a 6% a partir de junio".

El informe recuerda que en cuanto a rubros, los que impulsan principalmente los precios al alza son vivienda, alimentos y transporte, y recalca que la demanda es el factor de mayor incidencia sobre la inflación. En este punto, desde el exterior presionan "los precios de los bienes transables" en los mercados internacionales, sobre todo alimentos y energía, los que indirectamente operan sobre los costos de las empresas, y desde el mercado interno lo hace "el fuerte aumento de la demanda de consumo nacional".

La consistencia de las presiones inflacionarias puede apreciarse al analizar la evolución de la llamada "inflación subyacente", que surge de calcularla excluyendo los productos y rubros de mayor volatilidad, como vegetales, y que durante los últimos 12 meses "se ubicó casi en 10%”.

Acerca de la demanda interna, el consumo creció 8,3% en términos interanuales, "explicado por una expansión del consumo privado de 9,3% y del consumo público de 2,5%. Esta evolución fue similar en materia de inversión, que subió 13,2% en promedio como resultado de un aumento de 14,8% en la privada y de 5,7% en la pública.

Fuerza (de trabajo)

El Icudu destaca positivamente los registros del mercado de trabajo, que “continuaron evolucionando favorablemente en los primeros meses de 2011, en consonancia con la expansión de la actividad, a la vez que dan sustento al fuerte crecimiento en materia de consumo privado”. Señala que en el primer cuatrimestre de 2011 la economía local generó 42.000 nuevos empleos, con lo cual el número promedio de desocupados en el período fue de 108.000.

Pese a resaltar tales “significativos avances” en materia laboral, cuestionados por sectores de la izquierda (ver página 10), persisten “problemas importantes” como la ausencia de registro a la seguridad social, que afecta a uno de cada tres empleados, con lo cual en el cuatrimestre fueron unos 470.000 los asalariados que no tuvieron acceso a cobertura de derechos laborales. Asimismo, el subempleo alcanzó a aproximadamente 127.000 ocupados. Siguen siendo jóvenes y mujeres los ciudadanos más afectados por la desocupación, “aunque en los últimos meses las brechas se redujeron como consecuencia de que los principales avances se observaron entre estos grupos”. De los actuales 108.000 desempleados, “casi la mitad son jóvenes y aproximadamente 62.500 son mujeres”, señala el informe.