El MTSS elaboró un “Breve informe de coyuntura del mercado laboral” donde remarca que, a impulso de la creciente actividad económica, la demanda de trabajo creció “en forma apreciable en los primeros cinco meses del año 2011”, exhibiendo un crecimiento de 3,3% respecto de enero-mayo de 2010; ello representó la creación de 50.000 puestos de trabajo.
Recuerda que si bien en 2010, en promedio, se había detenido el crecimiento del empleo principalmente por los efectos de la crisis internacional, en el transcurso de 2011 se “retoma la senda de crecimiento", aunque con “un ritmo algo inferior al verificado en los años previos”.
Se subraya que la actividad económica se expandió “a un ritmo notoriamente superior al del empleo”, algo que significaría una mejora de la productividad según la cartera. “La contracara del importante crecimiento de la actividad económica con un relativamente menor incremento del número de ocupados (y estancamiento en 2010) es un fuerte incremento de la productividad en los últimos años, tendencia que persistiría en el transcurso del presente año”, fundamenta el informe.
Por otra parte, se subraya que en mayo se sostuvo la tendencia creciente del empleo, alcanzando 59,9%, cuando en igual mes de 2010 ese guarismo era de 58,3%. La tasa de actividad -proporción de personas en edad de trabajar que lo hacen o buscaron empleo- acompaña la evolución positiva de la de empleo. En el período enero-mayo la tasa se ubicó en 64%, un punto por encima de la registrada en el mismo período de 2010, lo que implica unas 40.000 personas más, según el informe. En mayo también se mantiene la tendencia creciente de la oferta de trabajo, ubicándose en 64,1%, cuando 12 meses atrás era de 62,1%. Teniendo en cuenta esos elementos, el desempleo registró “un apreciable descenso” en términos interanuales. Se precisa que el número de desocupados descendió en unas 12.000 personas, significando una caída de la tasa a 6,4% (en enero-mayo de 2010 era 7,2%).
Qué alto que estás
En lo que refiere a las condiciones de trabajo, se enfatiza “la tendencia descendente del subempleo (trabajan menos horas que las deseadas) y la informalidad verificada en los últimos años”, lo que marca una “mejoría en la calidad del empleo”. El no registro en la seguridad social se situó en 30% del total de ocupados de mayo, guarismo que el propio MTSS reconoce “es significativo ya que alcanza a la cuarta parte de los trabajadores ocupados”.
Al analizar por sector de actividad se observa que Comercio, restaurantes y hoteles ocupa a 324.000 personas aproximadamente en el promedio del año 2010, “siendo el sector con mayor peso en la demanda de trabajo”. Le sigue en relevancia la industria manufacturera con 218.000 puestos de trabajo, y luego el sector primario con 199.000 ocupados. Al considerar el empleo en el primer trimestre de 2011 con relación a igual período del año pasado, se aprecia que el crecimiento registrado se explica por aumentos “en casi todos los sectores de actividad”. “Las excepciones vienen dadas por la industria manufacturera, en la que la ocupación permanece virtualmente estable, y el sector primario, que registra un descenso significativo del número de ocupados (37.000 ocupados menos)”, detalla el documento. Por el contrario, se remarca la incidencia positiva de los sectores Comercio, restaurantes y hoteles (24.000 ocupados más que en el primer trimestre de 2010), y Banca y servicios a empresas (+15.000).
Viene lenta
Pero el MTSS no fue el único actor que analizó el mercado de trabajo. El Icudu también refirió a los datos de desocupación correspondientes a mayo, que “confirman que el desempleo sigue cayendo aunque a un ritmo cada vez más lento”. “La caída del desempleo constatada en lo que va de 2011 obedece a un crecimiento de la demanda de trabajo algo mayor al de la oferta. Mientras la tasa de empleo creció 1,5 puntos porcentuales, la tasa de actividad lo hizo en 1,0 punto porcentual posibilitando la disminución del desempleo mencionada”, comenta.
Describe que de los 109.000 desempleados en los primeros cinco meses del año, hay unas 63.500 mujeres mientras que 45.500 son hombres. “Si a esto le sumamos que la cantidad de mujeres que integran la oferta de trabajo es menor a la de los hombres, se concluye que la tasa de desempleo de las mujeres (8,2%) sigue siendo superior respecto a la de los hombres (4,9%), marcando una mayor concentración del desempleo en las primeras”, advierte.
Otro punto que llama la atención remite a los jóvenes menores de 25 años, tramo en que la desocupación alcanza a unos 50.000, marcando una tasa de 18%, con lo que “casi uno de cada cinco jóvenes de esa edad busca trabajo y no lo encuentra”. “Por lo tanto, los jóvenes son otro de los colectivos en los que se concentra el desempleo”, alerta. Además, sostiene que unos 22.500 desempleados son jefes de hogar, y por otra parte, que la mayor proporción de personas sin trabajo estuvo empleada anteriormente, y sólo unos 16.000 buscan trabajo por primera vez.
Acerca de las condiciones requeridas para trabajar, “unos 58.000 desocupados no plantean condiciones o requisitos para acceder a un empleo mientras que el resto, unos 51.000 desocupados, sí plantean algún tipo de exigencia”. En este último grupo unos 27.000 dijeron no encontrar un trabajo acorde a su conocimientos o experiencia, 8.000 tienen como requisito que sea una jornada de baja carga horaria, 7.000 exigen un horario especial o flexible, 4.500 plantean condiciones salariales, y los restantes 5.000 manifiestan requisitos sobre condiciones de trabajo.
En lo que refiere a la calidad de empleo, se destaca que unas 514.000 personas presentan algún tipo de restricción, ya sea el no registro a la seguridad social (389.000), el subempleo (42.000) o ambos problemas (83.000).
Se remarca que, pese a la tendencia descendente en el no registro, la tasa “aún sigue siendo muy elevada y resulta claro que los avances en materia de mejorar la calidad del empleo vienen siendo muy moderados en relación a las mejoras ocurridas en el resto de los indicadores del mercado de trabajo”. Por último, se critica que además del trabajo en negro o el subempleo, hay otros aspectos como “la inestabilidad, la ausencia de condiciones de trabajo mínimamente aceptables o la presencia de salarios muy sumergidos, sobre las que el INE no aporta información mensual”.