-A 25 años de Montevideo Agoniza, aquella patada inicial signo de su tiempo, ¿no merecía convocar a la formación original de Traidores para festejar la salida de ese disco germinal?

-Lo pensamos, pero era muy complicado; Pablo [Dana] vive en Méjico donde supongo tendrá sus obligaciones y precisábamos mucho tiempo para ensayar. De hecho, hace un par de meses que estamos ensayando. Del mismo modo que nos hubiera gustado incluir a Alejandro Bourdillon que fue nuestro primer baterista, con el que no seguimos en contacto y sé fehacientemente que no toca más la batería desde hace muchos años. Hubiera estado buenísimo juntarnos, pero magia no podemos hacer.

-Después de su alejamiento inicial, a Pablo Pato Dana lo habían invitado para el acústico que hicieron a fines de los 90, En la profunda noche (Koala Records. 1998). ¿No se les pasó por la cabeza invitarlo ahora que vino para Níquel te muestra?

-Es verdad, tocó en el acústico pero son momentos puntuales. Todos nosotros somos personas muy particulares, con historias personales muy extrañas. Y cada uno con su personalidad fuerte, muchas veces no congeniamos y fin. Después de Dana, pasó Daniel Bonilla y después vino Daniel Jacques que es quien más tiempo ha estado con nosotros. Siempre hemos cambiado pero la base compositiva sigue siendo la misma: Víctor Nattero y Juan Casanova, es lo que se ha mantenido y lo que sostiene el nombre… los demás nunca hicieron una canción, solo han aportado lo que podían tocar en sus instrumentos.

-Hablemos de la compatibilidad de Assimo y Traidores, ¿pueden convivir juntos?

-Para mi son cosas distintas, más allá de los puntos en común que puedan haber, lógicamente. Assimo es mi banda ahora, es la prioridad de mi vida artística. Venimos de tocar hace pocos días, sólo vamos a suspender la actividad momentáneamente por estos shows de Traidores, que son algo muy puntual. Una vez que terminen estos shows ya nos abocamos a la composición de lo que será el segundo disco de la banda.

Los shows de Traidores son muy puntuales y en respuesta a la insistencia de Claudio Picerno, de Sebastián Teysera y de un montón de gente más, como la que hace años nos para en la calle para que nos juntemos a tocar. Los 25 años de Montevideo Agoniza son una linda excusa: Traidores no va a volver a tocar, con esto no queremos vender la reedición de una banda ni un cuerno. Queremos celebrar, esta vez por fin vamos a poder dar un show descontracturado y no en la guerra total como solíamos hacer siempre. No le quiero vender un show a nadie, no lo necesito, no me interesa, lo hacemos solamente por la gente. Es un homenaje a tanta gente que nos ha apoyado a lo largo de esta carrera y a todos los amigos que quedaron por el camino. Un homenaje en el que nos aguantamos todo lo que teníamos que aguantarnos, donde metimos unos cojones enormes y aun estamos acá para seguir peleando.

-Hablás de guerra y descontractura, ¿por qué?

-Porque salimos a tocar nuestra música siendo muy críos en la peor época de nuestro país. En el 83 fueron compuestas la mayoría de las canciones de Montevideo Agoniza, en épocas muy oscuras, la salida de la dictadura no fue precisamente una primavera feliz. No fue así, ibas a un boliche y te llevaban preso por nada, había una guerra dirigida contra los jóvenes. Yo lo viví como una guerra y me considero un combatiente, lo soy aún. Siempre nuestra vida artística fue una toma de conciencia, una rebelión contra una cultura que se nos impuso a sangre y fuego… dejamos de ser una nación para ser consumidores…

-¿Contra qué se pelea hoy?

-Contra esa cultura hegemónica, contra eso de que no podés hacer nada por cambiar la vida, más que padecerla, contra ese asunto en que nos hacen creer que la sociedad es una jungla y estamos todos contra todos. Contra ese lavado de cerebro es que nosotros luchamos siempre y hemos tratado de hacer conciencia, sin ser dueños de una verdad, porque no tenemos ninguna verdad para regalar y decir por ahí. Si la tuviera me subiría en un púlpito a declamar. De eso se trata, aunque jamás nos molestamos en explicitar todo esto porque damos por sentado que la gente no es estúpida y si por alguna razón esta banda -que no es la mejor del mundo, ni nunca fue artísticamente un fenómeno- tiene alguna relevancia es porque hay gente que entiende perfectamente cuál es el punto que tratamos.

-Siempre se relacionó a Traidores con el punk y está claro en lo que refiere al discurso, pero musicalmente creo que es encasillarlos en un sitio que trascienden, ya que si bien pueden tener cuestiones comunes a Sex Pistols, éstas están más relacionadas al discurso y a la actitud, que a lo estrictamente musical…

-Cuando a la juventud de este país y de todo el mundo le estaban lavando el cerebro con Abba, Bee Gees y toda esa bosta enlatada, los punkies decían. “Ten conciencia” y “hazlo tú mismo”. Tené conciencia política y hazlo tú porque nadie lo va a hacer por vos, no esperes nada de nadie… Y me extraña que Pablo Dana en la entrevista que le hiciste a Níquel no lo entendiera, cuando dice que “pareciera que esperábamos el mecenas”. No entiende de qué va el asunto, ¡nunca esperamos nada de nadie! De hecho, él no sé si está tocando y si la gente lo recuerda, pero nosotros sí seguimos tocando y tenemos bien claro adónde vamos y por nosotros mismos. Esto es bien claro, el que lo quiera entender que lo entienda, y si no “yo no soy sus putas madres”, como decía Lennon.

-Retomando lo que te decía de la música de Traidores, ¿no es encasillarse hablar de punk? Probablemente “Flores en mi tumba” sea una de las mejores canciones pop del rock uruguayo.

-Eso atañe al problema de categorizar, rotular o encasillar todo para poder entenderlo... Estereotiparlo todo…

-Pero ustedes nunca se encargaron de decir lo contrario.

-No puedo salir a explicarle a la gente todo. ¡Tendría que escribir libros! Para nosotros sí fue muy claro esto, mucha gente nos decía “ustedes son deprimentes y cantan sobretodo al horror”. Nosotros estábamos dando un ejemplo, no sucumbimos al horror. Le metimos cojones, salimos adelante y estábamos cantando, metiendo mucho y dejando la vida en cada escenario. Pero cuando toda esta escena se empezó a estereotipar con los punkies nosotros teníamos cierto tipo de vestimenta en la que era obvio que no nos queríamos vestir como todos los borregos del mundo –ahí esta el concepto punkie–, pero cuando las demás personas empezaron a usar esa estética “rota”, nosotros pasamos a usar traje y corbata y tocar así, para cuando arrancaron a ponerse eso cambiamos el look otra vez. Cuando todo el mundo empezó a usar el pelo rapado, yo me deje los rulos… es así la cuestión. Hay que usar la cabeza y ese es el mensaje de Traidores: usá tu cabeza para ver las circunstancias por las que estas en el mundo, porque es la única manera para poder cambiar las cosas. Para poder cambiar la idea de que no hay nada que vos puedas hacer para mejorar tus circunstancias, ¡eso es una gran mentira!

-¿Los shows que van a dar son sólo de Montevideo Agoniza o incluyen una recorrida por la carrera de Traidores?

-El show va a contar con dos partes: primero Montevideo Agoniza de algún modo tal cual era, previamente a la censura de los temas, que como se sabe fueron varios. Vamos a tocar el disco como debería haber salido pero sin algunas canciones. Hay canciones que pierden validez porque pertenecían a aquel momento puntual como “Buenos días presidente” que carece de sentido hacerla ahora, “Las noticias nacionales” que también carece de sentido, o “El futuro de tus hijos” que fue simplemente un relleno para las canciones que nos habían prohibido. Y para la segunda parte vamos a tocar las canciones que la gente quiere escuchar y nosotros queremos hacer. Va a ser un show largo e intenso para una ocasión muy especial

-¿Van a haber invitados?

-No; nos hubiera gustado, hay muchos colegas que se mueren por estar ahí y que nosotros queremos que estén, pero lamentablemente aun seguimos viviendo dentro de ghettos. Y como bien decía el Loco Abreu, hace un tiempo atrás hablando del fútbol, el pueblo uruguayo no está preparado aun para entender esto, que no es la muerte por la camiseta, que todo fanatismo divide, desprecia nuestra propia humanidad y es un autoatentado. Hasta que no se aprenda a abrir la cabeza y a hacer verdadera democracia, tolerar, tener una cabeza abierta…hasta que no pase eso, entonces…

-“Tolerar” dicho por vos puede sonar un poco extraño. En un principio la postura de Traidores no era precisamente tolerante y justamente conducía al gheto.

-Es que también Traidores tiene una dilatada carrera… pero las circunstancias que dieron nacimiento a la banda y en las cuales nos movimos en un principio eran muy particulares y no teníamos otra manera de reaccionar, en ese momento…

-Justamente por eso fue que me resultó curioso escucharte hablar de seguir en una misma guerra, ¿nada cambió?

-No, los problemas estructurales, el egoísmo de las personas y la guerra de todos contra todos no cambio ni ahí… la gente es cada vez menos solidaria y cada uno pelea por su chacrita. Lo ves a todo nivel, es incontrastable, la guerra es la misma.

-Hay una devolución de esa gente…

-Si la hay, devolución, aceptación y un “entender”. Justamente somos nosotros lo que podemos hacerlo y tenemos que hacerlo, predicar con el ejemplo. Lo demostramos claramente cuando tocamos con Santullo y con La Vela Puerca, y se demostró cuán radicalizada e idiotizada está todavía la gente. Porque se levantó una gran polvareda y la gente se enojó porque estábamos mezclados… hubo gente que dejó de ir a esos shows porque eran compartidos. Por eso no quiero invitar a nadie ahora para que pase un mal momento, como le pasó a Sebastián Teysera cuando lo invitó a tocar 2 Minutos, donde unos pseudo punkies en lugar de entender lo importante que es esto, se dedicaron a putearlo y escupirlo. La gente está radicalizada. Fijate que hay gente que está dispuesta a matar por la camiseta de un cuadro de fútbol o por banderías políticas. Cuando ves la sociedad a todo nivel, sobretodo la clase política que debería dar el ejemplo y son los peores.

Segundo capítulo

Días después el mismo bar, el mismo frío, Montevideo Agoniza. Otro café con Víctor Nattero al que se sumará Juan Casanova. Pocos días fueron suficientes para que las dos primeros shows de La Trastienda se agotaran, hoy con una tercera fecha confirmada se respira otro aire donde se percibe cierto optimismo. Satisfacción de sentirse considerados por una escena que abre las puertas a un futuro aun incierto pero posible.

-Hablemos de Joe Strummer y The Clash: si comparamos el disco Sandinista! (1980) y Montevideo Agoniza tienen prácticamente la misma portada. ¿Qué importancia tiene Strummer en la vida de Traidores?

Víctor: -Lo de la portada fue una locura porque nosotros no conocíamos el Sandinista!, puede ser que la persona que sugirió la foto -Guillermo Baltar- sí lo conociera y en base a la idea que le presentamos con Juan lo haya asociado. De todas maneras, Strummer es un referente fundamental en nuestras vidas; London Calling nos voló la cabeza y fue ahí que decidimos que eso era lo que queríamos hacer. La canción “London Calling” -más que el álbum- fue un gran disparador.

-Podríamos hablar entonces de quién influyó en la apertura musical más allá del discurso punk y gran responsabilidad recae en tu guitarra, que quedó atrapada en los encasillamientos genéricos…

V: -Lo de la música es como la actitud, el punk no pasa por tener una cresta en la cabeza, y se puede encontrar punkitud tanto en una canción como “Levedad” o como “Enemigo del mundo”. Pasa que lo que está más expuesto es el discurso y la música viene atrás, si bien nosotros con Juan escribimos las letras juntos. El laburo de la guitarra puede ser que lo estén reconociendo más ahora, pero mi puesto como guitarrista lo he tenido siempre. Las canciones las hacemos juntos excepto en “Radio Babilonia” que Juan se encargó de las letras y yo de la música, lo demás es mitad y mitad. Sí puede ser que muchas innovaciones en lo musical no fueron reconocidas en su momento: el tango rock y la manera de trabajar las guitarras, que si bien ahora pueden haber cosas similares, en aquel momento no. Otro ejemplo puede ser tocar “Flores en mi tumba” dentro de un contexto de punk rock, que al principio nos preguntábamos qué iba a pasar y fue un éxito total. “Primavera digital” fue un buen pretexto para distanciarnos de un montón de cosas también…

-Como guitarrista te debe haber molestado un poco que no se considerara toda esa parte...

V: -No, yo funciono como banda… tampoco había crítica especializada, se basaban mas en los alrededores del mito que en lo que podía estar dando uno como creativo, en otro país estaría en otro lugar yo también, como Johnny Marr u otro violero del estilo, me considero a esa altura, mas allá de que suene pedante.

-Los Smiths también es una banda referente en Traidores, sobretodo en las guitarras acústicas, que también los aparta del punk...

V: -Sí, claro, ahí aprendí un montón de cosas, el punk encasilla mucho y yo quiero tener mi estilo, y creo que lo logré. Ahora se reconoce en muchos lados y es lo que más me gusta de todo esto, no se trata de tocar mejor o peor que alguien, se trata de ser diferente. La forma que tiene Juan de cantar es a lo mismo que te referís de la guitarra, y las duplas compositivas son muy imposibles, como las parejas. Es difícil encontrar a tu par, yo encontré al socio ideal y supongo que él también.

-¿Qué pasa si asociamos dupla compositiva a las idas y vueltas de Traidores? Si hay un mito alrededor de la banda es que se han pasado peleando...

Juan: -No más que lo normal en cualquier grupo humano y sobretodo cuando es familiar. Además, lo de nuestras idas y venidas ha sido nuestra cotidianeidad, como una forma normal de existir. “Pueblo chico infierno grande”. Se hablan muchas cosas, a mi me pudrieron con eso de “la vuelta de Traidores”. Es normal, funciona así. En nuestra historia creo que mucha gente quedó mal acostumbrada porque nosotros sacamos discos en los años 1986, 1987, 1988 y 1991, después pasaron cinco años para editar el Radio Babilonia.

V: -Es un plazo normal para un país como éste. Si te fijás en la calidad compositiva del Radio Babilonia no lo podés hacer en tres días, llevó su tiempo componerlo, arreglarlo y terminarlo. Las propuestas para grabar tampoco abundaban, no es un proceso fácil en el que se genera mucho desgaste.

J: -Poca gente sabe que Traidores casi se disuelve antes de grabar su primer disco, es así nuestra historia.

-Funcionan dentro del caos...

J: -Exactamente, y para nosotros ha sido un enorme logro poder descifrarlo. Como dirían los Pistols, hacer florecer las flores en los tachos de basura, las mismas de una época y de nuestra propia podredumbre, haber logrado hacer canciones y poesía -buena o mala, como fuere- es un enorme logro. Creo que en el inconsciente de la gente que nos apoya eso es lo que se valora y lo que hace que hoy podamos estar tocando con este enorme apoyo. Estamos llenos de orgullo y agradecimiento.

-Si me pongo en el lugar de la gente te podría decir que Traidores tiene mucho más para dar. Basta de no future y hablemos del futuro...

V: -Podemos hacer algo juntos, pero no necesariamente como Traidores, puede ser otro proyecto, creo que mientras toquemos juntos la gente se va a colgar.

J: -Y sí… cabe la posibilidad de componer canciones nuevas, no sé si dentro del marco de Traidores. Este año es muy particular para nosotros, podríamos hacer algún show más, no lo sabemos. No hay nada programado ni cerrado. Ahora Víctor ya está en Montevideo y es posible, pero vamos paso a paso, lo estamos tomando muy en serio. Es de las primeras veces que estamos en buenos términos con un sello discográfico, vamos a grabar un DVD de estos shows y somos Disco de Oro, algo que sinceramente no esperábamos en momentos en que nadie vende discos. Hay un montón de cosas muy buenas que impulsan a pensar en el futuro.

V: -De hecho habíamos pensado un solo show y ahora son tres.

-¿Montevideo agoniza aún?

J: -Montevideo Agoniza es un reflejo, una reacción natural, un camino para mejorar la situación en la que vivíamos, hacia la manera que acababa de ser impuesta para percibir el mundo, hacia la manera hegemónica de pensar, de lucir, convirtiéndonos en consumidores. Nosotros somos los traidores de ese paradigma impuesto a sangre y fuego al que no quisimos adecuarnos. Hoy es lo mismo porque el paradigma sigue siendo igual, mas allá de que algunas cosas hayan cambiado en la superficie y las formas son más sutiles.