En una coyuntura económica global que en 2011 presenta mayor “riesgo en cuanto a la evolución de la actividad económica mundial” a causa de la débil recuperación de Estados Unidos (EEUU) y las dificultades fiscales de la Eurozona, las economías emergentes y en desarrollo completarán el año “creciendo a tasas elevadas”, con la uruguaya haciéndolo “por encima de la tendencia de largo plazo” según el informe Tendencias y perspectivas elaborado por el Área de Coyuntura del Instituto de Economía (Iecon) de la Universidad de la República. En ese contexto esperado de continuidad del crecimiento de las economías emergentes y en vías de desarrollo, en algunas de éstas “comienzan a vislumbrarse signos de sobrecalentamiento”, como en la uruguaya, cuya prevista expansión “podría implicar presiones de demanda sobre la evolución de los precios de la economía”, especialmente “para algunos sectores de actividad”. Esta evolución positiva se registrará en el segundo trimestre “a un menor ritmo que en el primer trimestre”, proyectándose que crecerá 6% con relación al promedio del año pasado y “alcanzando los 50.000 millones de dólares” en el año, “con una mayor incidencia del sector comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles”. Cabe recordar que el PIB durante 2010 fue calculado en 41.500 millones de dólares.

Para el conjunto de las economías emergentes y en desarrollo, el incremento en la generación de riqueza determina “la necesidad de instrumentar políticas específicas para afrontar las presiones inflacionarias internas”, así como las “procedentes de los elevados precios de los commodities, la fuerte entrada de capitales y su volatilidad”. Citando la aplicación pendiente de “reformas estructurales” y las carencias en “infraestructuras prioritarias”, el informe apunta que los emergentes “enfrentan el desafío de generar condiciones que les permitan continuar creciendo en el futuro, manteniendo en equilibrio las principales variables macroeconómicas”.

Se asistirá a la consolidación del escenario de recuperación a dos velocidades, con las economías avanzadas expandiéndose a una tasa promedio de 2%, estimándose que la de EEUU lo hará 2,5% y la de la Eurozona 2% promedio. Es así que en varias de esas economías la prioridad macroeconómica pasará por “resolver los persistentes desequilibrios en el sector fiscal y financiero”. Según el Fondo Monetario Internacional, el Producto Interno Bruto (PIB) global se expandirá 4,3% al cabo del año. En la región, Argentina y Brasil seguirán creciendo, a 6,8% y 4%, respectivamente, con el vecino del Plata registrando una alta tasa de inflación que, según analistas privados, rondaría el 25% anual, y Brasil viendo crecer sus precios internos en un promedio de 6,22%.

En Uruguay, la demanda de empleo continuará incrementándose en el año, previéndose que la tasa correspondiente se expanda 1%, “lo que significa que se crearían en el año aproximadamente 31.000 nuevos puestos de trabajo”. Y como también se proyecta “un leve crecimiento de la oferta de trabajo” que llevaría la tasa de desempleo anual a 6,3%, es decir, ésta decrecería 0,5%, al cabo de 2011 habría “aproximadamente 8.100 desocupados menos que en 2010”.

El mayor dinamismo que se verifica en las importaciones (30%) respecto de las exportaciones (22%) haría que la cuenta corriente de la balanza de pagos del país presente un déficit equivalente a 2,5% del PIB, mayor al del año pasado. El déficit fiscal se mantendría en el entorno de 1,5% del PIB, en el contexto de una política oficial “neutra”, es decir, en la cual “el gasto no crece por encima del aumento del PIB”, en tanto que el resultado primario “cerraría el año cercano a 1,2% del PIB”. La inflación se ubicaría en 7,5%, “lo que significaría un enlentecimiento del ritmo” registrado hasta junio.