A partir de ayer, la Biblioteca Nacional brinda un nuevo servicio: el préstamo de libros a usuarios del interior del país. Se trata de un catálogo reducido y de un universo de usuarios igualmente acotado (docentes), pero el hecho es una novedad, en tanto significa que por primera vez la Biblioteca permitirá que su material sea consultado fuera de las salas de 18 de Julio y Tristán Narvaja.
El nuevo sistema de préstamo a distancia es posible gracias a un convenio con el Correo Uruguayo, firmado ayer por el ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, el presidente del Correo, José Luis Juárez, y el director de la Biblioteca, Carlos Liscano. El acuerdo posibilita que el envío y la devolución sean pagados por la Biblioteca y que, a su vez, a ésta el Correo le cobre un precio mínimo: “No van a ganar dinero con nosotros”, dijo Liscano a la diaria.
El director de la Biblioteca dejó claro que el sistema comprende a “todos los departamentos, excepto Montevideo”, en el entendido de que “no es lo mismo vivir en los suburbios de la capital que vivir en Tomás Gomensoro”. “Es un intento de cubrir todo el territorio nacional. Nos interesa especialmente llegar a lugares distantes, al maestro rural. Cuanto más alejado de Montevideo, más interés hay”, recalcó.
Otra de las novedades del sistema es que, aunque el pedido se hace individualmente, la dirección de envío es la del centro de estudios al que pertenece el profesor, maestro o estudiante de estas carreras. “Depositamos una gran confianza en los usuarios y todos tenemos que cooperar para que esto funcione”, afirmó Liscano. “No nos interesa quién es el destinatario final del préstamo, si un profesor o su sobrino; sí que quien haga el pedido sea un docente”, agregó. Liscano calcula que el número de usuarios potenciales ronda los 10.000.
En principio, el catálogo de obras disponibles comprenderá unos 200 títulos sobre estudios literarios, históricos, pedagógicos y también algunas obras de ficción. “Todavía tenemos que saber qué quiere la gente. Tratamos de averiguarlo haciendo preguntas, pero ahora lo veremos en la práctica. Teóricamente, todo tendría cabida”, opinó el director.
De la misma forma, se irá viendo sobre la marcha si la demanda supera las posibilidades de la Biblioteca. “Si tenemos mucho éxito, colapsamos. No vamos a poder con 10.000 pedidos en un mes. Lo hemos discutido mucho. Podríamos haber acotado el sistema a dos departamentos, pero preferimos saber exactamente de qué problemas padecemos”, dijo el escritor.
Aunque se prefiere que las solicitudes se hagan por correo electrónico o llenando el formulario que estará online en www.bibna.gub.uy (donde también se podrá consultar el catálogo), también se pueden hacer pedidos telefónicamente o por carta. Se estima que la demora para la llegada del material solicitado es de tres días.