Ese análisis formó parte de la disertación realizada ayer por la economista María Laura Rodríguez, de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), sobre la coyuntura económica internacional y las perspectivas para el país.

Explicó que la economía global hace equilibrio "en la cuerda floja" por el recrudecimiento de la crisis europea y la situación de EEUU, que estuvo al borde del default, pero del otro lado los emergentes presentan un importante dinamismo en sus economías.

Rodríguez evalúa que, no obstante las incertidumbres, las expectativas de organismos multilaterales y agentes privados "no son tan pesimistas", aunque matizó esto indicando que de mantenerse el escenario actual "podrían ser revisadas a la baja".

En el mundo desarrollado el crecimiento es lento pero "podría ser peor" si se produce "una catástrofe", como que EEUU ingrese en default, lo cual "no es improbable" pese al acuerdo político bipartidario de emergencia que lo impidió el mes pasado. Aunque los términos pactados entre demócratas y republicanos en el Congreso incluyen recortes al gasto público, éstos "no son suficientes para reducir el déficit". Además, estimó que la álgida discusión dejó un sistema político "muy debilitado" porque los partidos "pusieron en riesgo el nombre de EEUU".

A raíz del bajo crecimiento, la Reserva Federal (Banco Central) anunció que mantendrá baja la tasa de interés hasta 2013, pero la experta de la UEU entiende que "eso ya no tiene efecto en la economía", por lo que el margen de acción es menor. Sin embargo, resaltó, "lo bueno es que EEUU se arregla a sí mismo" a diferencia de lo que sucede con los países de la Unión Europea (UE). Respecto de la pérdida de la calificación crediticia AAA (la más alta) a manos de la agencia Standard and Poor's, Rodríguez interpretó: "No es que EEUU haya caído en desgracia" sino que desde ahora "se pone en duda eso de que es un país sin riesgo", y si bien "se encuentra en una situación delicada, [ésta] puede resolverse internamente", subrayó.

Exit: comunión fiscal

Tras analizar la coyuntura estadounidense, la economista asveró que "del otro lado del Atlántico la situación es bastante más complicada", con el problema adicional de que existen "grandes asimetrías entre países". Los más complicados son Portugal, Irlanda y Grecia, que debieron ser rescatados financieramente por la UE y exhiben una baja expansión de sus economías, cuadro agravado por los recortes fiscales que aplican sus gobiernos para reducir el déficit de las cuentas públicas. "Ajustarse el cinturón en momento de crisis [...] es estar un poco atados de pies y manos para crecer", recordó.

Asimismo, esos países forman parte de un bloque con una moneda única, por lo que no pueden echar mano al expediente de devaluar. Al respecto, opinó que esta situación deberá "servir de enseñanza al Mercosur" cuando le llegue el momento de discutir la creación de una moneda única. Acerca de aquellos países de los que se teme un contagio, particularmente España e Italia, auguró que "no podrían ser rescatados" de enfrentar dificultades. De haberlas, "estaría en jaque el euro, la zona euro", tratándose de "un escenario que nadie quiere ver".

En cuanto a alternativas de salida, algunos analistas comienzan a hablar en estas semanas de una "unión fiscal" creando "un Ministerio de Economía europeo" y emitiendo un bono común que sea bien recibido por los mercados. La economista de la gremial estimó que su viabilidad depende de Alemania, que hasta ahora se opone, nación de la que se espera asuma un rol de liderazgo político y tenga claro "hacia dónde se va". Otra opción implicaría que los países en dificultades abandonen el euro y devalúen, pero Rodríguez aclaró que con esa decisión "la UE perdería credibilidad".

Para concluir su análisis de la situación del "primer mundo", se refirió a tres escenarios posibles: uno favorable, donde se alejan las dudas, se recupera el crecimiento del comercio y continúan subiendo los precios internacionales; otro mixto con recuperación en EEUU y permanencia de dudas en Europa, en el que EEUU funcionaría como refugio, subiría el dólar y bajarían las materias primas, y, por último, uno adverso, en el que los inversores no sabrían dónde refugiarse, habría recesión y una "crisis varias veces peor a la de 2008-2009".

Motor

En cuanto al mundo emergente, destacó que seguirá siendo el motor del crecimiento global, aunque con una expansión menor a la registrada hasta ahora. Tomando en cuenta el mapa mundial resaltó que los emergentes están "ganando espacio", ya que pasaron de explicar la mitad del crecimiento mundial en el período 2003-2007 a representar 75% de la expansión global en la actualidad.

Para graficar tal evolución hizo mención a un estudio de la consultora PwC que augura que en 2050 China será la principal economía mundial, seguida por India, recién en tercer lugar estaría EEUU, y el cuarto puesto sería de Brasil. A nivel regional, Brasil posiblemente desacelerará su crecimiento para evitar presiones inflacionarias, aplicará medidas proteccionistas para evitar el ingreso de productos de origen chino, e implementará un plan industrial.

Con relación a los temores por una eventual devaluación del real, explicó que para ello el gobierno encabezado por la presidenta Dilma Rousseff debería comprar muchos dólares, inundando el mercado de reales, lo que generaría mayor inflación. Por otra parte, Brasil no tiene un tipo de cambio fijo, por lo que puede depreciar su moneda de forma paulatina o fuerte, pero siempre dependiendo de la relación oferta/demanda.

Señaló que, al igual que Uruguay, el gigante vecino "está tratando [de] que el dólar no se siga desparramando", contexto muy diferente al de los años 90, cuando "se frenaba la suba del dólar" desde los Bancos Centrales. De esa forma, estimó, la devaluación en Brasil "es algo que en la realidad de hoy no está previsto".

Ojo al piojo

Sobre la economía de Uruguay Rodríguez destacó que “viene creciendo de forma exponencial” y posiblemente su Producto Interno Bruto supere este año los 50.000 millones de dólares. Las exportaciones siguen marcando una trayectoria expansiva pese a alguna caída mensual, y a esta altura del año ya representarían un nuevo récord anual. En torno al punto destacó la diversificación de destinos lograda, factor en cuya virtud los posibles impactos comerciales locales de la crisis en Europa y EEUU no serán tan fuertes como en el pasado. No obstante, observó que, en volumen físico, los cinco principales sectores registraron descensos. En lo que concierne a precios de exportación, muestran una tendencia ascendente que incluso supera el pico de 2008 para algunos productos.

Acerca del dólar explicó que su cotización local se encuentra en niveles de precrisis, y que aunque aumentaría levemente en lo que resta del año y en 2012, igualmente se mantendría baja, afectando así la competitividad de la producción vernácula, particularmente con los países de extrarregión.

A modo de resumen, Rodríguez enumeró fortalezas y debilidades, citando entre las primeras fondos de contingencia y buenos niveles de reservas; vencimientos de deuda esparcidos en el tiempo; tipo de cambio flexible que permite contrarrestar shocks externos; macroeconomía estable; credibilidad; inflación manejable e inercia en el consumo interno. Pero advirtió sobre algunas de las segundas: gastos fijos rígidos a la baja tanto en el sector público como en el privado; ingresos muy dependientes de precios internacionales y del tipo de cambio; presiones inflacionarias difíciles de revertir; insuficiente calificación crediticia y una posible retirada de capitales de países emergentes. “Uruguay está bien posicionado, pero es vulnerable”, sintetizó.