“¿Ustedes la vieron? Pasen igual, hay tanto relajo... hay que pasar de a uno, está todo desordenado" dijeron a la diaria Maurilio Madruga, de 82 años, y su esposa Olfa Vera, de 52, el jueves 18, dos días después de recibir las llaves de su vivienda. El miércoles mismo habían hecho la mudanza de la casa que alquilaban en un edificio céntrico de Montevideo, donde años atrás se habían desempeñado como porteros.

En medio de cajas apiladas pero mostrando las relucientes lámparas que había instalado Maurilio, se dibujaba la futura distribución de un hogar por el que el titular se había inscripto como aspirante 12 años atrás.

El complejo está en el barrio Sayago, en camino Edison casi Lafayette; hay 39 casas, todas de un dormitorio, y un salón comunal. En la entrada hay una reja que regula el ingreso, y el enclave parece ser propicio, puesto que está en el medio de un barrio: de un lado hay viviendas, del otro un colegio y enfrente una placita. Los titulares disponen de 30 días para instalarse y por eso el jueves Maurilio y Olfa eran de los pocos habitantes. Olga Maquiel, de 62 años, fue la otra titular que estaba en el lugar, no se había mudado todavía pero había ido a chequear la habilitación de la conexión eléctrica. Contó que si bien su situación no era tan mala, porque no estaba al borde del desalojo ni viviendo en una pensión como muchos otros, atravesaba un tratamiento oncológico que había contribuido a que recibiera el inmueble, "no hay mal que por bien no venga", comentó. Olga vivía todavía en el barrio Pueblo Ituzaingó y relató: "Cuando me dijeron camino Edison yo dije 'ay, mamá, en el culo del mundo' y medio que estuve en la duda, pero no, no pensé que hubiera este lindo centro comercial", recordó, mientras mostraba dos limones que conformaban su primera compra. "Tengo que conseguir algo para cocinar, una cocina o algo, pero lo principal es el techo", decía.

Las paredes son de ladrillo, las ventanas de aluminio, los pisos de cerámica y el techo de losa prefabricada de hormigón cubierto por chapa de zinc. En cada casa pueden vivir hasta tres personas; los cónyuges e hijos pasivos de los titulares tienen derecho a permanecer en el lugar cuando fallecen los titulares.

Las viviendas de pasivos del BPS se construyen con un fondo creado en 1986 que se financió hasta 2007 con el aporte de los jubilados y pensionistas (a través del Impuesto a las Retribuciones Personales) y, desde entonces, es cubierto por Rentas Generales.

Jorge Vilar, secretario de vivienda de la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (ONAJPU), dijo a la diaria que hasta ahora se han entregado 5.938 casas y que hay 9.000 inscriptos; 5.500 han pasado por el estudio que realiza el BPS para verificar que la persona cumple con los requisitos. Los jubilados y pensionistas beneficiarios deben de ganar menos de 12 unidades reajustables al mes, esto es alrededor de 6.300 pesos.

Cuestionamientos

En diálogo con este medio, Waldemar González, secretario general de ONAJPU, destacó que la calidad de las construcciones inauguradas supera a las que se entregaban décadas atrás. Recordó que la actual administración se comprometió a crear mil viviendas para 2014 y que así lo reiteró la ministra de Vivienda Graciela Muslera durante la inauguración de las 39 de Sayago.

“Hay un déficit de vivienda que se solucionaría construyendo determinada cantidad y adjudicando las vacías”, sostuvo González, quien agregó: “Lo negativo es que el sistema de administración de las viviendas sigue teniendo problemas, presentamos a BPS un proyecto para que arme un departamento exclusivo para que no tengamos viviendas vacías o servicios 222 que cobran y no cumplen”, dijo en relación al servicio tercerizado de administración de complejos habitacionales. Además que debería chequearse, cuando un titular fallece, si los integrantes que permanecen en el hogar cumplen con las condiciones, así como impedir que las propiedades queden vacías o sean ocupadas por intrusos. El pago a esas administradoras se cubre con el fondo de viviendas.

El director social en el BPS, representante de jubilados y pensionistas Sixto Amaro confirmó el planteo. Explicó que mañana se discutirá en el directorio del organismo la propuesta de ONAJPU de crear un departamento de vivienda “que atienda real y eficazmente, y sobre todo, que controle a las administradoras”. Amaro coincidió con González al reprobar el sistema de administración de los complejos: “Hay falencias, problemas endémicos que no terminan nunca de resolverse, es una situación muy compleja en la que existen irregularidades alarmantes; se tiene que controlar el ingreso de intrusos, agilizar el desalojo de ocupantes y cuidar la convivencia”.

El director afirmó que la mayoría de las empresas administradoras “no cumple con las exigencias establecidas en los contratos”, o que “controla a medias”.

Por otra parte, ONAJPU continúa solicitando que la Auditoría Interna de la Nación intervenga para conocer los movimientos del fondo de vivienda. Sostiene que hasta 2005 se habían recaudado 430 millones de dólares, pero cuando asumió Tabaré Vázquez se dijo que el saldo era de 112 millones de dólares.