No te atrases

Consultado acerca de una posible depreciación del real, Torres estimó que "no va a haber una devaluación como en períodos anteriores", aunque "el real de a poco va modificando su cotización, y eso es muy importante desde el punto de vista de la política industrial porque no hay política industrial con un atraso cambiario de dimensiones importantes". Prosiguió: "Vemos un rezago del tipo de cambio de Uruguay respecto al de Brasil [...], y debemos evitarlo porque podría traer importantes dolores de cabeza".

En la recepción de la Dirección Nacional de Industrias (DNI) hay varios sillones para uso de quienes esperan ser recibidos. En las paredes cuelgan varias fotos relativas a la industria, y en el medio de la sala una mesa ratona ofrece fotocopias de artículos de prensa referidos a la DNI, a Torres y al sector en general. Uno correspondía a una nota de la revista Caras y Caretas titulada "Un plan simple". Torres no respondió si será simple pero aseguró que desde 2008 se aplica un plan industrial para apuntalar rubros que carecen de unas ventajas competitivas que otros sectores sí tienen, y que son relevantes porque generan mayor crecimiento, más empleos, mejor calificados y tienen un mayor efecto distributivo. "Uruguay ha crecido en los últimos diez años a altas tasas, de forma sostenida, distribuyendo riqueza, generando empleos" fundamentalmente en base a dos sectores: el primero y más tradicional es el agropecuario, en el que "Uruguay tiene que hacer lo mejor posible con sus ventajas comparativas tradicionales".

El segundo es el de servicios, que logró fuerte expansión en la última década e incluye servicios financieros, turismo, logística, transporte, energías renovables, infraestructura, que forma parte de "un nuevo Uruguay que llegó para quedarse". Sin embargo, el país debe "fortalecer un tercer bloque de sectores" que incluye las industrias automotriz, naval, bio y nanotecnología, farmacéutica, forestal-madera-papel-muebles, electrónica, metalúrgica, metalmecánica y minería. "Uno ve que los países que conjugan de mejor manera esos tres sectores [...] son los que crecen a tasas más sustentables a largo plazo y los que distribuyen mejor la riqueza". Para desarrollar ese tercer bloque se "necesitan políticas de largo plazo", y para definirlas se analizó la experiencia de países que transitaron ese proceso de industrialización, "no para copiar recetas sino para buscar lo que mejor se adapte".

Repite

La coyuntura internacional presenta una creciente cantidad de interrogantes sobre el futuro, y particularmente por los efectos que un agravamiento de la crisis en el Atlántico norte podría provocar en Uruguay. Para mitigarlos el gobierno evalúa una serie de medidas para atender a los sectores afectados, alguna de las cuales se aplicaron en 2008-2009. Resaltó la aprobación del Fondo Nacional de Desarrollo, creado a partir del 30% de las utilidades del Banco República, elemento importante "independientemente de la crisis, pero que ayudaría mucho" en caso de empeoramiento. También destacó que el banco-país garantice líneas de financiamiento para pymes a mejores tasas y plazos.

Adelantó que podría evaluarse un "aumento de la devolución de impuestos", "prefinanciación de exportaciones", "modificar el tratamiento de inversiones priorizando algunos sectores", y "establecer la reserva de mercados" mediante compras públicas.

También se puede analizar acciones relacionadas con el comercio exterior, estableciéndose "algún canal rojo [bienes que son sometidos a revisión para su ingreso al país], ver si hay dumping [competencia desleal] de algunos países, controlar la exportación de algunos productos que salen sin agregar valor en el país". "Todas son medidas sectoriales. Las previsiones de los analistas dan que, al parecer, la crisis impactaría [sobre Uruguay] en sectores que ya atraviesan por problemas de competitividad, y no habría nada nuevo a nivel de otros sectores que caigan. Pero el escenario que viene es con más incertidumbres, así que hay que estar preparado".

Un plan entre manos

El jerarca ubicó el inicio del plan en 2008, cuando se creó el gabinete productivo del Poder Ejecutivo, que "define una institucionalidad para la ejecución de esas políticas".

A diferencia del sector agropecuario o de servicios, "el mercado por sí solo no va a liderar el proceso de desarrollo; no van a venir empresas porque sí para producir bienes de electrónica de alta gama, eso no va ocurrir. No va a ocurrir si el Estado junto a los privados no se fortalece en torno a las alianzas estratégicas". En ese sentido, "inspirados en los ejemplos de Malasia, Finlandia y Corea", se optó por "seleccionar cadenas de valor, realizar estudios, ver cómo se organizan el sector y sus políticas, qué potencialidades tiene al día de hoy, a largo plazo, acceso a mercados, generación de empleo, innovación, y después ejecutamos un plan".

En junio se definieron seis planes de elaboración tripartita (gobierno, empresarios y trabajadores) para organizar los recursos públicos y privados, y estableciendo diferentes herramientas. Destacó los programas de educación, capacitación y certificación profesional, y la importancia de disponer de financiamiento -crédito barato y a largo plazo-. Subrayó "el rol protagónico que deben asumir las empresas públicas" invertiendo. Como ejemplo mencionó el caso de ANCAP con la construcción de barcazas. Resaltó "la importancia de las compras estatales", asegurando "preferencia de precios" y "reserva de mercados" para pequeñas y medianas empresas.

Pa'delante y pa'trás

Otro punto es la negociación de la inversión extranjera directa (IED) que llega a Uruguay, marcando "objetivos claros" e incluyendo tres aspectos nuevos: "negociar los encadenamientos hacia atrás, hacia adelante y todo lo que tiene que ver con educación y certificación". Este punto está estrechamente vinculado al arribo de megainversiones, y resaltó el caso de la minería. Torres aseguró que el desarrollo minero debe ser liderado por una multinacional porque "las capacidades internas no están", aunque también debe evaluarse la utilización de "un programa de proveedores nacionales" más ambicioso que el diseñado para la operativa de Montes del Plata. "Montes del Plata fue un aprendizaje respecto a Botnia. Ahora habría que ir, en la firma del memorándum de entendimiento, a cuál será el programa de desarrollo de proveedores nacionales, en qué sectores, en qué productos, con qué empresa", ya que "bienes y servicios se pueden proveer a nivel interno".

En otra dirección están los "encadenamientos hacia adelante", cuya articulación requiere precisiones: "Vamos a producir mineral de hierro, vamos a pensar en procesos de peletización o [en] una minisiderurgia nacional", en virtud de que "el Estado tiene capacidad negociadora para definir los horizontes". Sobre la minería, puntualizó: "No queremos producir sólo mineral de hierro, queremos pensar en algún proceso -aunque sea mínimo- de valor agregado". En torno al área forestal-celulósica, aseveró que "las dos empresas que llegaron lo hicieron para producir celulosa", para lo que fue fundamental "negociar previo a la inversión". Siendo que "hay poco margen" para negociar con las firmas instaladas, "ahora habría que pensar en que cualquier megaemprendimiento que venga debe tener otras características y no ser sólo celulosa". Así, la política industrial "debe definir a quién salimos a buscar para traer IED". "No es una cuestión pasiva, no es esperar que vengan y después vemos, es al revés", sostuvo, y añadió que "Uruguay tiene una agenda interesante en ese sentido". Ejemplificó con la cadena forestal-madera, en la cual "hay un pedido para realizar misiones a lugares en los cuales están identificadas las casas matrices de empresas que podrían venir a generar emprendimientos de valor agregado en esos sectores".

Siempre se vuelve

Suele decirse que "Uruguay tiene un margen de crecimiento de diez a 15 años con la exportación de commodities de tipo agrícola", comentó Torres, opinando que "efectivamente es así". "Si se dan las proyecciones a nivel internacional y aparece ese consumidor de clase media china, se van a necesitar alimentos. [...] Entonces seguimos haciendo esto y no hay tanta necesidad de instalar un tercer sector", analizó. Sin embargo, sería interesante hacer "un análisis de estructura de la demanda", es decir, establecer hacia dónde evoluciona "la canasta de consumo". Explicó: "Ese consumidor que estaba hace cinco años bajo la línea de pobreza y hoy tiene un ingreso de renta media sin duda va a comprar más alimentos, pero la canasta se comienza a sesgar hacia otros bienes: ¿cuánto va a gastar en educación?, ¿cuánto va a gastar en términos de logística?, ¿cuánto en temas de ocio?, ¿salud?, ¿servicios?, ¿bienes intensivos en tecnología?". Entonces, "esa proyección muestra que la demanda de estos tipos de bienes crece más".

Además, "una vez que termine la crisis, la demanda por los bienes más sofisticados en el largo plazo va a seguir siendo dinámica".

El protegido

La aplicación de trabas comerciales por Argentina y Brasil también fue abordada por Torres. “Vemos que en el escenario mundial hay un rebrote proteccionista, y si las medidas comienzan a afectar directamente números de algún sector, podría ser problemático”. Sin embargo, “ser proteccionista no es una mala palabra”. “Si esa política industrial de tipo proteccionista combina un montón de otras agendas, que tienen que ver con políticas de competitividad, de transferencia de tecnología, de desarrollo de industrias nacionales, está bien. Lo malo sería que sólo quedara en políticas proteccionistas sin grandes incentivos a la innovación, al desarrollo, a la competitividad”, analizó.

En ese sentido, “la clave para Uruguay es negociar de forma clara” no sólo el ingreso de sus productos sino también su forma de participación en los planes industriales de Brasil (plan Brasil Maior) y de Argentina (plan Bicentenario), “para que la producción uruguaya esté contemplada”. “Eso tiene que ver con uno de los puntos de la agenda: integración productiva”. En cuanto a la relación con los vecinos, explicó que la agenda con Argentina “tiene más temas”. Recordó que para atender la situación generada por la aplicación de licencias no automáticas para la importación de algunos productos se instrumentó un mecanismo de gestión coordinada entre representantes uruguayos y argentinos con un plazo máximo de 30 días para liberar el permiso la licencia.

Se estableció una “planilla con reclamos de privados” uruguayos comunicándose a Argentina las partidas atrasadas todos los martes, que son contestadas los viernes con el balance de licencias firmadas y pendientes. “Permitió que en un plazo breve se actualizara la mayoría de las partidas”. Hay otros temas en agenda, como “la política del uno a uno”. Consiste en que, para cada importación, se debe asegurar exportaciones o el reingreso de divisas por el mismo valor. En tal caso se hacen contactos para “ver en concreto cuáles son los negocios que están afectados”. Sin embargo, más allá de los problemas puntuales, “que no hay que desconocerlos porque son un problema”, debe apreciarse el flujo comercial con Argentina, de tendencia creciente e integrado por productos “totalmente diferentes de los que se le vende al resto del mundo”. “Ejes con diferencial, semiejes, arneses para automóviles, vehículos Chery, camiones Renault, cueros bovinos semiterminados, juego de tapizados para asientos de vehículos, cebo bovino, detergentes, compuestos de caucho termoplástico, rollos de cocina, pinturas, tubos de acero inoxidable. Si comparo esta estructura productiva con la del resto del mundo, no tiene nada que ver”, graficó. Pero “la agenda con Argentina tiene muchos más temas: energía, logística, infraestructura, recomposición de relaciones bilaterales, y todo eso forma parte de la situación”.

Con relación al intercambio con Brasil, “también los datos muestran crecimiento”, si bien “hubo problemas con el ingreso de algunos productos en particular”. Al respecto se estudia la situación particular de las empresas afectadas, que comprende un seguimiento en torno al cumplimiento de los plazos previstos. “Uruguay, como país chico y abierto al Mercosur, tiene que negociar una situación preferencial con sus principales socios comerciales”.